La subida de Botvínik (IV)
Blancas: M. Botvínik (URSS). Negras: M. Vídmar (Yugoslavia). Defensa Semi-Tarrasch (D40). Nottingham (Reino Unido), 1936.
El debate sobre ventajas e inconvenientes de un peón central aislado es secular. Steinitz, el primer campeón del mundo explotó muy bien su debilidad. Pero Botvínik demostró que las perspectivas de ataque compensan con creces. He aquí una obra maestra, muy didáctica y rematada con gran brillantez: 1 c4 e6 2 Cf3 d5 3 d4 Cf6 4 Ag5 Ae7 5 Cc3 0–0 6 e3 Cbd7 7 Ad3 c5 8 0–0 cxd4 9 exd4 dxc4 10 Axc4 Cb6 11 Ab3 Ad7 12 Dd3 Cbd5 (el menú está servido: el peón aislado en d4 es débil a medio plazo y cede la excelente casilla d5; pero gracias a él las blancas gozan de ventaja de espacio y líneas abiertas) 13 Ce5 Ac6 14 Tad1 Cb4 15 Dh3 Ad5 16 Cxd5 Cbxd5?! (a primera vista, las negras están bien: bloquean con firmeza el peón aislado, su rey está protegido y no sufren debilidades graves; sin embargo, a Botvínik le queda una importante baza para aprovechar su ventaja de espacio; lo preciso era 16 ..Cfxd5! 17 Ac1! Tc8, y las negras seguirían sólidas) 17 f4! (la idea básica es que f7 es el punto de coincidencia -por Rayos X- de tres piezas blancas: Tf1, Ce5 y Ab3) 17 ..Tc8 18 f5 exf5?! (las máquinas recomiendan 18 ..Dd6 pero tras 19 Tde1, la presión sería muy desagradable) 19 Txf5 Dd6? (diagrama) (un error táctico, porque disminuye la protección de la Tc8; sin embargo, la recomendación de los inhumanos, 19 ..Tc7, también conduce a una muerte segura, aunque más lenta, tras 20 Tdf1) 20 Cxf7!! Txf7 21 Axf6! Axf6 (o bien 21 ..Cxf6 22 Txf6!, especulando siempre con Dxc8+) 22 Txd5 Dc6 23 Td6! De8 24 Td7, y Vídmar dejó de sufrir. Correspondencia: ajedrez@elpais.es
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.