11 fotosLa Marina varada entre montañasEl aire de la sierra de Madrid dejó de ser en 2002 suficiente excusa para mantener abierto un complejo clínico compuesto por seis edificios, en el que había 120 camas y donde el personal terminó por ser más numeroso que los pacientes. Los Molinos - 25 ago 2013 - 00:52CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLa capilla está en la cuarta planta. El paso de los saqueadores ha dejado escasos recuerdos del lujo que un día envolvió al hospital de Marina, pero gracias a pequeños restos de mármol, madera y retales de cortinas que han sobrevivido, el visitante aún puede recomponer la lustrosa imagen que la clínica ofreció durante su medio siglo de existencia. Carlos RosilloUna lámpara es lo único que delata que la habitación en la que se encuentra y la contigua eran los quirófanos que se construyeron a principios de los noventa. El hospital abrió sus puertas en la época en que aún se internaba y aislaba a los aquejados por tuberculosis porque se pensaba que era una dolencia contagiosa. Hasta el sanatorio de Los Molinos llegaban militares de toda España a los que los especialistas consideraban que la limpieza del aire favorecía en su recuperación.Carlos RosilloLos pisos superiores están habitados por pájaros que han anidado en el tejado. Cuando los avances científicos determinaron que estos pacientes no necesitaban permanecer internos, la idea para la que se había diseñado el sanatorio perdió sentido y se especializó en neumología.Carlos RosilloLos documentos con los pedidos de medicamentos han quedado esparcidos en la habitación que ocupaba la farmacia. Juan Pablo Domínguez, desde 2011 alcalde socialista de este pueblo de casi 4.000 habitantes que en verano se multiplican por tres, recuerda sus visitas al hospital cuando era niño. La Marina acordó con el municipio que daría servicios de atención primaria y urgencias a los habitantes de la localidad a cambio de la cesión del terreno.Carlos RosilloEn algunas estancias hay restos de fármacos, goteros o incluso jeringuillas. En su última etapa, la clínica se fue vaciando y el complejo acabó estando sobredimensionado para la cantidad de personas a las que atendía, asegura Domínguez. Tras su clausura, el centro quedó prácticamente sin vigilancia, explica el regidor, y fue en ese periodo en el que se convirtió en blanco del vandalismo y el pillaje.Carlos RosilloLa recepción del hospital tenía unos sillones y un mostrador que han desaparecido. El sistema de calefacción y refrigeración instalado apenas seis meses antes del cierre de la clínica era un suculento pastel para los ladrones.Carlos RosilloLa entrada a la clínica también ha sido víctima del vandalismo. El dato de que las instalaciones fueran remodeladas poco antes de su clausura da idea de lo precipitado de su cierre.Con el edificio cerrado, algunos se han empeñado en buscar fenómenos paranormales entre sus paredes. Internet está plagada de rumores que presentan el antiguo hospital como una casa encantada. Aficionados a lo mágico y lo morboso han entrado al sanatorio para cubrir los muros de pintadas que invocan al demonio y avisan de la presencia del espíritu de una niña que recorre los pasillos desiertos.Carlos RosilloLos pasillos tienen huecos por los que se cuela la luz y el agua. Las bañeras han desaparecido de las habitaciones individuales, todas salvo una, que descansa en un lugar tan improbable como la capilla. En la última planta, el suelo de la estancia que albergó la farmacia ha quedado cubierto por documentos con los pedidos de suministros. Nadie se encargó de guardar todo este material cuando el personal abandonó el edificio para ser reubicado en otros hospitales.Carlos RosilloLos restos del material del hospital se acumulan en los rincones cubiertos por una capa cada vez más gruesa de pared desprendida. Una lámpara de quirófano sin bombillas es el único testigo de lo que fueron dos salas de cirugía que se habilitaron casi al final de la existencia del hospital, en los años noventa. Mariano Hernández, vecino de Los Molinos, de 84 años, pasó casi 40 años trabajando como encargado de mantenimiento. Vio pasar a 27 directores.Carlos RosilloLa chimenea de la casa donde vivía el oficial aún conserva restos de ceniza. Las instalaciones, propiedad del Ministerio de Defensa, han sido objeto ya de tres subastas, en las que se ha ido rebajando su precio desde los 14 hasta los 8 millones con la esperanza de encontrar un comprador. El edificio continúa a la venta y el Ayuntamiento, como responsable de su custodia y mantenimiento, está abierto a propuestas sobre su utilización.Carlos RosilloEn 2005, hubo un proyecto sobre la mesa para construir 100 viviendas y dependencias municipales, pero Defensa y el Consistorio nunca lo ejecutaron. Este año el único uso que han tenido las instalaciones son unas prácticas de los bomberos. No hay más actividades programadas. El hospital de Marina seguirá esperando un proyecto que lo resucite.Carlos Rosillo