Toni Bentley lleva el feminismo a la sodomía
La escritora viaja a España para ver la interpretación de Isabelle Stoffel sobre 'La rendición' El montaje dirigido por Sigfrid Monleón llega al Centro Dramático Nacional de Madrid
“Para mí es un milagro que exista La rendición como libro y que, a través de Isabelle Stoffel, se haya convertido en un montaje que estrena el mayor teatro nacional español; es un milagro tan grande como el que viví la primera vez que practiqué sexo anal”. La australiana Toni Bentley, residente en Nueva York desde pequeña, y autora de La rendición, su controvertido libro de memorias íntimas, publicado en 18 países, es firme y asertiva a la hora de defender la sodomía. Su apología de esa práctica sexual dio el salto a los escenarios el pasado año, cuando la actriz Isabelle Stoffel hizo la versión escénica de La rendición (Tusquets Editores/La Sonrisa Vertical) con puesta en escena del también cineasta Sigfrid Monleón. Se estrenó en Microteatro por dinero, un mínimo escenario del centro de Madrid, pero tal y como está ocurriendo con muchos modestos, pero inteligentes montajes, ha dado el salto a los grandes circuitos teatrales. De hecho, mañana inicia una nueva andadura, no sólo nacional, en la sala de la Princesa del Teatro María Guerrero del Centro Dramático Nacional, donde el personaje protagonista de esta curiosa autobiografía lanza toda una soflama filosófica, irónica, espiritual y erótica en la que cuenta cómo, a pesar de su ateísmo, encontró a dios en el mismo momento que fue sodomizada por primera vez.
La autora cree que la penetración anal es el vicio o pecado bíblico de Sodoma y Gomorra que se ha hecho más popular y ha tenido más trascendencia por varias razones: “La primera es que sucede mucho más de lo que la gente admite, sobre todo en parejas heterosexuales, pero también creo que la naturaleza del tabú que es inherente a la sodomía tiene su base en la vergüenza; el ano es un punto de nuestro cuerpo que desde la niñez se nos acostumbra a verlo como algo sucio, muy privado, y al compartirlo en la edad adulta se convierte en un hecho muy importante, donde emerge la complicidad y una intimidad más grande y mucho más vulnerable”, señala Bentley de este punto del cuerpo humano que ella conecta con el arquetipo de la sombra en Carl Gustav Jung; un concepto que para este psiquiatra y ensayista representa cualidades y atributos desconocidos o poco conocidos del ego tanto individuales, como colectivos. “Cuando queremos ver nuestra propia sombra nos damos cuenta (muchas veces con vergüenza) de cualidades e impulsos que negamos en nosotros mismos, pero que podemos ver claramente en otras personas”, afirmaba Jung.
“Es muy importante el tema de la vergüenza, podríamos decir que el ano es un reflejo de la personalidad sombra, además a las mujeres nos dicen desde pequeñas que el sexo es por la vagina, cuando tenemos tres posibles formas de penetración y además el recto y la boca están conectados”, sostiene Bentley, una autora que ha escrito otras muchas obras, pero siempre cercanas al ensayo, a la no ficción, incluso la biografía de la conocida bailarina Suzanne Farrell. “En mis libros siempre digo la verdad, muchas personas creen que La rendición es una novela, pero desgraciadamente, por la parte de dolor que conlleva, hay en ella una autobiografía, son unas memorias íntimas”, señala esta mujer que nunca fue a la Universidad, pero siempre escribió un diario, y su primer libro lo aborda a los veinte años, como bailarina del New York City Ballet de George Balanchine, donde entró a los 18 años y desarrolló una carrera profesional de 10. Abandonó por una lesión de cadera: “Fue muy traumático, pero al menos podía escribir sobre ello y hoy para mí lo de escribir es sobrevivir; de niña pensaba que nunca podría decir la verdad; pero leí muchos libros, incluido Henry Miller, me lo tomé muy en serio y vi que en el papel sí puedo decir la verdad, toda la verdad, y La rendición es un ejemplo de eso, de ahí que esta obra estuviera predestinada a llegar a un escenario, porque ahí también todo lo que ocurre es verdad; en mi interior veía el monólogo de una mujer, pero no pensé que se podría hacer realidad hasta que llegó la propuesta de Stoffel…, de hecho ni siquiera pensé que iba a pasar el libro, incluso recuerdo que cuando se lo entregué a mi agente literario se horrorizó con el tema”.
Ella sabe del puritanismo de los estadounidenses en lo que al sexo se refiere: “Les puso muy nerviosos mi libro, les espantaba. Sobre todo eran las mujeres quienes se ponían muy nerviosas y de hecho me marcaron como no feminista por encontrar placer en la sumisión. Cuando lo que he hecho es llevar el feminismo a la sodomía, porque siempre ha sido considerado un tema gai, y yo soy una mujer heterosexual que quiero no sólo los mismos derechos para las mujeres sino también las mismas prácticas sexuales. Es un guiño a las mujeres para que sepan que la sodomía no es sólo para homosexuales y que el sexo siempre es y ha sido una paradoja”.
Tanto la obra de Bentley, reconocida por la crítica, como el montaje de Monleón, están marcados por un fino humor y una sardónica ironía, algo que a la escritora le parece imprescindible. “El sexo y la sodomía son para mí tan serios y tan absurdos, que el humor y la ironía ayudan a conectarlos; el sexo tiene que ver con la muerte, Eros y Tanatos siempre unidos, y la manera de sobrellevarlo es con humor. No podría vivir sin humor ni ironía porque estaría llorando todo el rato”, dice esta escritora que cree que al describir el sexo a través de la seriedad, como la religión o dios, se corre el riesgo de ser ridículo.
La rendición, que se ha publicado en 18 países, vive ahora otra vida como montaje teatral. Stoffel ha hecho también la versión alemana e inglesa y se tiene previsto presentar el espectáculo en Nueva York, Los Ángeles, Alemania y Suiza. De momento el CDN hará un encuentro con el público el sábado y el lunes día 21 el ciclo Lunes con voz reunirá a Bentley, al director y la actriz con Lorena Berdún para debatir sobre este tema con el público, que puede asistir libremente hasta completar aforo.
Babelia
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