Kely, pintora asturiana con eco internacional
Abordaba su obra como una exploración constante para la construcción de un cosmos personal y rehuía el mercantilismo artístico
Sus cuadros viajaron durante 23 años por muchos países. La obra de la pintora asturiana Raquel Méndez Riestra, Kely, frecuentó galerías españolas pero también de París, Bruselas y Colonia y las ferias de arte Arco, Internacional de Nueva York, Lisboa, Art Brusels y FIAC Paris. En 2008 y 2009 fue jurado en el premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Kely sobrevivió 17 años a un tumor cuya reproducción acabó con su vida de forma prematura el pasado lunes. Tenía 53 años, estaba casada y era madre de una hija. Fue capaz de reinventarse varias veces en sucesivos estilos y temáticas, y de afrontar la existencia con la misma pasión e ilusión con las que fabricó una obra que renovó con distintos registros.
Se inició en la pintura con artistas como César Pola, Alejandro Mieres y Humberto y con 25 años protagonizó su primera exposición individual. Aunque tardó otros diez años en volver a comparecer ante el público, su faceta artística —a la que llegó, decía, “por auténtica necesidad”, “una inquietud profunda”— acabó por absorberla. No buscó la relación con otros artistas ni se afanó en mostrar su obra. Fue durante años una dedicación íntima para crear un espacio privado. Siempre firmaba sus cuadros por detrás, quería que la obra fuera protagonista, no ella.
La exposición en París con la galería Thess Herold y su vinculación a las salas Vértice y Gema Llamazares revelaron una obra profunda y sentida que despertó críticas elogiosas. Aun así, siguió concibiendo el hecho artístico más como la construcción de un cosmos para sí misma —desde el informalismo, la abstracción, la geometría, el pop art o el expresionismo abstracto— que como una faceta comercial.
En la etapa final, coincidente con la reproducción de la enfermedad, el arte fue su asidero a la vida y evolucionó de obras oscuras y enigmáticas a otras coloristas y luminosas. Su obra forma parte de los fondos del Museo de Bellas Artes de Asturias, Masaveu, Museo Jovellanos o la Fundación Príncipe de Asturias.
Babelia
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