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Un Coro que canta... y actúa

La Coral de Actores se creó en 1998 y se caracteriza porque todos su miembros visten de blanco

Como dijo Cervantes a través de Sancho Panza: “donde hay música no puede haber cosa mala”. Bien lo sabe Claudio Pascual, director del Coro de Actores, que hace suyo este refrán, siempre que la ocasión lo permite, para explicar la filosofía del grupo. Lo suyo no es un Coro habitual. Todos los miembros son actores, aunque no todos ejercen como tal. Este orfeón tiene la peculiaridad de añadir a sus composiciones trazos de interpretación. El coro, vinculado hasta no hace mucho a La Unión de Actores, se gestó en 1998. Entonces, todos sus miembros lucían atuendos con el color propio de las corales, el negro impoluto. El cambio se decidió con los atentados del 11 de marzo de 2004 en las estaciones de Atocha, el Pozo y Santa Eugenia. Al poco de la tragedia el Coro de Actores, de forma espontánea, proyectó una serie de conciertos. Fue entonces cuando Pascual y los demás miembros decidieron cambiar el color de sus uniformes, y pasar del negro al blanco, siendo este un homenaje a la paz y la esperanza.

Desde entonces, el compromiso del Coro va más allá de lo puramente artístico. Se apuntan a todo lo que huela a causa social. “Colaboramos con la ONG Prosalus, hemos cantado en hospitales, en residencias de ancianos, en galas benéficas…” relata Magdalena Broto, una de las contralto del grupo. En sus conciertos ponen música e interpretan textos de Alberti o de Lorca, con estilos musicales que van desde el góspel a la música étnica o el teatro musical.

El Coro es una forma de seguir en contacto con el mundo de la actuación

Sus miembros no se consideran profesionales. El Coro, para ellos, es una forma de seguir en contacto con el mundo de la actuación. Ignacio Durán es bajo, su tono de voz es grave. Lleva con el grupo desde 2001. Imparte clases de inglés en una Universidad para poder tener una estabilidad en su vida mientras va encadenando, de forma esporádica, trabajos de actor. “La última vez que actué en una función fue el año pasado, durante una semana en una sala de Madrid”, afirma. El Coro es un modo de seguir subiéndose a los escenarios. Como todos los integrantes lo hace de forma altruista.

No es el único que se encuentra en la esta situación. No es necesario que un actor llegue a confirmar lo que es un hecho, la cultura está de capa caída y los actores, entre otros, las pasan canuta para enlazar entre obra y obra. Todos los miembros del Coro que se han prestado a realizar esta entrevista coinciden: la culpa es de los recortes en Cultura y la actual crisis económica.

La misma suerte tuvo la actriz Aurora Herrero durante cerca de dos años y medio. Entonces, su última función fue con el Centro Dramático Nacional en 2010. Lleva en el Coro desde su fundación, en octubre de 1998. En el momento en el que se realizó esta entrevista, hace tres semanas, se encontraba preparando los ensayos de la obra llamada Proyecto 43-2, han ganado el premio Tomás Meabe al Compromiso Cultural, en Bilbao. No se le caen los anillos de confesar que cuando no trabaja como actriz vivía de los ingresos de su marido. Su compromiso con el Coro de Actores lo resume de esta forma: “antes, cuando estaba de gira y podía vivir del teatro, solo tenía los lunes como día libre, y no me importaba venirme a ensayar. Lo dedicaba al coro. No quería irme a otro sitio”.

La vida de actor nunca fue fácil, pero hoy en día se antoja una empresa imposible. La veterana actriz reconoce que lo tiene difícil, al no ser una cara conocida. Con cierta resignación en su rostro acepta que para poder conseguir papeles tienes que tener un perfil más “televisivo”, y no para papeles importantes, sino para aquellos momentos de gloria efímera que se resuelven en no más de un episodio.

Vanessa Vega es una de las neófitas del Coro. Lleva en el grupo desde noviembre de 2012. Recientemente acaba de actuar en el teatro Cuyás de Gran Canaria con la obra Doña Perfecta (CDN), dirigida por Ernesto Caballero. Hasta la reposición, en octubre, pretende acudir a varios cursos que le interesan y después de las representaciones: “bueno, entonces ya se verá”.

En el grupo es una de las contraltos. Sabe lo difícil que es hacerse un hueco en el mundo de la actuación y por eso le entusiasmó la idea de unirse al Coro. “Al ser actores es una forma perfecta de mantenerte activo en el mundo de la actuación. Además, estás en contacto con gente de tu profesión y haces algo que te gusta”, afirma la actriz y añade “hay pequeñas intervenciones que son solo interpretaciones, con el texto y que sirven a modo de introducción de las canciones”. Esta es, sin duda, la seña de identidad de este peculiar Coro que bien puede estar actuando en un hospital o reivindicando contra el cierre de los cines de la calle Fuencarral (Madrid). Actores, cantantes y personas comprometidas con la cultura y los problemas de la sociedad.

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