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Tentaciones

Pegasvs, canciones con alas (y motor)

Sergio Pérez García y Luciana della Villa, pareja asentada en Barcelona, son Pegasvs Su debut es orfebrería retrofuturista para viajar con la cabeza y mover los pies Atención a 'El final de la noche', un tema con hechuras de éxito underground.

Pegasvs, El final de la noche

Olviden al unicornio, ese pobre poni paticorto en cuyo entrecejo alguien ha incrustado un consolador, como si fuera una inglesa beoda en una despedida de soltera. Abracen y monten al pegaso alado para iniciar el viaje. Sergio Pérez García y Luciana della Villa les ofrecen las albardas para meter sus trastos y también la música que les acompañará en la excursión entre nubes, rayos de sol asesinos, olas de mar picado y polvo de estrellas.

Ahí está la sensibilidad de Broadcast, sí, pero también la intensidad del krautrock de Neu! o los Can del 'Monster Movie',

Fogueados en infinidad de bandas de todo pelaje, este dúo, pareja y residentes en Barcelona, como se dice en los programas televisivos, han facturado un disco repleto de cañonazos de retropop con una sala de máquinas de todo tipo al servicio de un viaje futurista. El futuro era (y sonaba) así (y lo sigue siendo). Ahí está la sensibilidad aquilatada de Broadcast, sí, pero también la intensidad del krautrock de Neu! o los Can (me ahorro el chiste con el nombre de animal) del Monster Movie, en contraste con la voz dulce de la cantante que emite versos-mantra. El resultado son nueve píldoras para viajar al Atlántico de otro planeta en las que no falta (ni sobra) ni un arreglo. Un trabajo de orfebrería retrofuturista para viajar con la cabeza y también para mover los pies.

Pegasvs: Sergio Pérez García y Luciana della Villa
Pegasvs: Sergio Pérez García y Luciana della Villa

Sergio y Luciana, asturiano y argentina, facturarían música aunque fueran la primera pareja de la creación y estuvieran solos en el Edén o en una isla. Adán podría haberse puesto a hacer música silbando por el hueco de su costilla, pero de ella salió Eva. Y ahí empezó todo, el ritmo y lo demás. Sergio, un músico que se hace música encima, ha tocado hardcore, punk, bluegrass y mil palos más en bandas como Thelemáticos, Anticonceptivas o incluso The Sad Believers, entre muchos otros proyectos. También gira con Joe Crepúsculo como compinche y escudero en los directos y produce álbumes de muchos grupos de la ciudad en la que reside. Luciana participó en los primeros, pero la conocimos en la banda de chicas revoltosas Sibyl Vane, aquellas que arrancaron su primer disco con una de las mejores primeras frases de la historia del pop barcelonés: “Somos una explosión de feromonas, que sólo parecen calmarse, mediante los deportes y la masturbación”. Hace tiempo que componen juntos en cualquier sitio y situación. Venían de montar el proyecto musical Amore. Ahora montan un solemne y elegante Pegasvs que, en su debut homónimo, mueve las patas y vuela para traernos un disco que tanto se escucha en el sofá como en la pista del club. Un disco que se edita en un mimadísimo vinilo bajo el paraguas de los siempre exquisitos Canadá y que también se puede comprar por menos de lo que vale una cerveza terracera en iTunes. Ya llega el pegaso, al paso, al trote y al galope. Con un motor en su panza.

1) No es el primer proyecto con Luciana, pero con estilos y aproximaciones muy diferentes. Me fascina esta forma de apostar por un concepto: es casi como adoptar una mascota y alimentarla y cuidarla desde fuera, descartando, imagino, ideas sonoras que no encajan...

(Sergio): Queríamos hacer algo nuevo empezando de cero y usando los cacharros que tenemos en casa en lugar de ir a un local a tocar las guitarras. No sólo cambia el estilo, sino también el proceso de trabajo. No tiene sentido ponernos a tocar una mandolina en Pegasvs, por ejemplo.

2) El disco es un viaje en toda regla y de un viaje salió. En concreto, de una excursión por Asturias. ¿Cómo os disteis cuenta de que queríais hacer esto? ¿Qué música llevabais en el coche?

Nos fuimos de vacaciones ya con la intención de hacer algo. Nos llevamos artefactos varios y le dimos vueltas hasta perfilar el sonido…. En el coche escuchábamos el Pet Sounds, pero también a Derribos Arias y algunas cosas más. Volvimos a nuestra casa de Barcelona con “la melodía del afilador y algunas ideas más.

3) ¿El nombre se os ocurrión también entonces? De hecho, existe una banda barcelonesa con ese nombre, aunque sin la V.

No lo sabíamos, pero el nombre surgió también allí. Por las noches podíamos ver las constelaciones al no haber mucha contaminación lumínica y Pegasvs nos gustaba especialmente. Sugiere fuerza y libertad. Aemás, a su vez remite a la antigüedad, una época que nos inspira especialmente.

4) Os inspira la astrología, incluso en su vertiente más cómica. El otro día decíais que ésta sería una gran semana porque salía el disco y porque Esperanza Gracia había colocado vuestros signos del horóscopo en el uno y el dos. Me fascinan los dedos de Esperanza Gracia, debo decir. Es como un fetichismo a la inversa.

Jajajaj, sí, lo de Esperanza Gracia va en serio. El domingo estábamos merendando y vimos que salía en un programa algo casposo y nos ponía en el top absoluto.

5) Te he visto tocar punk olcultista con Thelemáticos, bluegrass con Sad Believers, 'tecnojuglarismo' con Crepus… ¿Cómo combinas estilos más fríos con otros más cercanos o viscerales?

Bueno, cada estilo tiene unas pautas. Thelemáticos tiene bastante de bluegrass aunque no se note, pero la forma de tocar viene de ahí. Lo de Pegasvs es música electrónica: hacemos las canciones juntos y vamos grabando sobre la marcha. Tanto Luciana como yo tocamos en grupos desde hace un montón…

6) De hecho existe un libro de culto sobre la escena punk de tu pueblo, en el que eres uno de los protagonistas…

Sí, se titula Navia Caótica y cuenta la historia del rock en el occidente de Asturias. La verdad es que allí estábamos bastante aislados. Así que por ejemplo vivimos todo aquello del hardcore a nuestra manera. Nos quedamos mucho más con lo de Hágalo usted mismo que con las marcas de ropa. Cantábamos también sobre peña del pueblo y había enfados pero la gente también se animaba a cantarlas. Aún ahora se escuchan de vez en cuando. Es gracioso. Fue guay hasta que decidí irme de Asturias.

7) Aunque no se parecen entre sí, ahora hay unas cuantas bandas con desarrollos kraut. No como para sacarse de la manga una etiqueta, pero sí se advierte en canciones de Lüger y Klaus & Kinski, bandas con sensibilidades muy diferentes, pero con ecos de ese estilo.

Escuchamos siempre un poco de todo y eso no se traduce necesariamente en lo que hacemos. Pero sí, repasamos a fondo a La Dusseldorf, a Neu!... O incluso a Broadcast a la hora de grabar el disco, pero escuchamos muchas otras cosas que no tienen nada que ver. Además, no intentamos recrear exactamente el krautrock y tampoco creo que Lüger o Klaus & Kinski lo quieran. Tomamos ideas de ello, pero con otras fuentes también. Ahora también vivimos un momento muy concreto, falta romper con la mentalidad egoísta que nos han metido en la cabeza y tomar conciencia de quiénes somos.

8) Pero las letras suelen basarse en unas pocas palabras, al final hipnóticas.

No queríamos hacer letras largas ni ser totalmente explícitos. Cada canción tiene una inspiración concreta que preferimos dejar libre a la interpretación.

9) La música suena a futuro pero desde el pasado. A retrofuturo, vaya. ¿Qué papel juegan los instrumentos que usáis?

Son muy importantes para nuestro sonido y nuestra música. No las usamos como una forma de fetichismo, usamos el magnetófono o la mesa de mezclas como un instrumento más.

10) Y, ahora, algo completamente inesperado (o casi). Entremos un poco en vuestro universo referencial y en la casa en la que componéis. Un libro (I), un disco (II), un objeto (III), un programa de televisión (IV), una peli (V).

I) S: El concepto de lo político, de Carl Schmitt; L: El placer del viajero, de Ian McEwan.

II) S: Switched-On Bach, de Wendy Carlos y Benjamin Folkman; L: Doolittle, Pixies.

III) S: Thermomix; L: Silla modelo París.

IV) S: Saber y ganar; L: La noche temática.

V) S: La Patagonia rebelde; L: El Padrino.

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