Los Miura perdonan en el segundo encierro

La Casa de Misericordia, la entidad benéfica que gestiona la plaza de toros de Pamplona y que organiza la feria de San Fermín, no cree en los milagros. Esa falta de fe en la Providencia lleva a los gestores de la Casa a programar, desde hace ya más de una década, a la ganadería de Eduardo Miura para el encierro del domingo. Miura es un hierro centenario que promete toros de gran envergadura y peso, y que en el encierro de Pamplona hace prever un comportamiento noble y sin buscar derrotes contra unos mozos que suelen abarrotar las calles de la ciudad la mañana del domingo.

El pronóstico se ha cumplido y los Miuras han realizado el recorrido entre los corrales de Santo Domingo y la Plaza de Toros en 2 minutos y 27 segundos. Desde los primeros metros, la manada ha sido liderada por Navajito, un toro negro listón marcado con el número 20. Ha sido él, adelantado a los cabestros que suelen marcar el ritmo, el que ha protagonizado los momentos de mayor peligro, en un encierro al que han llegado muchos corredores nuevos debido a la coincidencia del fin de semana. No se han registrado heridos por asta de toro y sólo dos participantes, un madrileño y un vizcaíno, han sido trasladados al Complejo Hospitalario, aquejados por contusiones al ser arrollados por la manada.

Oportunidades se han dado, sin embargo, para que el encierro de los Miura tuviese un peor balance. Muchos mozos se estrenaban esta mañana y lo hacían sin haber reparado en los detalles que un buen corredor tiene siempre en cuenta. Uno de ellos es apartarse a la derecha de la calle cuando se toma la curva entre la calle Mercaderes y Estafeta. No lo ha hecho un joven vestido completamente de negro que se ha arriesgado a recibir una dura cornada al pegarse al vallado de la parte izquierda de esa curva, contra la que habitualmente derrotan los toros en el encierro. Él ha sido uno de los afortunados que ha logrado salir indemne de los varios sustos protagonizados por los 6 de los herederos de Don Eduardo, respetuoso nombre con el que se recuerda al fundador de la ganadería radicada en la casi mítica finca sevillana de Zahariches, en Lora del Río.

Con una media de velocidad de 20 kilómetros por hora y liderados, con varios metros de distancia por el toro Navajito, la manada de Miura ha mantenido su comportamiento habitual, arrollando a los mozos que no lograban mantener su velocidad, pero sin empitonarlos ni arremeter contra ellos, sino simplemente apartándolos de un camino densamente poblado. Son muchos, por tanto, los participantes que han alargado su noche para saltar al adoquinado del recorrido del encierro que, pese a las nubes que amenazaban lluvia, estaba sólo mojado por las máquinas barredoras, que esta mañana se han empleado a fondo para eliminar la abundante suciedad dejada por quienes disfrutan de la fiesta. Una rutina festiva que continuará esta tarde con la segunda corrida de la Feria del Toro, en la que los 6 morlacos de Miura se encontrarán con los matadores; Rafaelillo, Fernando Robleño y Javier Castaño, que intentarán lograr el triunfo de abrir la Puerta del Encierro, como ha hecho las últimas ediciones con los toros de este hierro Juan José Padilla. Tras su gravísima cogida en Zaragoza, en la que perdió un ojo, “El ciclón de Jerez” verá hoy la corrida desde la barrera, esperando encontrarse de nuevo con su público más entregado, el de Pamplona, en el festejo que cerrará el certamen, el sábado 14 de julio.

Mañana es el turno de otra ganadería habituada a los Sanfermines, los Cebada Gago, que encontrarán en su trayecto muchos menos corredores que los Miura. Pasado el fin de semana, dicen los pamploneses que la fiesta se queda para los de casa. La Casa de Misericordia confiará en la suerte para que se mantenga la tendencia limpia de los dos encierros realizados este año. Sus dos ases en la manga para este objetivo, los toros de Dolores Aguirre y de Miura, ya los ha empleado.