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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cántese un 'Mesías'

Crónica de la frustrada interpretación de una infiltrada en la versión participativa del oratorio de Händel en el Palau de la Música de Barcelona

¡Me voy al Palau de la Música de Barcelona a cantar El Mesías! Luzco partitura (Novello Händel Edition, edición de 1992) en la redacción. Estoy más contenta que unas pascuas. Cuando la Fundación La Caixa convocó hace 15 años su primer Mesías participativo la idea me entusiasmó. Fui a un ensayo para hacer un reportaje y al día siguiente compré la partitura. La misma edición con la que trabajaban las entonces 181 personas que se habían apuntado a la singular iniciativa de cantar acompañados por la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) y bajo la dirección de Edmon Colomer el célebre oratorio de Händel. Era el 20 de diciembre de 1995 y con la partitura bajo el brazo me infiltré, sin ensayos previos, entre las contraltos, situada en un lateral del anfiteatro. Las dos butacas reservadas para el EL PAÍS en el Palau de la Música eran perfectas. Estaba con las de mi cuerda.

Repetí Mesías hasta que en 2003 se cruzó en mis planes las elecciones al Ateneo Barcelonés, convocadas la misma noche en el que se interpretaba en el Palau el oratorio de Händel. Me mandaron a informar de las elecciones en el Ateneo y aproveché para guardar la partitura y dar tregua a la entonces responsable de música de La Caixa, Maricamen Palma, quien, sin haberme escuchado, llevaba siete años acusándome de desafinar. No me lo tomé a mal. El periodista suele desafinar. El lunes 12 de diciembre rescaté de la estantería la partitura del Mesías y me fui al Palau de la Música dispuesta a infiltrarme de nuevo entre las contraltos sin las 40 horas de ensayos que han hecho las 459 personas que se han apuntado a cantar este año en Barcelona El Mesías.

Subo las escaleras del auditorio modernista hasta el anfiteatro en busca de las dos butacas de EL PAÍS. "Perdón, pero estas dos butacas están ocupadas", les digo a los dos caballeros que están sentados en ellas. "Pues ayer, en el ensayo general, no las ocupaba nadie", me espeta uno de ellos. Me fijo en que todo el lateral está ocupado por hombres y el de enfrente, también. Se habrán equivocado, pienso. Las voces masculinas, siempre minoritarias -este año en Barcelona 135 frente a las 324 voces femeninas-, están en los laterales de platea, señalo. "Estaban hasta este año", puntualiza Jordi Anglí, de niño, cantor en la escolanía de Montserrat y adicto al El Mesías participativo hace una década -me muestra orgulloso en la partitura las firmas de los directores bajo los que ha cantado-. Este año han hecho cambios: Sopranos y contraltos en el escenario, las graderías del órgano y los laterales de platea, y tenores y bajos en los laterales de anfiteatro.

¡Estoy encajonada entre los bajos!

Anglí amablemente me invita a unirme a ellos cuando le cuento que no puedo bajar a platea para unirme a las contraltos, porque mis dos únicas entradas están entre los bajos. La orquesta y el coro The English Concert han entrado en el escenario y el director, Harry Bicket, está a punto de salir. Esbozo una forzada sonrisa y trago saliva. Empiezan a sonar los primeros compases del Grave de la sinfonía de obertura. El tenor Andrew Tortise ataca el recitativo Confort ye, my people y el aria Every valley shall be exalted. Me preparo para el primer coro. ¡Demonios, clave de Fa en cuarta! Se me va la vista a la línea de las contraltos, en clave de sol. Son las primeras en entrar. Silencio, "And the glo-ry, the glo-ry of the Lord". Atacan los bajos mientras sostengo la nota blanca con puntillo en la última sílaba. Trato inútilmente de seguir como contralto. ¡Estoy infiltrada entre los bajos! Imposible, ni forzando llego a las notas bajas. Me rindo.

Con la boca cerrada

Ya solo me queda seguir, partitura en mano, El Mesías participativo con la boca cerrada y rodeada por detrás y los lados de bajos y barítonos. Anglí me anima a sumarme en el bis, el celebérrimo Hallelujah, ya todos relajados. Salgo del Palau frustrada, para que negarlo. ¿Y si cojo el AVE y me voy a cantarlo al Auditorio Nacional de Madrid? Otro Mesías participativo, en este caso con la orquesta y coro de la Europa Galante bajo la dirección de Fabio Biondi, el 15 de diciembre. O en Lleida. Más cerca, y con The English Concert y Bicket, a los que ya conozco y podría sacarme la espina de lo del lunes en el Palau. O en Santader, el domingo 19, con los Gabrieli Consort and Players, bajo la batuta de Paul McCreesh, que también estarán el 21 en Palma de Mallorca y el 23 en Zaragoza. En Sevilla, el 22 y 23, podría cantarlo en el Teatro Maestranza con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla bajo la dirección de Robert King, quien también empuñará la batuta en Pamplona al frente de la Sinfónica de Navarra el 30 de diciembre.

Creo que al final me voy a ir a Londres. Me compro una entrada de contralto y canto El Mesías el 17 de diciembre en el Royal Albert Hall. Allí, con más años de bagaje, ya no piden ensayos previos.

Cántese un Mesías participativo. Lo recomiendo. Es emocionante y altamente satisfactorio. Todos, los que cantaron y lo que no, salieron del Palau de la Música con una sonrisa en el rosto. Todos, menos la infiltrada.

'Mesías' participativo en el Palau de la Música.
'Mesías' participativo en el Palau de la Música.JOAN SÁNCHEZ
Vídeo: HELENA BELMONTE/ JOAN SÁNCHEZ

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