Una fiesta de debutantes

Getxoarte tiene algo de fiesta de debutantes. Bajo una gran carpa levantada en la plaza de La Estación, en Las Arenas, se reúne la obra de 62 artistas noveles, en su mayoría recién salidos de la Facultad de Bellas Artes de la UPV, que dan sus primeros pasos en el arduo camino que lleva el trabajo realizado en el taller hasta el público. Si hay suerte, entre los visitantes que acudan a esta edición de la muestra figurarán los futuros compradores de estos artistas que por vez primera exponen su obra.

Getxoarte lleva el pomposo sobrenombre de Salón de las Artes Emergentes. Inaugurado esta mañana, permanecerá abierto hasta el domingo por la tarde. La experiencia arrancó hace ya 10 años como una fórmula de impulso al trabajo de los artistas plásticos y audiovisuales que tratan de abrirse paso en el campo profesional. En Getxoarte, como en el arte que circula por todo el mundo, se pueden ver instalaciones, montajes audiovisuales, fotografía, dibujos o grabados. En esta edición, la pintura, desde los paisajes de Nekane Manrique al toque graffitero de Pau Figueres, gana protagonismo con respecto a años anteriores.

El colectivo I Love My Work aborda los despidos de Troquenor

Una pieza de pequeño formato se puede comprar por apenas 20 euros

Los espacios de exposición de cada autor se hallaban listos, bien iluminados y a la espera de los primeros visitantes tras la inauguración oficial, pero el público escaseaba en una mañana de frío y granizadas.

El colectivo I Love My Work, integrado por tres artistas residentes en el País Vasco que se niegan a ser identificados individualmente, ha acercado al salón los problemas derivados de la crisis económica. Los 37 despidos en la empresa Troquenor, ubicada en Sondika, centran su exposición en la que no faltan las pancartas reivindicativas ni un ataúd que simboliza las víctimas de la recesión. En la apertura, varias decenas de personas se manifestaron dentro del recinto a favor de la plantilla de esta compañía. Los componentes de I Love My Work se encargaron de registrarlo en vídeo.

Otras propuestas resultan más románticas: Atakontu + Telletxea, por ejemplo, ofrecen al público un banco pintado de rosa en el que besarse.

Jenni Alvarado, de 28 años, repite en la colectiva con una obra diferente. En sus pinturas refleja esta vez figuras de animales fantásticos, que evocan las historias de Alicia en el País de las Maravillas. "No, no tengo ese tipo de referencias. Es un trabajo introspectivo", indica. Alvarado reconoce que lo mejor de participar en Getxoarte radica en "salir del taller y ver la obra expuesta". Es otra de las aspiraciones de la organización: facilitar a los artistas jóvenes la experiencia de relacionarse con las personas interesadas en su obra, sin barreras, pero en un marco al estilo profesional.

La venta de las piezas expuestas se escapa de los objetivos de Getxoarte, pero siempre se acaba hablando de dinero. Hasta por 20 euros se puede comprar una obra de pequeño formato.