Preferimos a Darth Vader antes que a Luke Skywalker en La Guerra de las Galaxias; nos cautiva la locura del capitán Ahab en Moby Dick antes que la erudición de Ishmael, y lo mismo ocurre con las series de televisión. Nos gustan los personajes inmorales y con errores porque nosotros también los tenemos. Aquellos de trazos gruesos y los buenistas de La Casa de la Pradera han pasado a la historia. En Mad Men, nos cae bien Don Draper aunque sea un adúltero, y Dexter acaricia nuestra empatía a pesar de cometer crímenes que en la vida real nos pondrían los pelos de punta. Pero, ¿por qué el lado oscuro nos atrae tanto? Y más importante... ¿Corre peligro de desajustarse nuestra balanza moral?
Román Gubern, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor de libros como Patologías de la imagen (Anagrama), sugiere un desinterés comercial como primer motivo de la desaparición de lo que en EE UU se conoce como goody-goodies."El buenismo ha dejado de estimular el mercado.Los relatos inocentes están gastados y se hace notar más el perverso que el santo. La parte del Infierno es la más corta de La Divina Comedia pero siempre se cita. Y en la cultura popular, sólo tienes que ver a Lady Gaga.Ha dejado a Madonna en mantillas".
El hecho de que los personajes de ficción encarnen la maldad más atroz o la bondad menos egoísta se ha convertido en un sinsentido. Incluso Disney, paradigma de la dulzura, ha despreciado los criterios de los que hablaba Bruno Bettelheim en Psicoanálisis de los cuentos de hadas (Crítica) y ha pintado protagonistas adaptados a la realidad.
El villano ya no sigue un patrón maníqueo y diferencial. Ya no acojona por ser bruto ni por tener cicatrices. Ni sufre de megalomanía ni entona risas maquiavélicaspara dominar el mundo."Las series de hoy revelan la fragilidad de las convenciones legales y de los instintos morales", apunta Iván de los Ríos,profesor de Filosofía contemporánea y de Ética que tira de Los Soprano y deThe Wire para enseñar a sus alumnos. "Lo que da miedo de verdad es que el malvado vaya en calzoncillos y albornoz. Que sea un hombre que puede vivir en tu pasillo. Nunca representarás al criminal verdadero si no lo vinculas al hombre cotidiano".
Si los canalesafrontan el sexo de un modo más adulto, en el terreno moral sucede más de lo mismo. Stringer Bell, el personaje interpretado porIdris Elba en The Wire, es el peor de los delincuentes, pero también un ciudadano de éxito y un modelo delAmerican way of life. Conforta pensar que un traficante de drogas va siempre con la pipa en la mano y, sin embargo, asusta que sea inteligente, culto y hasta respetable. Bell va a la universidad, saca sobresalientes en Economía, e incluso aplica leyes básicas de la mercadotecnia cuando los yonquis rechazan "su producto".
¿Ya no quedan personajes de cuento?
"HBO no quiere espectadores mansos y por eso le pega hostias a su audiencia. The Wire y otras nos hacen pensar. Sacan el animal dubitativo que hay en nosotros y nos ayudan a salir de nuestra coraza arrogante", añade De los Ríos. Sorprende que incluso para Barak Obama el mejor personaje del éxito de David Simon sea uno de los malos. NiJimmy McNulty ni Lester Freamon. Su preferido es Omar Little. De este y de Don Draper ya son famosos los What Would "X" Do?, aforismos con los que nos preguntamos qué harían ellos -seres inmorales- en nuestro lugar. Pegatinas, ropa y hasta páginas web de autoayuda han nacido de estos condicionales.
Kalinda Sharma y Eli Gold en The Good Wife, Walter H. White en Breaking Bad, los Gallagher de Shameless... ¿Acaso no quedan personajes buenistas? "Es que ni despiertan interés ni son admirables", responde Joy Davidson, psicóloga, sexóloga y editora de libros comoThe Psychology of Joss Whedon (Smart Pop). "Incluso los personajes de Glee tienen un sinfín de matices, paradojas internas, sombras e inesperados niveles de sensibilidad que nos siguen sorprendiendo. Puede que sean representaciones exageradas de nosotros mismos, pero siguen siendo nosotros. Por eso nos identificamos con ellos".
Ser malo sin consecuencias
Echemos un vistazo a otro mundo narrativo, el del cómic, para ver cómo ha variado la concepción del héroe. Sólo tienes que comparar el Batman de los años 30-40 con El regreso del Caballero Oscuro de Frank Millery te darás cuenta de la metamorfósis.Bruce Wayne pasa de luchar contra la delincuencia a enfrentarse con un Superman pro-censura y empleadillo por el gobierno. Y hay muchos más ejemplos:Watchmen -Rorschach y su propio cógido moral-, la última etapa de Los 4 Fantásticos o el más reciente The Authority.Si los superhéroes tienen cicatrices, los demás no estamos ni mucho menos libres de pecado.
Ser bueno es de pringados y ver a Tony Montana disparando a diestro y siniestro o a losHijos de la Anarquía cometiendo un asesinato nos hace olvidar que somos títeres de la sociedad. Nos libera delStatu Quo,aunque sea en la comodidad de nuestro sofá. Así pues, disfrutamos con lo inmoral porque representa una oscuridad inasible. ¡¡Tenemos envidia!! Friedrich Nietzsche dijo que "cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti". Román Gubern, enamorado de Tony Soprano y Harry Lime (El Tercer Hombre), nos da carta blanca. "El pensamiento no delinque", dice. Podemos seguir siendo malos.
Comentarios
Muy interesante post. La gran pregunta está en por qué ya no se llevan los buenos buenísimos (y los malos malísimos), cuando antes sí que se llevaban. Creo que esta evolución de la ficción es un síntoma de la sociedad actual, en la que hemos renunciado a los altos ideales y en la que, por tanto, un héroe clásico resulta tan ajeno, tan extraño e irreal, que quitaría verosimilitud a la narración. Preocupante ¿no? Precisamente reflexionaba sobre esto (a propósito de Battlestar Galactica) en mi blog el otro día, por si a alguien le interesa: http://mispequenasobsesiones.wordpress.com/2011/04/05/cuando-el-bien-y-el-mal-no-estan-tan-claros/
¿Para cuándo BerlusconiMan? El único abuelo de la tercera edad que aparenta 50 con su capa de cera embalsamada, capaz de estafar por las mañanas, contar cuentos por las tardes y pasar la noche con tres a la vez. Desde luego, un super-héroe para los italianos.
¿Para cuándo BerlusconiMan? El único abuelo de la tercera edad que aparenta 50 con su capa de cera embalsamada, capaz de estafar por las mañanas, contar cuentos por las tardes y pasar la noche con tres a la vez. Desde luego, un super-héroe para los italianos.
El personal se aburre, eso es todo. Se refugia en la fantasía porque su existencia rutinaria y sumisa le consume. Sometido a la corrección imperante y hundido en su sillón se ilusiona con personajes de ficción que se atreven a romper todas las normas sin sufrir las consecuencias. Sociedad atemorizada y esteril. Atentamente. http://hacksperger.wordpress.com/
Eric y Tami Taylor de Friday Night Lights no tienen lado oscuro y son sin embargo de lo mejor que se ha escrito en los ultimos años en drama televisivo made in USA. Tal vez por ello no sea una serie estrella pese a su calidad inmensa. En cuanto a maletes simpaticos y/o cotidianos te has dejado a Nancy Botwyn, a Nurse Jackie, a Vic Mackey de The Shield, la a Patty Hewes de Damages
Una cualquiera: no nos interesa tu blog, de nada
Posiblemente esa inmoralidad de la que hablas es la que nos ha llevado a disfrutar de la mejor literatura que se ha escrito. Dexter por ejemplo es una serie con unos golpes de ingenio y humor negro importantes. Inmoralidad es la que nos rodea, la que leemos en los periódicos sobre lo que acontece a diario. Inmoralidad es la impunidad con la que el poder sigue laminando la razón. Dexter es un divertimento inteligente, una catársis.
También influye que algunos malos sean muy guapos y/o atractivos: si Don Draper fuera feo, gordo y desagradable nos caería mal. Qué decir de Idris Elba, aka Stringer Bell... Hace poco vi una peli suya, Ladrones (Takers) y a pesar de que hace de ladrón te cae bien... Claro que hay excepciones al prototipo de guaperas, por ejemplo Toni Soprano.
Personalmente, soy fanatica de las series como mad men, dexter, breaking bad y los soprano. Me parece interesante el blog ya que no lo habia pensado de esta forma, pero creo que el combate bueno-malo ha quedado para los niños y su formacion etica. Para los adultos, por otro lado, el disfrutar de una buena serie implica una cuota de realismo necesaria que aportan estos personajes border.
Aunque es verdad que ya no nos gustan los buenos buenísimos, todos estos personajes protagonistas siguen teniendo valores con los que sentimos empatía. Dexter es un asesino, pero sólo mata criminales, lo cual le hace mejor persona. Jimmy McNulty aunque no es un modelo de moralidad es un policía que se juega su carrera por hacer lo correcto (encarcelar a los traficantes), y Omar Little aunque es un traficante y asesino y es el que ayuda (por venganza) a atrapar y liquidar a los grandes capos de la droga de Baltimore. Don Draper como ya se ha dicho es un triunfador y eso atrae, además de ayudar a su secretaria a hacerse hueco en un mundo dominado por hombres (y de tener dos hijos adorables que impide odiarle de alguna manera). Rorschach y Batman aunque sea con métodos discutibles luchan por lo justo y la verdad.El único personaje que es despreciable es Tony Soprano, pero el defender lo valores familiares, el ser un hombre con poder aunque con infinitas debilidades y el que se le vea como un hombre enfermo que necesita ir al psicólogo hace que sea un personaje al que se le puede coger cariño (sin quitar que simplemente el enfrentamiento con su madre que encauza un intento de asesinato contra su hijo en la primera temporada hace que sea Tony quede como un hombre muy perjudicado por su infancia, por lo que es dificil hacerle responsable de sus actos).Con esto quiero decir que los protagonistan no son los buenos buenísimos que eran antes (siempre nos caerá mejor Han Solo que Luke Sky Walker), pero que siguen defendiendo de una forma u otra valores que seguimos considerando buenos (Han Solo al final de la primera película arriesga su vida para que Luke pueda destruir la estrella de la muerte).
Son inmorales q sutilmente reflejan sus debilidades y miedos d manera q se humanizan mucho más q cualquier "bueno" d manual.
En primer lugar no es nuevo. Basta con leer cualquier tragedia griega o a Zola o, como el autor dice, a Melville, para saber que de nuevo no tiene nada. En todo caso el titular es erróneo, pues lo que ocurre es que el mundo real apenas ofrece espacio para decisiones morales fáciles (o incluso posibles). Algo en lo que The Wire es paradigmático... Serie en la que casi las mejores partes son 1) la descripción del mundo de la política, donde la buena voluntad es imposible de realizar debida al juego del poder (el demócrata Carcetti) y 2) el mundo de los niños del ghetto, cuya única posibilidad de escapar del mundo de la distribución y/o el consumo de de droga es que les adopte alguien de fuera de ese mundo (Namond) o convertirse en un nuevo Omar (Michael). Por supuesto, no hay nigún personaje perfecto, pues todos, si exceptuamos a la policía de puertos Russell, se convierten siempre en cómplices o autores de algún acto inmoral en su vida pública o privada. Por ejemplo ahí tenemos a Bunk, que a pesar de saber de los crímenes inventados por McNulty no los denuncia, pues prefiere no ser un chivato y traicionar a su colega o a Cedric Daniels, que en el primer capítulo hace el juego a sus superiores durante un tiempo por temor a que saquen a la luz sus manejos del pasado o que se ve obligado a no sacar a la luz el caso de los crimenes inventados para no perjudicar a su mujer y a algunos colegas.
¡Uy, uy, uy, qué macedonia acabas de hacer! (puede que también la hayan hecho los psicólogos que mencionas). Por supuesto, resaltar el acertado apunte de James y la traída de la tragedia griega (¡muy agudo y acertado!): NO ES NADA NUEVO. Yo tampoco pondría ese titular, como ha mencionado alguien más. Y no lo haría porque me cuestiono muy mucho si lo que nos atrae es lo inmoral o lo AMORAL (o sea, la inversión de la moralidad o la falta de ella. Recordemos que una mesa es amoral, por ejemplo). ¿Hasta qué punto es un lastre la moralidad? SI te atrae lo inmoral es porque tienes un punto de referencia fijo e incuestionable: lo moral establecido e inamovible. La tuya me parece una perspectiva arcaica para lo evolucionado que está el mundo y, hasta cierto punto, un insulto a la inteligencia. Creo que vamos más encaminados si pensamos en el papel de la moral y hasta qué punto es necesaria y la admitimos voluntariamente. ¿Por qué mata el inmoral y por qué el amoral? ¿Qué impulsos mueven al uno y al otro? ¿Cómo mata uno y cómo el otro? Confronta a estos dos tipos y saca conclusiones y después cuéntanos qué es lo que estamos buscando. Y, por último, lo que tu llamas “buenismo“ yo lo llamaría “justicierismo“. Eli Gold (por cierto, Alan Cummings está que se sale en esta serie) no es bueno, al contrario, es malo y lo sabemos, pero nos gusta porque hace justicia sin pestañear (¡toma! y ahora ponte a relacionar esta forma de hacer justicia con la moral, que para eso te pagan. Si me das la guita a mí te sirvo de negro cagando leches). Adiós, me voy a tomar el sol, que aquí ya estuve.
El que gusten estas series es porque hemos evolucionado como espectadores. No nos creemos a los personajes maniqueos, o buenos buenísimos o malos malísimos, porque los personajes reales habitualmente se sitúan en las zonas medias llenas de los matices del gris. Y eso es lo que han logrado las series que mencionas en tu post. Un espectador adulto no admira (ni envidia) la inmoralidad de Tony Soprano; admira la habilidad del guionista para hacer que te creas el personaje, por su infinidad de matices, por sus contradicciones, por sus debilidades, que lo hacen parecer humano y real. Los criterios morales de un espectador adulto no se tambalean al ver estos personajes, porque aunque en algún momento se sienta simpatía por él en otros su actuación es tan brutal que te aleja a años luz del personaje. La situación es totalmente distinta con los adolescente o los niños, para quienes estas series podrían ser muy perjudiciales.
Creo que lo que más nos atrae de este tipos de personajes son las dos caras que muestran,por ejemplo Dexter,puede ser un asesino pero a la vez tiene un estricto código..otro caso parecido se da en la serie The shield,Michael Chiklis interpreta a un polica corrupto pero a la vez de desvive por sus hijos autistas..simplemente me parece que nos atrae que el malo no se tan malo y el bueno no sea tan bueno..como en la vida real vaya (sin tener que ser un asesino en serie)
No es verdad que los buenos hayan de ser "buenísimos". ¿Recordáis "Hill Street blues" en los 80? Los protas eran buenos. La serie, buenísima. El marketing actual ha descubierto a los malos y nos los impone. Se promociona la sociedad egoista y consumista. Así nos va.
"cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti"Esto lo dijo Sauron, además del Nietzsche ese.
Además de todo lo dicho, no hay que olvidar que este mundillo de las series recae en estos momentos en manos de guionistas. Esta buena gente necesita amortizar tiempos de emisión, para ello es necesario condensar historias entre pocos personajes, ¿Qué mejor condensación hay que la de que un personaje interprete varios papeles, en este caso al bueno y al malo?Por otra parte es interesante lo aportado por Camila; los niños necesitan diferenciar el bien del mal, los mayores ya tenemos ese dato asumido, podemos pasar al siguiente nivel, que es el de ser conscientes de qué y donde emana ese mal que desprende tu personaje favorito.Hoy día, desde Weeds hasta el prota de Breaking Bad necesita tramas duales para mantener el interés. Pero también en canción triste de Hill Street hubo polis buenos y malos a la vez ,quizás porque aquella era una de las primeras series que trataban de reflejar la sociedad del momento. Reminton Steel o Luz de luna estaban en otro nivel; todos eran buenos. quizás eso haga que hoy me apetezca más ver un capítulo de Canción que de Reminton o Luz.
¿Quién fue primero, la gallina o el huevo? Vemos series en donde los protagonistas son personajes criminales, psicológicamente patológicos o simplemente malvados porque los productores producen series de este género, eso es un hecho. Y no sólo series de televisión, no hay más que hacer un repaso al campo de los videojuegos y la realidad virtual, en donde el fenómeno es muchísimo más acusado. (Curiosamente sin embargo en el caso de las películas de cine la tendencia no es tan clara, algo que tal vez merezca una reflexión acerca del status que cada forma de entretenimiento tiene para nosotros y los productores.) Pero quién está guiando a quién en este caso: ¿Es el público o la sociedad - la nuestra en Europa o la de los USA, muy diferentes una de otra - la que demanda estas características en los productos de ocio? ¿O es más bien un gusto o moda perverso impuesto por los productores, el cual tiene un efecto negativo en la sociedad? ¿Es un gusto generalizado o más bien un género dirigido a un público especial? En mi opinión hay un tipo de público con muy poca personalidad y que come de lo que le echan en cada momento, sea lo que sea, y mejor cuanto más chusco. Personalmente nunca me han gustado los Soprano, ni Dexter, ni en general las series de este género o de violencia extrema, ni tampoco disfruto con el morbo, ni me gustan el rebaño y las modas impuestas. Frente a la ultraviolencia y el morbo de las series norteamericanas elijo las comedias inteligentes de las productoras inglesas, tanto las actuales como las pasadas. Hay tanto donde elegir y es tan fácil hacerlo que no entiendo como alguien puede querer limitarse a la programación del momento.
Fernando, me parece muy retorcida la idea de dotar al mismo personaje de versatilidad moral guiado por motivos económicos. Esto no me lo creo. Camila, no sé qué series verán tus hijos pero en las que ven los míos esta dualidad se da igualmente. Por otra parte, no crio a mis cachorros en la dualidad (hombre-mujer, blanco-negro, bueno-malo...) porque me parece una imposición nefasta. Tienen que llegar a preciarlo por sí mismos, sin que nadie se lo cuente, y para ello hay que evitar institucionalizarlos ya desde pequeñitos y procurarles una compañía afín. La serie Los Soprano no me gustó, sin embargo, la vi entera porque la pericia del guionista y del director (no sé si uno o varios) es increible. Es muy difícil dotar a los personajes de esas personalidades tan cutres y nada constructivas. Lo que más me llamó la atención es que incluso en la faceta de las buenas intenciones, son personajes que no construyen nada, pero tampoco destruyen, salvo en un par de ocasiones. ¿A quién le importa que un malo mate a otro malo? Creo que sólo dos veces mataron a gente inocente, uno era un camarero que salió a reclamarles la factura y el otro ni me acuerdo, y fue precisamente aquí donde no me gustaron nada. Por eso insisto en lo mismo, ¿son malos o son justicieros? ¿Nos atrae la maldad o estamos deseando que se haga justicia, de la forma que sea, en un mundo en el que los facultados para ello no hacen más que decepcionarnos? Andrés, entiendo tú simpatía por las series inglesas inteligentes, pero a menudo son un potente somnífero. Estoy convencido de que nadie como los americanos para hacer cine; ahora bien, cuando hacen lo que sienten y creen en ello y no cuando una audiencia mayoritaria y unos productores que la complacen por encima de todo les están mordiendo el culo.
A mí los Sopranos se me hizo dura de seguir. Si nos ilusiona la transgresión sin consecuencias penales, no me identifiqué con ninguno de sus personajes. Otra cosa es Walter, de Breaking Bad y su evolución como personaje en función de las circunstancias. Dexter es un justiciero, que hace venganza al interpretar y representar él la justicia. Pero como se trata de ajusticiar a malos, malísimos, nuestra conciencia de espectador lo tolera. La conciencia real debe entender que la justicia es un poder institucional independiente del ciudadano que se toma la justicia por su mano.
Todos atracaríamos un banco si no estuviera penalizado, pero no mataríamos a la gente, que eso es propio de una situación extrema propia de circunstancias específicas o de una patología asesina.
Sí, Juan, pero seguro que todos nos quedamos aliviados (eso sí, en silencio) cuando otro cualquiera mata a un pederasta activo. Un peligro menos para nuestros hijos, sólo nos queda lidiar con el otro medio millón. Somos unos hipócritas. Eso es lo que te proponen en algunos films.
Vaya tontería. Porque el mal siempre ha sido más seductor que el bien debido a su mayor libertad de actuación por no existir límites.
El tema da para mucho. Personalmente no creo que los "malos" nos atraigan mas que los "buenos". Todos los personajes que has mencionado son los anti-héroes arquetipos de un "bueno" lleno de contradicciones, llevado a los limites y es eso lo que nos identifica e interesa, la esencia contradictoria y humana del protagonista.Los verdaderos "malos" nos cautivan, como el mal siempre ha cautivado al hombre. Annibal Lecter o Darth Vader nos impresionan, intrigan y fascinan pero por que son, ademas, los perfectos antagonistas de Clarise Sterling o Luke Skywalker. Hoy lo interesante es, que en personajes como Dexter, el"anti-heroe" reune las caracteristicas de un Lecter y una Clarise Sterling en un mismo personaje. Sin embargo el objetivo sigue siendo para el héroe, la persecución de una justicia , subjetiva, pero justicia al fin.
Lo siento por el que ha escrito el artículo. Pero me parece un gran tema tocado de una manera muy simplona ¿el bien y el mal? Si por algo se caracterizan la mayoría de personajes que menciona es porque te hacen plantearte que esa dicotomía no existe. Si, son anti-héroes, pero todos tienen un código de actuación, una moral que ellos mismo se han autoimpuesto y que intentan cumplir con más o menos fortuna. Omar tiene código moral, Dexter tiene código moral, McNulty tiene código moral... hasta Tony Soprano tiene un código moral aunque lo rompa con demasiada frecuencia. Por favor, ¿el bien y el mal?
Bueno, Bibi, mejor un asesino muerto que un inocente ajusticiado, pero si el pederasta es eliminado nos alivia que el riesgo de agresión desaparece, pero también si se le detiene, se le juzga, se le aparta de la sociedad en la cárcel, se le reinserta (si es posible). Todo esto nos hace humanos y civilizados; lo otro es venganza, ojo por ojo, no justicia. ¿Y sii el ajusticiado es inocente? ¿Cómo garantizamos el criminal es realmente un criminal? ¿Tú, yo, la policía sólo debe decidir? En una ocasión, recuerdo, Dexter mata a un inocente, y se siente abrumado por su error.
Acaso no molaba ya en los '70 Michael Corleone? a quién preferíamos? a cualquier personaje de Eastwood en los spaghetti de Sergio Leone disparándote por la espalda si podía? o a John Wayne y su honradez? yéndonos al carajo, a Ulises o a Edipo? luego, es un fenómeno nuevo en las historias? no sé...
Quizás no interesan estos temas porque estamos tan condicionados por lo 'políticamente correcto', por las leyes, por las prohiciones, por la cultura, por la sociedad, por las culpas y los reproches... que algo de libertad 'transgresora' nos hace vivir un mundo ligeramente alternativo. Donde nos gustaría ser diferentes, más libres, más atrevidos, más transgresores... pero eso sólo pasa en los sueños, o en la ficción... Por eso, vivir vidas a través de libros o películas o series, siempre ha sido una liberación para el subconsciente y uan descarga de la dura y poco interesante vida que muchos llevamos...
f, ¡vaya! ¿Que en el ejercicio del mal se encuentran menos limitaciones que en el del bien? Ponte a ejercer el bien en el seno de las sociedades actuales (agotadas, redichas, podridas y desconfiadas) y ya verás la de límites que te encuentras. Lo primero que vas a apreciar es cómo te tachan de tonto en menos que canta un gallo. Para la mayoría de la gente el que hace el bien es menos inteligente que el retorcido que hace el mal (no hablo del que hace el mal en general sino de los retorcidos maliciosos).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.