Cuando una cara famosa no es suficiente
Steven Spielberg y J.J. Abrams ya conocen esa sensación: respaldan una nueva producción televisiva, su nombre empieza a circular acompañando al título de la serie, se elevan las expectativas gracias (o por culpa) de la aparición de su nombre en los créditos y... Se estrena la serie, no termina de arrancar, no satisface las expectativas y llega la cancelación. Igual que ocurre detrás de las cámaras, los actores también sufren las consecuencias de las altas expectativas unidas a su nombre. En los estrenos de este año hay dos ejemplos de que una cara conocida como protagonista no es bastante para asegurar el éxito de una serie.
Desde que los náufragos del vuelo 815 de Oceanic abandonaron la isla de Perdidos, Josh Holloway no se había dejado ver en televisión más que en un cameo en Community. Por eso, su nueva serie, Intelligence (en España, en Fox Crime), se valía de su rostro para venderse al público. El problema es que eso no es suficiente. En su nueva serie, Holloway vuelve a meterse en la piel de un tipo duro y atormentado (y bastante parecido en su forma de ser a Sawyer, aunque sin su socarronería) para interpretar a un súperagente que, gracias a un chip implantado en su cerebro, puede acceder a todas las bases de datos y fuentes de información posibles.
Aunque la idea pueda ser interesante a priori, el desarrollo de la serie es insustancial y cada capítulo que pasa pierde interés por momentos (y no solo interés: en Estados Unidos, el segundo capítulo perdió casi la mitad de los espectadores del primero). Con una nueva serie futurista de policías por temporada tenemos suficiente, y Almost Human al menos tiene humor, es más entretenida y tiene una pareja protagonista con más gracia y química que la de Intelligence.
La cadena NBC, que hace meses concedió la temporada completa (22 capítulos) a la serie como muestra de confianza en ella, decidió la semana pasada retirarla de la parrilla y dejar los capítulos que quedan por emitir para primavera sin fecha concreta. Aunque insisten en decir que no es una cancelación (no gusta reconocer el fracaso), el hecho es que lo es. Las buenas vibraciones que daba la serie al principio han terminado lastradas por un humor demasiado ligero, demasiado blanco, que daba como resultado una serie demasiado familiar. El lado positivo es que Michael J. Fox tendrá más tiempo para regresar a The Good Wife y aparecerá en varios capítulos del final de la quinta temporada de la serie de abogados. Salimos ganando.
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