Tras el legado de Larsson
Kurdo Baksi, amigo y mecenas del escritor, y la editora Silvia Sesé revelan cuál ha sido su papel en el fenómeno 'Millennium'
Entre Estocolmo y Barcelona hay más de 3.000 kilómetros. Los mismos que separan a Kurdo Baksi y a la editora Silvia Sesé. Pero el legado de Stieg Larsson une a ambos en un lazo invisible. Ambos han contribuido al extraordinario éxito del fallecido escritor sueco, que ha vendido más de 10 millones de libros en todo el mundo, tres de ellos sólo en español. El primero fue su amigo y su mecenas, la segunda apostó por publicar su obra en castellano cuando el creador de Lisbeth Salander - la hacker misteriosa y tatuada que cautivó a Vargas Llosa- aún no era un fenómeno de ventas. Los dos confiaron en las novelas de un hombre que murió fulminado por un infarto a los 50 años. Ambos coinciden en que un éxito como el del escritor es algo que sólo pasa una vez en la vida.
Baksi: "Antes era un embajador por los kurdos, ahora soy un embajador por Stieg Larsson"
Sesé: "Lo difícil es que alguien abra las páginas"
Baksi: "Voy a ganar dinero, y eso le gustaría a Stieg Larsson
Sesé dio a conocer a Larsson en España a través de la editorial Destino. Descubrió la trilogía Millennium en 2007, poco antes de que el boom del autor alterara la tranquilidad de Baksi, dedicado hasta entonces a dar conferencias y escribir artículos. Vio el primer libro en la página web de una editorial francesa e, intrigada por el nombre, decidió solicitarlo. Lo leyó en un fin de semana, sin descanso. Pero esta oscense de 44 años no se atribuye el mérito de su éxito en España. Eso sí, asegura que ver que se reedita una y otra vez es una sensación indescriptible.
Un embajador de Stieg Larsson
"Antes era un embajador de los kurdos, ahora soy un embajador de Stieg Larsson", comenta irónico un Kurdo Baksi al que se le adivina una media sonrisa al otro lado del teléfono. Reconoce que le llaman desde medios de comunicación de 40 países todos los días para entrevistarle e invitarle a los estrenos de las películas de la saga Millennium. Resopla y cuenta que al día puede escuchar la palabra Larsson unas 20 veces. Casi las mismas que Silvia Sesé. "Stieg ha cambiado mi vida, ahora duermo más noches en hoteles que en mi propia casa, estoy loco por dormir en mi cama", confiesa él.
Al no poder contar con el autor, Destino decidió ir personalmente a visitar a libreros de toda España con un ejemplar de Los hombres que no amaban a las mujeres en las manos. "Era la forma más directa de hablar de un libro que era difícil, largo y además de un autor sueco", cuenta Sesé. La editora está convencida de que la clave para el éxito de Millennium es que consiguieron que se empezara a leer. "Lo difícil es que alguien abra las páginas". Aún así, esta mujer curtida en la lectura desde muy joven atribuye el acierto a algo azaroso y casi mágico. La promoción es importante, pero lo esencial es que un libro conecte con lo lectores. Sesé piensa que no hay fórmulas ni un gusto fijo. Las cosas cambian. Lo dice en el tono de quien responde cada día a las llamadas de decenas de periodistas pidiéndole su opinión acerca del fenómeno. Lo hace de manera casi mecánica, en su voz se nota la resignación. Quizá ya haya tenido bastante Stieg Larsson por el momento.
Antes de que las aventuras de Salander dieran la vuelta al mundo de mano en mano, Baksi estaba escribiendo una novela que ahora se ha atrasado. A pesar de tener menos intimidad que antes, este sueco de origen turco participa gustoso de todo el revuelo que ha suscitado el éxito de su compañerp. En enero publicará un libro sobre Larsson, y no oculta su interés por querer ganar dinero a costa de quien fuera su íntimo allegado. No le importa el qué dirán, aunque nadie sabe lo que pensaría el escritor. Él dice saberlo y lo tiene claro: "No soy el primer amigo de alguien conocido que escribe un libro sobre su amigo. Ni tampoco el último. Voy a ganar dinero y eso le gustaría a Stieg Larsson".
Nacido en Batman, una población del sureste de Turquía, en 1965, su madre le llamó Kurdo para irritar al Gobierno turco. Y desde entonces parece que no ha dejado de defender a su pueblo, ni a todos los inmigrantes que acudían a Suecia en busca de una oportunidad mejor, haciendo de mediador ante las autoridades.
Conoció a Larsson a finales de los 80. En 1995 le ayudó a financiar la revista Expo, fundada por el escritor y dedicada a temas de investigación contra la extrema derecha. "Era un hombre que luchaba por los inmigrantes, por las mujeres, por las personas maltratadas por la sociedad. Yo en cierto modo he sido una de estas personas. He tenido más dinero que él, peroposeía más ideología, más fuerza, más energía que yo. Así que en lugar de ayudar a cualquier loco preferí ayudarlo a él". Baksi habla un correcto español con un sorprendente acento latinoamericano. Su estancia como periodista en Cuba y México no pasa desapercibida. Confiesa que le gusta ayudar a la gente, que es su forma de vivir. Tan buenas intenciones pueden despertar suspicacias.
Toda una sorpresa
Baksi siente como una misión recorrer el mundo hablando de las virtudes de su amigo. Piensa que se lo debe. Quizá se sienta todavía culpable por no haber confiado en él desde el principio. No es el único, muchos le tomaban por loco cuando le veían pegado al ordenador día y noche, atiborrándose de cafés y nicotina. Ni siquiera el propio Kurdo Baksi se leyó la famosa trilogía hasta seis meses después de la muerte del autor. "No pensaba que él pudiera escribir tan bien. Creía que sabía más que él. Me sorprendió muchísimo" Y otra vez vuelve a recalcar lo apenado que se siente por la ausencia de un amigo al que utilizó como negro durante años y al que está sacando más provecho del que hubiera imaginado jamás. Lo mismo le pasa a Sesé, que se muestra orgullosa de ver a la gente leyendo los libros en el metro, pero a la vez le da pena que el autor no pueda ver con sus propios ojos lo que ha conseguido. Ambos personajes terminan sus frases con el recuerdo y la pena por la muerte del autor. Queda la duda de si realmente es así o se trata sólo de una muestra de su mala conciencia por estar aprovechando su éxito.
Larsson, empeñadoporque su amigo leyera sus libros, convirtió a Kurdo Baksi en un personaje de la tercera entrega, La reina en el palacio de las corrientes de aire. A pesar de esta concesión, la fama que precedía a Baksi en Suecia no ha vuelto a remontar y ahora vive a la sombra de un escritor que nunca vio los frutos de dos años de súbita locura. "Hace seis años aquí la gente decía '¿quién es Stieg Larsson? El amigo de Kurdo Baksi, el periodista'. Hoy en día la gente dice '¿quién es Kurdo Baksi? El amigo de Stieg Larsson'", ironiza, con un ápice de melancolía.
Baksi dice haber leído cuatro veces cada uno de los libros de Millennium y haberlos estudiado al detalle. Admite que lo que más le llamó la atención fue la protagonista femenina: Lisbeth Salander. "No es como en la novela negra clásica, donde siempre hay un hombre gordo con bigote y todo está envuelto en una atmósfera machista".
Por si conquistar el corazón de millones de lectores en todo el mundo no fuera suficiente, la saga Millennium ha sido llevada al cine por el director Niels Arden Oplev. Tanto Baksi como Sesé coinciden en definir como buena la primera película. "Aunque la música es muy americana, muy mala", puntualiza él.
El san benito del best seller
La trilogía de Larsson se ha convertido en todo un best seller. Pero hay quienes ven en este logro una muestra de poco nivel literario. "A best seller se le ha pegado el san benito de poca calidad pero Larsson lo desmiente", dice Sesé. Para la editora, libros como El Perfume de Patrick Suskind o El nombre de la rosa de Umberto Eco son novelas maravillosas. Y ambas han vendido millones. "Cuando un libro se vende mucho, despierta sospechas", asegura la editora. Baksi es de la misma opinión,aunque añade que los libros de Larsson tienen un mensaje, a diferencia de otros. La defensa de los derechos humanos es, para él, el objetivo principal de la obra del sueco. "Todas las personas en el mundo, no importa la raza, el sexo o la clase, tienen que vivir y se tienen que respetar". Baksi no tiene reparo en comparar Millennium con El Código Da Vinci, de Dan Brown, que según dice "no tiene ningún mensaje".
Cuenta Baksi que Stieg le ha regalado un trabajo muy duro porque en sus libros da una imagen diferente de Suecia. "Antes era un país de derechos humanos, de democracia, un país que desde España se veía como un paraíso y donde la gente acudía a por trabajo". Sus frases suenan casi como una cantinela mil veces repetida. Sus ganas de hablar de Larsson no parecen agotarse. Sólo hay algo que lo toca la fibra sensible y altera por un segundo la calidez de su voz. La disputa familiar, de la que se niega a hablar, nervioso. La polémica por la herencia del escritor ha ocupado casi más páginas de las que tienen sus libros.
Tras su muerte se supo que estaba preparando una cuarta parte de Millennium, cuyo borrador se encuentra en su ordenador personal, en manos de su pareja, Eva Gabrielsson. Pero la pelea por el control de la obra del autor sueco se ha convertido también en una novela negra. El pasado 10 de diciembreGabrielsson rechazó una oferta del padre y hermano de Stieg, que le ofrecieron casi dos millones de euros y una tercera parte de los derechos de autor, incluyendo los beneficios de las películas. Parece que, por el momento, lasnuevas aventuras de Lisbeth Salander tendrán que esperar, a pesar de los deseos de millones de lectores en todo el mundo.
Eva Gedin o el olfato editorial
En la primavera de 2004, Stieg Larsson se puso en contacto con la editorial sueca Nosrstedts. Lo hizo a través de su amigo Robert Aschberg, al que le habían publicado un par de libros. El le presentó a Eva Gedin, con la que trabajó hasta el día de su muerte. "Es uno de los mayores éxitos de nuestra editorial tanto en el mercado sueco como en el extranjero", dice Gedin. Cuenta que ha hecho alrededor de 200 entrevistas y ha recibido cientos de emails de lectores y editores contándole su impresión del libro. "Pero siempre me he sentido triste de no poder compartir el éxito con el autor", confiesa. Reconoce que el personaje de Lisbeth Salander es uno de los que más ha conectado con el público. En cuanto a la existencia de un cuarto manuscrito, se muestra escéptica.
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