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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Violadores

Carlos Boyero

Entre la exhaustiva y retorcida variedad de barbaries que cometen los fuertes sobre los débiles hay una especialmente repulsiva y con capacidad para estremecer a cualquier persona que posea un poco de corazón y sentido de la justicia. Es la violación o el abuso de críos, la utilización de la fuerza o de la seducción sobre los que no tienen opciones para defenderse. Hay que ser muy hipócrita para que algunos colectivos, instituciones y aparatos del poder declaren sentirse escandalizados cuando salen parcialmente a la luz esos sórdidos desmanes contra menores, perpetrados desde tiempo inmemorial y con absoluta impunidad en los centros religiosos por tantos modélicos soldados del Altísimo, haber mirado cínicamente para otra parte y encubrir a los violadores en lo que era un secreto a voces.

Es asqueroso pero también hilarante que los religiosos (este Papa tan raro no ha abierto todavía su boca para opinar sobre el tema) admitan ahora su antigua incapacidad para creer a las infinitas víctimas de un tal Marcial Maciel, fundador y boss supremo de los Legionarios de Cristo. No estoy muy versado en santificaciones, pero sospecho que a este no le ascendieron a tan sublime condición porque había excesivos datos de que instalar en los altares a ese profesional de la abyección podía ser demasiado arriesgado cuando se hiciera público su depredador acoso a la carne tierna.

Y, por supuesto, no es el único pedófilo en serie que se ha ido a la tumba tan contento y rodeado de honores. Cuentan que en la BBC todo Dios estaba al corriente de cómo correspondía Jimmy Savile a la admiración que sentían tantos púberes hacia su figura. Pero esperaron a que la palmara tan egregio y laureado personaje para admitir que podía haber abusado hasta el hartazgo de menores durante toda su famosa existencia.

Debe ser muy duro saber que tu pareja se ha liado con tu hija. Pero ambos eran mayores de edad. Ya sé que Woody Allen le saca 35 años a Soon- Yi, o sea, los mismos que Sinatra a Mia Farrow cuando se casaron. Lo que provoca escalofríos son las acusaciones de Dylan Farrow a sus 28 años de que Allen abusó de ella cuando era niña. Alguien miente en esta tenebrosa historia. Siempre amaré la maravillosa obra de este señor genial, pero me pondría enfermo que hubiera sido un violador de la infancia.

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