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Miguel Ángel Perera: ‘Con la Maestranza, todo tiene un límite’

El torero emite un comunicado para explicar su negativa a anunciarse en la plaza de la Maestranza mientras permanezcan al frente los empresarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia

Antonio Lorca
Miguel Ángel Perera durante una faena, en la Feria de Abril de 2013, en la plaza de la Maestranza de Sevilla.
Miguel Ángel Perera durante una faena, en la Feria de Abril de 2013, en la plaza de la Maestranza de Sevilla. Julián Rojas

Parece ser que a la empresa de Sevilla le importan muy poco los méritos que los toreros se ganan en la plaza, y en el fondo creo que tampoco le importa mucho la afición que, en definitiva, es la que nos mantiene a todos. Y es por la afición de Sevilla y por su plaza, que es una joya, por la que en muchas ocasiones, y en contra de la opinión de mi apoderado, he decidido torear allí, aún sabiendo que no estaba siendo tratado justamente’.

Así de contundente se muestra el torero Miguel Ángel Perera en un comunicado en el que explica de forma pormenorizada su negativa a anunciarse en la plaza de la Maestranza mientras permanezcan al frente de la misma los empresarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia.

‘Es lamentable, -añade-, que se haya tenido que llegar a esta situación, porque insisto en que la afición de Sevilla se lo merece todo. Y, precisamente de eso se aprovecha su empresa. Pero todo tiene un límite’.

El torero extremeño se une de este modo a las explicaciones ofrecidas recientemente por José María Manzanares, que justificaba su ausencia por solidaridad con sus compañeros. La iniciativa cuenta, además, con el apoyo de El Juli, Talavante y Morante de la Puebla, que no estarán en la próxima Feria de Abril de Sevilla en protesta por lo que consideran un trato irrespetuoso de los empresarios de la Maestranza hacia los toreros.

En esta ocasión, Miguel Ángel Perera explica de manera pormenorizada la historia de su relación con la empresa Pagés, cuajada, a su juicio de decisiones injustas, silencios y promesas incumplidas, que justificarían cumplidamente su decisión.

Según su relato, en la temporada de 2009 se quedó fuera de la feria después de un resonante triunfo conseguido el año anterior al no recibir el trato empresarial que merecía. Al año siguiente, se vio obligado a aceptar en Sevilla una rebaja en los honorarios que ya percibía en plazas de la misma categoría e, incluso, en ferias de menor importancia.

En 2011, siempre según sus palabras, fue objeto de engaño en relación a una de las ganaderías comprometidas verbalmente. ‘Pero no sólo eso’, insiste el torero, ‘cuando llega el momento de liquidar, nos piden también que les rebajemos el dinero que se había pactado en la contratación porque, según ellos, la feria no se había dado bien’.

A pesar de aceptar la nueva propuesta y de oír nuevas promesas de los empresarios ‘ni siquiera me llaman al año siguiente, -continua el torero-, porque ese invierno se había creado el G-10, y a mí me consideraron uno de los cabecillas’.

Así las cosas, y tras la rueda de prensa en la que Canorea criticó a los toreros por su negativa a rebajar sus honorarios, Perera se pregunta finalmente: ‘¿Es esta una empresa agradecida, responsable y justa con los toreros? Sinceramente, creo que no, y por eso apoyo a los compañeros que también han expresado su intención de no torear en Sevilla’, concluye.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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