Bodegón holandés con 'tutti-frutti'
La multiplicidad es la característica de la vida artística en los Países Bajos. Protagonistas este año en Arco, como país invitado, ofrecen un variado panorama con creadores de todos los continentes. Un cosmopolitismo que se explica en parte por el sistema de becas del Gobierno
Hablar de pintura holandesa es hablar de El Bosco, Rembrandt, Van Gogh… En Madrid, el Prado o el Thyssen poseen deslumbrantes obras de los antiguos maestros neerlandeses. Menos se sabe de los nuevos artistas, aunque poco a poco los está descubriendo el público español, como el caso de René Daniëls (Eindhoven, 1950), el más respetado por los nuevos creadores holandeses. Su obra se puede ver en la antológica que el Reina Sofía le dedica en el palacio de Velázquez desde mediados de octubre. El otro gran inspirador de la modernidad neerlandesa se llama Navid Nuur (Teherán, 1976) y expone estos días en las salas del Matadero de Madrid. Sus instalaciones eclécticas, con figuritas hechas con plastilina y neón, investigan conjuntamente nuevos campos de luz.
¿Qué les preocupa a los nuevos creadores? ¿Qué tienen en común? La historia reciente de los Países Bajos es un ejemplo de convivencia en el que coexisten culturas, razas y orígenes. Aunque en estos momentos, esa bandera de tolerancia se vea amenazada por la irrupción de la extrema derecha en el Gobierno, va a ser difícil dar marcha atrás en su manera de entender el arte y la cultura. Las 14 galerías participantes en Arco y los artistas representados son un ejemplo perfecto de una manera de entender la cultura auténticamente libre y ejemplo de tolerancia para todo el mundo.
Casi todas las galerías que vienen han abierto sus puertas después de 2000. Están centradas en proyectos de jóvenes emergentes y los artistas que las representan viven y trabajan en Holanda, pero proceden de diferentes países de todo el mundo. Entre ellos, hay varios españoles: Lara Almarcegui (Zaragoza, 1972) en la galería Ellen de Bruijne Proyects, de Ámsterdam; Pere Llobera (Barcelona, 1971) en Fons Welters, o Fernando Sánchez Castillo (Madrid, 1970), que ocupará con su trabajo todo el espacio de Tegenboschvanvreden, con una reflexión sobre el arte y el poder. Su última pieza se expone en el Matadero. Titulada Síndrome de Guernica, se trata de una pieza escultórica realizada a partir del Azor, la famosa embarcación de recreo que utilizaba el generalísimo Franco. El barco sirvió de escenario para algunos famosos episodios de la dictadura, como las conversaciones entre don Juan —padre del Rey— y el propio Franco.
Estos artistas son un ejemplo perfecto de una manera de entender la cultura auténticamente libre y tolerante
Japón, Estados Unidos, Europa, toda Latinoamérica, Rusia… son algunos de los lugares de origen de los artistas que llegan a Madrid con Arco. Una de las posibles explicaciones a esta concentración de talentos extranjeros puede entenderse por la existencia de la Academia de Bellas Artes de Ámsterdam, la Rijksakademie, el sueño de todo artista.
El Gobierno holandés beca cada año a 25 artistas extranjeros y a otros tantos nacidos en los Países Bajos. Si el jurado acepta el proyecto, el elegido puede utilizar un espacio y se le dota de los materiales que necesite para ejecutar su idea a lo largo de 12 meses. En esas becas suele colaborar el Gobierno del país de origen del estudiante. De este semillero ha salido la mayor parte de los artistas que han representado a Holanda en las grandes citas culturales como la Bienal de Venecia o la de Estambul.
Las galerías holandesas se vuelcan en la obra de todos estos jóvenes exponiendo sus proyectos. Los recortes que a partir de 2013 se han anunciado para las prestigiosas instituciones culturales holandesas han empezado ya a preocupar, y mucho, en los círculos culturales. La responsable de Cultura del Ayuntamiento de Ámsterdam, Carolien Gehrels, ha sido la primera en denunciar que tras esos recortes se oculta la intención del nuevo Gobierno de privatizar las instituciones culturales y museísticas.
Xander Karskens (Breda, 1973), responsable del Museo De Hallen Haarlem, ha escogido a las galerías participantes en la feria madrileña. El comisario ha elegido a artistas jóvenes y con un compromiso social y político. Las galerías seleccionadas representan el panorama de un país en el que el coleccionismo no es significativo pero sí es tradicional el fomento y la ayuda a los artistas.
Desde elementos heredados del Siglo de Oro holandés al conceptualismo de los sesenta se mezclan en las obras que se podrán ver en Madrid, en las que el cine, el vídeo y la performance tienen una presencia determinante. “Van a sorprender y van a interesar mucho”, asegura Karskens.
La galería Annet Gelink contiene esos principios esenciales que defiende el comisario general. Abierta en 2000, sus artistas suelen proceder de la Academia y De Ateliers. El local cuenta con una parte expositiva convencional y un segundo espacio (la panadería) dedicado a los proyectos más experimentales. A Madrid trae al artista croata David Maljkovic (1973), quien utiliza collages, instalaciones, vídeos y dibujos que abordan la memoria histórica de su país.
Diana Stigter, inaugurada en 2001 en Ámsterdam, estuvo inicialmente dedicada solo a la obra de mujeres artistas. Después incluyó también a los hombres. Expone a Nathaniel Mellors (1974), artista de origen inglés con residencia en Ámsterdam, premio Cobra que crea mundos artificiales mezclando guiones, vídeos, películas, fotogramas y esculturas.
Ellen de Bruijne Projects (www.edbprojects.nl), abierta en Ámsterdam en 1999, especializada en performance, expone a la artista española residente en Rotterdam Lara Almarcegui (Zaragoza, 1972) y a Falke Pisano (Ámsterdam, 1978). Almarcegui ha creado un complejo trabajo en el que, por medio de mapas, fotografías y vídeos, vincula la planificación urbanística a los más conocidos hitos arquitectónicos de la humanidad.
La Galerie Fons Welters de Ámsterdam está dividida en dos ambientes, la parte delantera llamada PlayStation está dedicada a trabajos experimentales. El resto de la galería lo ocupan autores emergentes. Expone obras de Renzo Martens (Sluiskil 1973), Magali Reus (La Haya, 1981), Pere Llobera (Barcelona, 1970) y Gabriel Lester (Ámsterdam, 1972). La pieza principal del espacio está firmada por Lester. Se trata de una gran instalación interactiva que vincula teatro, cine y arquitectura.
El comisariado y las infraestructuras culturales constituyen las señas de identidad de Jeanine Hofland Contemporary Art. Ámsterdam, 2010. Expone a Dina Danish (París, 1981), de quien se podrán ver dibujos y vídeos sobre los errores y malentendidos, y a Rumiko Hagiwara (Tokio, 1979), artista dedicada a pequeños detalles cotidianos fotografiados en lugares emblemáticos.
Parte de los consagrados están en Martin van Zomeren de Ámsterdam. Este galerista fue antes artista y por ello la mayor parte de su cartera está dedicada a antiguos compañeros como Navid Nuur y Katja Mater (Ámsterdam, 1975), ambos premiados y reconocidos. Las piezas de Nuur mezclan plastilina con tubos fluorescentes para articular un discurso sobre el espacio y el lenguaje. Mater expondrá fotografías sobre las que ha jugado con tinta y tiza para investigar sobre el tiempo.
El interés por la realidad contemporánea es esencial en los artistas que acaban exponiendo en Tegenboschvanvreden de Ámsterdam, abierta en 2009. Propiedad del historiador y crítico Pietje Tegenbosch y del artista plástico Martin van Vreden, ofrece un programa en el que alternan exposiciones, performances, charlas con artistas, presentaciones de libros, proyecciones y debates. En Arco se ha elegido como artista destacado al español Fernando Sánchez Castillo (1970), que desde una amplia conciencia política investiga la relación entre el arte y el poder.
En la misma línea trabaja la Galerie West, en La Haya, desde 2007. Centrada en artistas independientes, las piezas que exhiben están hechas expresamente para la galería. A Madrid traen trabajos de Lotte Geeven (1970) y de Marius Lut (1976).
Pero puede que el espacio de más potencia visual esté en ZiINGERpresents, de Ámsterdam. También aquí, los comisarios suelen ser fundamentales. Steven van Grinsven, propietario del espacio, es también el autor de la instalación. La pieza titulada 74,78,10 habla de los tres años decisivos en los que el legado holandés estuvo pendiente de un hilo, son los años en los que Holanda perdió la final del Campeonato Mundial de Fútbol. La presentación aspira a reinstaurar la fe en la posible supremacía de un país muy amante de este deporte. 1974, 1978 y 2010 son años que sirven de hitos para evocar la tradición del país y cómo el progreso estilístico puede superar 90 minutos de fama.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.