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Columna
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Tosco

David Trueba

La subida del IVA no es más que otro tosco remedio para aumentar la recaudación del Estado en tiempos de crisis financiera. Es tosco porque se limita a dirigir contra el bolsillo de los ciudadanos la solución económica. Es más tosco aún porque el Gobierno que lo pone en práctica se presentó a las elecciones con una campaña radical contra la subida anterior, practicada ya en su momento por quienes le precedieron, que tampoco encontraron fórmula más brillante de solventar el caos. ¿Manejan ya la posibilidad del atraco directo? Todo forma parte de la urgencia y la falsedad en que nos movemos. El dinero sale del ciudadano camino del Estado. A cambio, el Estado le reduce sus servicios públicos. Nunca se pagó más, por menos.

Es tosco que hayamos alcanzado una cota tan alta de impuestos y tasas para sufragar al Estado, de intervencionismo y dirigismo recaudatorio bajo una ideología política que lleva tres décadas repitiendo que el Estado tiene que liberar a los ciudadanos de su carga recaudatoria y de su intervención. Algunos se han pasado toda la vida estudiando la mejor manera de amputar brazos y piernas y ahora los han colocado en la planta de trasplantes y transfusiones. Existe una seria sensación de que la realidad está patas arriba y todo funciona al contrario de como sería razonable.

Este disparate provoca miedo y desigualdad social. Pero hay algo encantador. Después de siglos de discusión, el ministerio de Hacienda español haya arrojado luz sobre qué es entretenimiento y qué es cultura. Mentes privilegiadas llevan siglos sin resolverlo, pero Hacienda ha hablado. El Rey Lear no es cultura, sino entretenimiento, puro teatro. Tampoco Las bodas de Fígaro es otra cosa que un musical para matar la tarde del provinciano en la capital. Que pague. En cambio una buena corrida es cultura. Y un despeje a zurriagazo del balón colgado en el área también es cultura. Y el libro Cómo triunfar en los negocios en 21 lecciones también es cultura, pero no La quimera del oro de Chaplin, una pamplina comunista. Es tranquilizador saber que al mando de tu país hay cerebros superdotados. Y al que no lo entienda, que ponga la tele para que se lo expliquen mejor.

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