Caspa
La ITV es un concepto inteligente que disfraza otra ayuda directa al sector del automóvil. Cuando se impuso la revisión de la ITV no hubo protesta social. Si lo comparas con la ley antitabaco concluyes que a la gente le parece mucho más razonable que el Estado se interese por la salud de su coche que por la suya propia. Nadie sabe qué sucedería si el Estado decidiera obligar a todos los ciudadanos a pasar una revisión a fondo cada cinco años. A los articulistas, por ejemplo, nos podría medir hasta qué punto somos contaminantes y obligarnos a rebajar el sulfuro o renovar las luces de freno.
La ITV está de actualidad porque en una turbia trama de concesiones asoma el nombre de Oriol Pujol. Como el asunto está en manos de los jueces, es mejor limitarse a aspectos laterales. Al parecer los más activos miembros de la trama se referían al miembro de CiU como el primo de Zumosol. Esto es otra victoria de los publicitarios españoles. Lograron alimentar el subconsciente colectivo con un personaje arquetípico. El primo poderoso con el que espantar a los abusones. Quienes no apreciábamos el anuncio de Zumosol, por considerarlo primario en su lenguaje y preferíamos la publicidad indirecta, sugerente y sutil, sería bueno que reconociéramos nuestro error públicamente. El primo de Zumosol ya es otro miembro de la gran familia española.
El error de juicio ante el anuncio de Zumosol tendría que hacernos reflexionar sobre el anuncio de champú que protagoniza Casillas. La marca Cabeza & Hombros, en sí una referencia cristalina hacia el drama de la caspa, ha logrado fichar a la más alta institución nacional. Tal y como está el patio, el portero capitán de la triunfadora selección de fútbol es el más alto dignatario colectivo. Por eso que el anuncio fuera tan directo, abrupto y tosco como para retratarlo con un tipo enjabonándole el cabello en pleno terreno de juego llamaba la atención. Esa renuncia a la sutileza era tan dura de aceptar como si al ir por la carretera el neón del Club Afrodita dijera en su lugar Casa de Putas Mari Carmen. Nadie fracasará nunca en España si reparte ganchos al hígado. Aquí a la caspa nos gusta llamarla caspa.
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