El hechizo eterno de Picasso cumple 40 años
Varias exposiciones conmemorarán el aniversario de la muerte del genio malagueño La galería Leandro Navarro reúne obra de varias épocas en su espacio madrileño
Hace ya mucho tiempo que Pablo Picasso acapara el primer plano en las noticias que tienen que ver con el mundo del arte. Rara es la temporada en la que no se le dedican varias antológicas o retrospectivas en los grandes museos del mundo (a finales de mayo el Picasso de Barcelona mostrará una gran selección de autorretratos) Sus obras no se apean de los primeros puestos de los cuadros más caros del mercado. Hace un par de días, hemos sabido que el magnate estadounidense Steve Cohen, había comprado en secreto el cuadro de Pablo Picasso El sueño, un retrato de Marie-Therese Walter pintado en 1932, por 120 millones de euros.
La última buena noticia sobre el pintor español tiene como escenario la madrileña galería Leandro Navarro. Con el pretexto de que que se acerca el 40 aniversario de su muerte (falleció el 8 de abril de 1973), el prestigioso marchante, especializado en la vanguardia histórica, ha organizado una pequeña retrospectiva (15 obras de toda su trayectoria) que podrá verse a partir del próximo jueves.
Francisco Calvo Serraller, profesor y crítico, autor del catálogo de la exposición, asegura que las obras elegidas ilustran los diferentes momentos creativos por los que ha transitado la obra del artista. Para Calvo Serraller, no hay ningún eslabón perdido en la trayectoria pluriestilística de Picasso.
“El aura artístico de Picasso sigue desafiando el paso del tiempo. Convertido ya en mito de la vanguardia a comienzos del XX” recuerda Calvo Serraller, “nadie se atrevió a cuestionar su obra hasta la década de los 60, cuando era ya un septuagenario. Poco después de su muerte, en 1973, cuando París y Nueva York le dedicaron sendas retrospectivas, se reivindicó totalmente su figura y sobre todo, lo realizado en su etapa final, hasta entonces en entredicho. Se puede afirmar que desde comienzo a fin del siglo XX, primero como encarnación del joven artista rompedor, y, al final, como el maestro que más y mejor interpretó el espíritu de la vanguardia, Picasso fue siempre el principal centro de atención artística”.
En las paredes de la galería cuelgan cinco óleos y diez dibujos. El recorrido se inicia con obras fechadas entre 1904 y 1906. Vienen después pinturas de corte cubista como Composition aux formes géometriques (pipes), de 1918, o Compotier, bouteille et verre, de 1922 , obras clave que muestran el camino de su evolución, hasta llegar a piezas de su madurez como Tête de’homme III, de 1965, Trois hommes debout, de 1966 y, por último, el dibujo Nu debout et flûtiste, de 1967, la obra más tardía de las que componen la muestra. Son obras, escribe Calvo Serraller, realizadas durante más de sesenta años de actividad sin desmayo; una actividad que el artista reforzó durante los últimos años de su vida, un tiempo durante el que su creación fue frenética. Recuerda el crítico que cuando el artista murió se encontraba en la cama afectado por una neumonía. Le acababan de retirar los lápices y cuadernos de dibujo para hacer un hueco a la bandeja del desayuno.
Babelia
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