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Medio millar de corazones adolescentes aguardan a Justin Bieber

Las admiradoras del joven cantante canadiense velan armas ante los conciertos de mañana en Madrid y del miércoles en Barcelona

El Palacio de los Deportes de Madrid ha pasado el fin de semana rodeado medio millar de personas, en su mayoría chicas, menores de edad, desconocidas entre sí. Y, también en su mayoría, a la espera de que el martes sea "el día más importante" de sus vidas. Ese día, que estas chicas han marcado entre corazones en infinidad de pintadas por el suelo y paredes aledañas al Palacio, será cuando Justin Bieber dé su primer concierto en España.

Bieber es un chaval canadiense que no llega al metro setenta y tiene la pubertad un poco retrasada: a sus 17 años, le está empezando a cambiar la voz y aún conserva un aura de candor preadolescente. Pero, en su meteórica carrera como cantante, es uno de los fenómenos más rentables de nuestros tiempos: ha vendido nueve millones de sus discos de funky pop adolescente. Junto a las decenas de conciertos que da al año en una carrera contra sus propias hormonas de crecimiento, eso le ha reportado unos 100 millones de dólares en algo más de año y medio.

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Sus vídeos son, literalmente, lo más visto de YouTube. Es la segunda persona más seguida en Twitter (más de ocho millones y medio de seguidores y contando) y tiene más amigos en Facebook que Obama (23 millones). Y, lo que es más importante para las chicas del Palacio de los Deportes, es el ídolo de masas más adorado del momento. Esta semana, por fin, conquista a España con su voz. El martes en Madrid y el miércoles en Barcelona, en el Palau de San Jordi.

"Esto es lo más gordo que ha hecho Justin para nosotras, las fans españolas", explica Elena, una madrileña de 16 años que espera desde el sábado junto al Palacio de los Deportes dentro de una tienda, bajo un cartel que reza Camerino de Justin Bieber (no pasar que estamos haciendo cosas malas). "Lo de antes había sido importante, pero esto, esto lo supera todo". Precisamente Elena es famosa por lo de antes: esa multitudinaria firma de discos a la que el púber de la voz de oro se sometió en Madrid el 29 de Noviembre.

Elena fue la segunda en ese evento, histórico para la hormona quinceañera española, tras esperar 12 horas bajo la nieve de la Plaza del Sol. Detrás de ella, una cifra incontable de miles y miles de fans. Fue el único contacto que tuvo el muchacho con sus fans ibéricas. Su anterior visita a España, durante los premios MTV celebrados en nuestra capital el 7 de noviembre, fue sólo para cantar un tema en la ceremonia y volver a casa.

Pero esto, efectivamente, lo supera todo. Ocho horas después de que las entradas para estos conciertos se pusieran a la venta, el 2 de diciembre, se habían vendido 14.000 (7.201 en Barcelona y 6.824 en Madrid). Unos 630.000 euros en lo que viene siendo una jornada laboral. Hoy, aún queda alguna disponible, aunque los organizadores alertan de que son "muy poquitas".

Y todo esto sólo es parte de su My World Tour, una gira en la que lleva enzarzado desde el 23 de junio pasado y en la que seguirá hasta el próximo 20 de mayo, con una media de un concierto cada tres días. Con ella, lleva recaudados unos 35 millones de dólares y unos pocos corazones. Cuando estuvo en Liverpool el pasado 11 de marzo, la histeria de sus fans llegó a tal punto frente al hotel en el que se hospedaba que la policía punto de intervenir.

"Por eso nosotras somos más cuidadosas", confiesa en voz baja María, de 16 años, líder de un grupo de adolescentes venidas de Sevilla, Almería, Canarias y Córdoba. "Sabíamos que iba a llegar hoy [por el domingo], así que nos turnamos para ir a hoteles como el Ritz, el Palace, el Urban... a preguntar si estaba allí. Pero en pequeños grupos, que si no luego pasa lo que pasa. Justin es tan perfecto, lo hace todo tan bien, que es normal que la gente le quiera tanto".

Insultos

No todo el mundo. Los vídeos de Bieber, aparte de ser los más vistos de YouTube, son los que menos valorados en el sistema de puntuación de la plataforma. Las páginas burlándose de él, de su voz de chica, de su imposible flequillo esculpido en laca (hoy recortado y legado a un museo de Miami para donar las ganancias a las víctimas del terremoto de Japón), y del tono pastelero de sus canciones, abundan en Internet. En el Palacio de los Deportes, las fans tienen que aguantar insultos periódicos de la gente que pasa por la zona. "Justin niñato", es lo mínimo que escuchan las admiradoras.

Todo eso dará igual a las seis de la tarde (hora peninsular) del martes, cuando se abran las puertas del Palacio. En San Jordi pasará a las siete menos cuarto. Las chicas tendrán lo que quieren: un pedacito del chico de sus sueños, como tan coherentemente resume Beatriz, de 17 años (5 días de espera en la tienda de campaña): "Yo sólo pido una cosa para ser feliz. Poder verlo, que se haga una foto conmigo, y poder susurrarle You are my biggest dream (Eres mi mayor sueño). Tras eso, que él haga lo que quiera. Yo seré feliz para el resto de mi vida".

'Fans' de Justin Bieber en su reciente concierto en Amberes
'Fans' de Justin Bieber en su reciente concierto en AmberesREUTERS
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