El arte compite con Robin Hood en Nottingham

La ciudad de Nottingham (Inglaterra) quiere ser conocida por algo más que por ser cuna del mítico Robin Hood. Las autoridades se han propuesto construir dos modernos centros artísticos, que ayuden a la ciudad a situarse en los mapas del turismo cultural.

Por un lado, está el Nottingham Contemporary, una galería de arte contemporáneo que aspira a convertirse en la Tate Modern (en referencia al museo londinense) de la región. El museo, todavía en construcción, dispone de 3.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas. Está ubicado en el centro de la ciudad, frente a una gran iglesia reconvertida en un pub. El centro, que ha costado casi 14 millones de libras (17,5 millones de euros), se inaugurará el año que viene y "atraerá a visitantes de todo el mundo", según su presidente honorario, Gary Smerdon-Whiten.

Las artes visuales contemporáneas también tienen su hueco en la ciudad. The New Art Exchange, un cubo de ladrillo oscuro y desiguales ventanas, fomentará, sobre todo, el videoarte de artistas africanos, caribeños y asiáticos (comunidades muy presentes en la ciudad). Aún está por inaugurar, aunque en él se han invertido 5,5 millones de libras (unos 6,8 millones de euros).

Antigua sede de una rica industria textil, sustituida por el sector servicios, Nottingham pretende cambiar su imagen, gracias al impulso del plan de regeneración cultural de la región que ha promovido el Arts Council (organismo que fomenta el arte en el Reino Unido).

Mientras, el príncipe de los ladrones continúa siendo el centro de atención turística. Muchos son los visitantes que siguen buscando el bosque de Sherwood, el lugar donde vivía, o su escultura junto al castillo de Nottingham.