Un homenaje con poca fiesta
El pobre juego de los toros desluce la primera corrida del centenario del club Cocherito - Luis Bolívar aprovechó el astado más potable
Era una tarde cargada de ilusiones. Los cien años del club Cocherito invitaban a un día especial. La entidad bilbaína se ha destacado por premiar desde 1962 al toro más bravo de las Corridas Generales. Por ello, la primera de las dos corridas programadas para este fin de semana de celebración de su centenario estaba basada en el sello torista de la ganadería de Palha, que regresaba a Bilbao tras 14 años.
Vista Alegre estaba repleta de detalles. El sol, que lucía con fuerza especial, anunciaba tarde de calor y toros. Los tendidos se engalanaban con flores y guirnaldas de cumpleaños. La afición se congregó en el coso bilbaíno para felicitar al club Cocherito, que, como lleva haciendo a lo largo de este año, mimó a los asistentes con un completo programa de mano para que el disfrute del festejo fuese completo. Pero hay que contar con que la fiesta de los toros tiene un sabio equipaje en forma de proverbios y ayer salió a relucir aquel de "tarde de expectación, tarde de decepción".
La corrida de hoy
-Toros de Joaquín Núñez del Cuvillo.
- Pablo Hermoso de Mendoza. El mejor rejoneador de la historia actuará en cuarto lugar ante un único astado.
- El Fundi. Al diestro madrileño se le espera con fuerza en Bilbao.
- Sebastián Castella. Entró en el cartel en lugar del lesionado Manzanares.
- Miguel Ángel Perera. Ocupa la vacante de José Tomás.
Las ilusiones se fueron rompiendo poco a poco. Resultó una corrida lenta, sin emociones, todo lo contrario de lo que se espera de la vacada portuguesa. Una tarde torista sin tercio de varas es la negación de la fiesta.
Por si fuese poco, la pobre presentación de los tres primeros astados sorprendió a los aficionados, que protestaron el anovillado tercero, que ni siquiera se pudo tapar por la cara, como les pasó a segundo y sexto. Faltó el toro bravo, por presencia y por comportamiento y eso se dejó notar.
Luis Bolívar hizo un paréntesis en el quinto de la tarde, el mejor toro de Palha. El colombiano le dio sitio en los medios y le sometió en tres tandas por la derecha. Sin embargo, por la izquierda la faena bajó en picado. Bolívar puso empeño y acabó escuchando la ovación más fuerte de toda la tarde, acompañada por una casi mayoritaria petición de oreja.
El resto del cartel ofreció pocas alegrías. La inexperiencia de Manuel Lupi dejó en correcta una actuación que debió tener más brillo. Víctor Mendes, obsequiado con un aurresku antes del paseíllo, sufrió para banderillear al enemigo con el que regresaba vista Alegre. Padilla tiró de toreo despegado y de movimiento de piernas para animar a su aburrido oponente. Rafaelillo no quiso ni ver a un complicado animal que siempre le midió con la cara por las nubes. Y Fandiño cerró la tarde con un esfuerzo que el astado se encargaba de apagar con sosería en cada trabajado muletazo.
Una lástima que el homenaje al toro bravo de Cocherito fuese apagando las velas del centenario con tan poca fuerza como bravura exhibieron las reses portuguesas. Y así no se emociona nadie ni para celebrar 100 años.
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