Las torres de Babel de León Ferrari y Mira Schendel

León Ferrari (Argentina, 1920) y Mira Schendel (Zúrich, 1919-Sao Paulo, 1988) son dos hitos de la modernidad, entendida desde una perspectiva latinoamericana. Aunque sus mundos fueron ajenos y sólo una vez coincidieron en una fiesta, la obra de ambos gira en torno al lenguaje como tema y motivo de inspiración a la vez. El Reina Sofía abre hoy la exposición Alfabeto enfurecido primera Retrospectiva que se les dedica en España. La muestra incluye 200 obras seleccionadas por Luis Pérez Oramas, conservador de Arte Latinoamericano del MoMA. Son cerámicas, dibujos, esculturas, pinturas e instalaciones que provienen tanto de colecciones públicas como privadas de Sao Paulo, Buenos Aires, Londres y EE UU.

Las salas de la cuarta planta de exposiciones temporales del museo se han convertido en un bosque de letras visibles en todos los soportes. Ambos artistas, proceden del mundo de la poesía y ambos han estado influidos importantísimos autores: León Ferrari fue íntimo de Rafael Alberti y Mira Schendel de Haroldo de Campos. La semiótica, el estructuralismo, y la filosofía del lenguaje, determinan la manera que los dos tienen para aproximarse a la obra artística.

Pérez Oramas explica que los dos son artistas visuales cuyo arma permanente fue la palabra. "Las letras les sirven para producir imágenes. La voz es el problema de ambos artistas de principio a fin y en todos los soportes posibles".

La exposición está organizada en orden cronológico. Arranca de finales de los sesenta y concluye con las obras finales de ambos. Las últimas de Mira Schendel están fechadas en los ochenta.

De León Ferrari se exponen piezas del pasado año. Ferrari vive actualmente en Buenos Aires trabajando cada día en su estudio. A diferencia de la muestra que anteriormente se pudo ver en el MoMa, donde las piezas se exponían mezcladas, aquí se exhiben en salas separadas. Sólo en alguna ocasión se produce un diálogo puntual entre las obras. Por medio de bellísimas composiciones visuales hechas sobre papel japonés o con materiales ligeros como el plástico o hilos de metal, se centran el tema como las complicidades de la iglesia católica con el fascismo, el horror en los campos de exterminio nazi....

Al final, el silencio más dramático cae sobre la belleza de los papeles. Es un silencio expectante con el que dar sentido a lo efímero de la vida.