En el Actual 2014, la cultura llega por contenedores

El público está en el interior de un contenedor de carga marítimo, un espacio oscuro y angosto donde cada uno de sus seis metros de largo por 2,5 de ancho están aprovechados al máximo. Los asistentes no son polizones ocultos a bordo de un carguero; en realidad, forman parte del reducísimo aforo de 17 personas que acceden a cada pase de los Contenedores de Arte, la actividad más emblemática de la XXIV edición del festival Actual de Logroño, que arrancó el día 2 y se cerrará el día de Reyes.

 Al fondo del container espera, guitarra española en mano, el actor Juan José Ballesta, el inolvidable protagonista de la película El Bola que, a sus 26 años, atesora la madurez necesaria para afrontar en solitario una producción propia diseñada ex profeso para Actual. El intérprete recorre en primer persona la historia de Niño Miguel, un guitarrista flamenco de Huelva fallecido en 2013 “que tuvo mala suerte en la vida, fue un niño prodigio que no llegó a ninguna parte. Fue esquizofrénico pero muy respetado por el mundo del flamenco”, explica Ballesta en Logroño, donde protagoniza un espectáculo de pequeño formato, íntimo, muy cercano al público, con el que interactúa constantemente, y con una escenografía limitada a un taburete.

Junto a Ballesta, otra docena de compañías procedentes de Francia, Portugal, Italia, Argentina o Israel dan vida a estos contenedores con espectáculos de microteatro y danza de menos de 30 minutos de duración que se representan seis veces al día. Algunos, con un diseño exclusivo, y otros con extractos adaptados, como Yerma, de García Lorca, llevada a escena por la compañía portuguesa Joao Miguel García en una versión de 15 minutos; Cobijadas, del bailarín Antonio Ruz; La vieja, una pieza basada en un texto del escritor satírico ruso Daniíl Kharms e interpretada por Miguel Borges, uno de los actores portugueses más reconocidos; o Contrarios comunes, dirigida e interpretada por el bailarín y coreógrafo Chevi Muradai, Premio Nacional de Danza en 2006.

Como confesaba en la inauguración de Actual el director artístico de Contenedores de Arte, el bailarín profesional Samuel Retortillo, esta propuesta se enmarca en la tendencia actual del microarte, en el que caben por igual un peep show en un domicilio particular que una estructura de siete contenedores instalada en una plaza junto a la Catedral de Logroño, donde “un escenario tan frío y rígido contrasta con el calor de la cercanía íntima entre los artistas y el público. Cada representación es única y depende mucho de la respuesta de los espectadores”. En total se han programado 74 sesiones con 1.200 entradas, todas agotadas.

Esta propuesta artística encabeza un apartado de actividades paralelas extenso y variado que representa lo más destacado e innovador de esta edición de Actual: susurradores de poesía callejeros, Festival Internacional de Videodanza Experimental, agrocomedia y siete exposiciones, sobre Antonio Mingote, la ilustradora Carme Solé o De 0 a 100, una muestra compuesta por un centenar de retratos de personas de entre 1 y 100 años que proponen una reflexión sobre el paso del tiempo. Y que contrasta con el cariz comercial adoptado en el apartado musical, marcado por la presencia de Duncan Dhu y Melendi, que colgó el primer no hay billetes de este Actual en la jornada inaugural. Ayer, lo más destacado llegó con León Benavente, un cuarteto de road pop que puso patas arriba el primer Vermú Torero de Actual con una actuación intensa y mucho más ruidosa de lo que presupone su primer disco homónimo. La noche se consagró a viejos conocidos del festival, como Bebe, que visitaba Actual por tercera vez; y Juan Perro, que, junto a La Zarabanda, lleva a escena su investigación sobre la influencia de la música africana en los sonidos hispanos.