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La explosión (editorial) del 15-M

En un año, el movimiento contestatario genera cierta literatura específica pero dispara el ensayo, y cierta recuperación de clásicos, del pensamiento crítico

Carles Geli
Exposición en el Ateneo de Madrid sobre los indignados del 15- M con motivo del primer aniversario del movimiento.
Exposición en el Ateneo de Madrid sobre los indignados del 15- M con motivo del primer aniversario del movimiento. GORKA LEJARCEGI

“Estábamos en una dictadura cultural y ahora estamos en plena revolución cultural”, sostiene el periodista Guillem Martínez, autor y coordinador de CT o la Cultura de la Transición (Debosillo), ultimísimo hijo en formato de libro que ha generado el 15-M y que engrosa la veintena larga sobre el tema que en una librería de peso en Barcelona como Laie merecen mesa específica por rabiosa novedad a rebufo del movimiento.

Poco más de un mes necesitó el sector editorial español para responder en mayo del año pasado al fenómeno. Las voces del 15-M (Libros del Lince), el pionero –“y uno de los que ha ido más de boca a boca”, apunta Martínez-- Nada será como antes, de Carlos Taibo (Libros de la Catarata) y Les veus de les places (Las voces de las plazas, en Icària), entre otros, dieron un raudo recibimiento al fenómeno que apenas requirió de tres meses más para asentarse en el mundo del cómic, con títulos como Revolution Complex (Norma) y Yes, we camp! Trazos para una (r)evolución (Dibbuks).

Tras algún titulo un poco más tardano como el que combinaba fotografías y twitters de esas jornadas (como RT # 15-M, financiado a través de crowdfunding), “el fenómeno pareció calmarse y ahora me sorprende que no haya ninguno específico que haga un primer balance del primer aniversario”, constata Lluís Morral, de Laie. “No puede haber balance porque no hay movimiento aún, apenas se está formando, como demuestran estos días los debates ya más concretos que se están produciendo sobre daciones, posibles responsabilidades… Hasta ahora las editoriales hemos recogido motivos de indignación y demostraciones de estado de ánimo y ahora apuntamos a posibles alternativas; el movimiento está aún en un work in progress”, apunta Anna Monjo, responsable editorial de Icaria, quizá el sello que más ha apostado por el tema. Arrancaron casi al tiempo que los manifestantes salían a la calle con los dos primeros títulos en imprenta de una colección (Asaco) de textos breves y asequibles planteando inquietudes quizá entonces aún latentes pero que a partir del 15-M reorientaron, como demuestran los títulos Quiénes son los mercados y cómo nos gobiernan, Vivir en deudocracia… Así hasta una docena, el último de los cuales aparecerá estos días, ¡Banca pública!, y al que seguirán Internet, tecnopolítica y revoluciones y Transnacionales y poder político.

La mirada a la mesa de novedades da rápidamente un retrato-robot de buena parte de esas publicaciones. Suelen ser textos breves, de apenas un centenar de páginas, y generalmente escritos por varios autores, práctica que se extiende a los cómics. “Son breves porque se busca un precio asequible [los Asaco de Icaria se mueven por los seis euros] y porque se quiere un mensaje claro, corto y contundente en tanto buena parte de la gente que los adquiere son jóvenes acostumbrados a leer en pantalla o gente que no lee ensayo y menos de temas económicos o políticos; no se pueden ofrecer textos hiperelaborados y largos, fracasarían”, expone Monjo. Y remite a cómo se mueven las asambleas en las acampadas: “se nota mucha desinformación en las plazas; hay gente que pregunta cosas muy básicas; en eso se nota cómo el 15-M ha incorporado a la discusión política y crítica a gente que estaba excluida por voluntad propia o no, una distancia política que la crisis, la injusticias y las hipotecas han sacudido, y esta gente requiere ahora libros de formación y que se les planteen alternativas”. La firma colectiva suele responder a que son autores que forman parte de grupos de investigación o de colectivos, “gente que está ya muy metida”.

Constata Martínez, como autor y como comprador-usuario, cómo buena parte de la bibliografía alrededor del 15-M está en manos de sellos editoriales ya establecidos y no tanto en manos de firmas más pequeñas en el borde del sistema, dice quizá pensando en sellos como Virus o El Viejo Topo. Así, han sido editoriales como Icaria, pero también Séquitur, Angle Editorial (gracias a su escritor-insignia, Arcadi Oliveres, que acaba de lanzar ¡Ya basta!, en su sello Cuadrilátero de libros) o incluso grandes sellos como Planeta con Stéphane Hessel y sus ¡Indiganos! y ¡Comprometeos! (ambos en Destino), o Santillana con el coral Reacciona (Aguilar, que hace unas semana ha reincidido con autores y temática en Actúa, ahora en Debate), entre otros, quienes han ido dominando los anaqueles. La clave de ello puede estar, según la editora de Icaria, en “la transversalidad ideológica del propio 15-M , que hace que los sellos alternativos más definidos ideológicamente no sepan a ciencia cierta si es su discurso o no; el movimiento no es anarquista o comunista o antisistema a secas, y eso crea desorientación”. También suelta una pequeña pulla a los grandes que, si quisieran, podrían acaparar también en esto el mercado. “Lo que ocurre es que para editar este tipo de libros has de creértelos un poco también y saber dónde están estos autores, tener contactos con ellos y los grandes grupos editoriales no suelen”.

Sin duda sí es fruto directo del 15-M es, en un fenómenos de onda expansiva editorial, la proliferación de libros de debate y de reflexión alternativos. “En el último año ha aumentado la oferta ensayística de esta vía”, constata Morral desde el punto de venta. Son títulos que no abordan tan directamente el movimiento como los problemas de fondo que lo zarandean; pueden visualizarlo títulos como Sus crisis, nuestras soluciones, de la ya veterana Susan George; Así no podemos seguir, de Paul Ginsborg (Lince) o los de Serge Latouche, apóstol de la filosofía del decrecimiento (Salir de la sociedad de consumo, en Octaedro, es ahora su título más fresco).

Junto a ello, como una jugada de carambola a tres bandas, la agitación social ha comportado la recuperación de nombres y títulos históricos, como Rosa Luxemburgo, Friedrich Engels y, claro, Karl Marx , de quien amén de libros como Marx ha vuelto de Daniel Bensaïd (Edhasa) o de Por qué Marx tenía razón , de Terry Eagleton (Península), sólo en los cuatro primeros meses de este año ya se han recuperado más de media docena de sus obras. “Es un fenómeno que viene incluso un poco antes de la eclosión del 15-M”, apunta Morral, tesis que Monjo redondea: “Es un tipo de ensayo que dejó de editarse hace cerca de 30 años y la verdad es que faltan referentes para analizar la situación actual; hay un determinado lector, quizá el más concienciado entre los contestatarios, que se da cuenta de que adolece de formación ideológica y esos textos clásicos, muy bien hechos, ayudan a entender de dónde venimos”.

No hace falta que lo admita Monjo porque el librero ya lo ha constatado: las ventas de este tipo de libros son, sin embargo, muy escasas; un poco mejores son las de análisis global más recientes, que en el caso de la colección a saco, la editora cifra de media en unos 2.000 ejemplares”. Según Martínez, hay una parte de este tipo de lectores que se mueven básicamente por la red, “especialmente vía twitter, retuiteando mucho y enlazando desde ahí a textos de descarga gratuita o, a veces, pirateados”. Las editoriales no han se dado cuenta de ello ya también se asoman a twitter para difundir ese tipo de textos, o a Facebook, “yendo a charlas y foros donde está esta gente y haciendo muchas presentaciones. E incluso llegando a acuerdos con los autores o librerías para vender ‘in situ’, en esos foros”.

Martínez esperaba, sin embargo, si no mayor proliferación de títulos, si algunos más que “que hayan modulado discurso”. De alguna manera él lo ha intentado en CT, o la Cultura de la Transición, donde 20 autores (él mismo, Ignacio Echevarría, Belén Gopegui, amador Fernández-Savater e Isidro López, entre otros) diseccionan la sociedad española actual a partir de una primera incisión de bisturí escalofriante: en aras de la estabilidad y la adhesión al proyecto de la tierna democracia, tras la muerte de Franco se desactivó la cultura para convertirla de campo de batalla a jardín. Desde el análisis económico y político y bancario a lo cultural, pasando por el papel de la mujer o de la SGAE o de la literatura, los artículos analizan el malestar de hoy como consecuencia de esa desmovilización pactada en la Transición. “Estamos por vez primera ante un cambio de paradigma real”, apunta Martínez, cuyas primeras explosiones ubica ya en “las reacciones tras el escándalo por los atentados del 11-M, el mismo 15-M y la polémica generada por la Ley Sinde”.

Soldados de Salamina, de Javier Cercas (“por metáfora de la despoblematización y el consenso forzado, pero hay muchos autores CT”), el PSOE (“símbolo de lo que ha sido las izquierdas”) y los medios de comunicación tradicionales en general son los principales fajadores de los artículos.

En cualquier caso, el filón de los libros hijos del 15-M no parece tener fin a corto plazo, en opinión de los consultados. “Seguirá por una razón sencilla: esto acaba de empezar como se ve estos días del primer aniversario; no sé, está el debate del derecho de desobediencia civil, las propuestas de nueva economía… Mientras haya temas a revisar, y la realidad nos lo demuestra cada día, se necesitarán libros para explicarlo y proponer alternativas”, sostiene Monjo.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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