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Los hitos de los Rolling Stones

Los momentos clave de la banda que marcó un antes y un después en la historia de la música

Concierto de los Rolling en Oslo (Noruega), en el inmenso estadio Valle Hovin.
Concierto de los Rolling en Oslo (Noruega), en el inmenso estadio Valle Hovin.Reuters Scanprix Norway

“No consigo estar satisfecho, no consigo estar satisfecho, y eso que lo intento, lo intento, lo intento y lo intento, pero no lo consigo, no lo consigo”. Es la traducción de uno de los himnos de la juventud de los sesenta y los setenta, (I Can´t get No) Satisfaction, el primer gran éxito de los Rolling Stones. Cinco décadas llenando estadios a ritmo de rock. Aquí tenemos algunos de sus momentos estelares.

Sus comienzos fueron tímidos. En 1964 tuvo lugar una de sus primeras apariciones en televisión, en el popular programa Arthur Haynes Show para promocionar su disco de debut, The Rolling Stones. Tocaron la versión de los Beatles; I wanna be your man, una canción escrita por John Lennon y Paul McCartney. Fue uno de sus primeros encuentros mediáticos con el público británico.

Su éxito mundial llegó con el single (I Can´t get No) Satisfaction, escrito en 1965 por Jagger y Richards. Con este tema, los Rolling se convertían en la voz de toda una generación frustrada pero ávida de libertad y de locura. Sus referencias al sexo y al cinismo del sistema fueron un escándalo en la época.

En 1968 llega Sympathy for the devil, escrita por Jagger e inspirada en la poesía de Baudelaire y en la novela de Mijaíl Bulgakov, El maestro y margarita. Jagger emula a un personaje oscuro que inspira los actos de maldad de la historia: la crucifixión de Cristo, el asesinato de los zares, los crímenes de la II Guerra Mundial y el disparo a John F. Kennedy. Está considerada una de las mejores canciones de la banda.

La década de los sesenta tocaba a su fin y el movimiento hippie llegaba a su cima con el festival de Woodstock, celebrado en agosto de 1969 con el lema “tres días de paz y música”. En diciembre del mismo año, el festival de Altamont, organizado por los Rolling Stones en California, supuso el declive del espíritu de amor y paz que caracterizó Woodstock. Los Rolling contrataron como grupo de seguridad a los moteros apodados Ángeles del infierno, que durante el concierto asesinaron a un joven afroamericano. Tras el trágico incidente, la banda tuvo que suspender el festival. La prensa criticó los excesos de violencia surgidos en el evento y hablaron del fin de una época; “la muerte de la nación Woodstock”.

En 1971, los Rolling deciden marcharse de Inglaterra huyendo de los impuestos contraídos con el fisco británico. Keith Richards, cuya afición a las drogas le mantenía despierto varios días, alquiló una casa en Villefranche-sur-Mer, el sur de Francia, en cuyo sótano grabaron el disco Exile on Main St. Las grabaciones fueron anárquicas debido al estado de Richards y a los cortes de electricidad que sufría la casa, que llevaron a la banda a desviar ilegalmente el cableado de las vías ferroviarias aledañas. Los críticos definieron el disco como “caótico”.

En la segunda mitad de los setenta, los Rolling Stones entraron en un periodo de decadencia creativa debido, según los críticos, a la adicción a las drogas de Richards y a la preocupación de Jagger por destacar en el mundo de la farándula. Muchos les consideraban una banda obsoleta, que nunca alcanzaría el nivel de sus primeras creaciones. Pero en 1978, el grupo sacó un nuevo álbum original y rompedor, Some Girls, en el que combinaban las tendencias musicales de la música disco y el punk rock. El recibimiento por parte de público y crítica fue inmejorable y el disco vendió más de seis millones de copias en Estados Unidos y casi nueve millones fuera.

A partir de entonces los Rolling dieron sus mejores conciertos. Uno de los más célebres fue el del Hampton Coliseum en Virginia (Estados Unidos) el 18 de diciembre de 1981, que fue grabado y emitido en ciclos de cine. Ese concierto también iba a ser famoso por algo más. Cuando estaban tocando Satisfaction, un fan invadió el escenario y se acercó a Jagger. Keith Richards vió al intruso y usó su Fender Telecaster para proteger al líder de la banda, propinando al fan un memorable guitarrazo.

El estadio Vicente Calderon fue el escenario elegido por la banda para su primer concierto en Madrid. El 7 de julio de 1982, en plena ola de calor, cayó un aguacero de órdago sobre la capital. Pero el grupo no suspendió el evento y protagonizaron uno de los mejores conciertos de todos los tiempos. Ante más de 70.000 personas que saltaban en un suelo encharcado al ritmo de Under my thumb, la banda de Jagger demostró que seguía siendo la de siempre.

Tal trayectoria de sexo, drogas y anarquía tenía que acabar en el cine. Y de la mano de uno de los grandes. Los Rolling colaboraron con el director Martin Scorsese en Shine a Light (2008), el documental que recoge sus actuaciones durante su gira, A Bigger Bang Tour. El aclamado cineasta filmó a la banda desde el 29 de octubre hasta el 1 de noviembre de 2006 en el Beacon Theatre de Nueva York. La película muestra el pasado y el presente de una banda única, que parece desafiar las leyes del tiempo y de la naturaleza. Fue un éxito de crítica y de público. Su último gran hito... por ahora.

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