El amigo inclasificable de René Magritte
La pintura onírica y sin límites del belga Paul Delvaux llega a la Fundación Picasso de Málaga
La Fundación Picasso de Málaga inicia hoy un recorrido por los temas que abordó de forma recurrente y casi obsesiva durante toda su carrera el belga Paul Delvaux, un pintor inclasificable del que se muestran 62 obras, algunas de ellas por primera vez en España.
Los trenes y estaciones, los personajes de Julio Verne, el desnudo femenino, los esqueletos o los sueños son algunos de estos grandes temas de Delvaux (1897-1994), a quien erróneamente se suele encasillar dentro del surrealismo, según la comisaria de la exposición, Angela Villaverde.
El propio Delvaux rechazaba esta clasificación, pese al paralelismo de la influencia del sueño y el mundo onírico en sus obras, y aunque fue amigo de un auténtico surrealista como su compatriota Magritte, ambos no compartían su visión de la pintura.
Verne y los desnudos femeninos
La exposición arranca con los inicios de Delvaux, en cuyos paisajes perdura un poso de clasicismo y academicismo y la influencia del arte de finales del siglo XIX e incluso del impresionismo con toques puntillistas.
El primer tema que aparece, en obras tempranas de los años 20, es el de los trenes y estaciones, aunque pronto pintará también desnudos femeninos influenciados por el expresionismo que en esa época se estaba empezando a desarrollar en Alemania.
De sus lecturas infantiles quedó la fascinación por las novelas de Julio Verne, en especial Viaje al centro de la Tierra, a cuyo protagonista, el profesor alemán Otto Lidenbrock, retrató en varias de las obras que se muestran en Málaga.
Otro tópico recurrente es el de los esqueletos, a los que el belga dotaba en sus cuadros de más vida que a las propias personas, reflejadas en muchos casos como meros autómatas, y les otorgaba el protagonismo en escenas religiosas como La Crucifixión.
De su infancia, cuando fue criado por dos tías, procede también su interés por el mundo femenino y los desnudos, en los que las modelos aparecen a veces en escenas lésbicas y presentan una actitud ausente.
El realismo y los espacios metafísicos
La visita que Delvaux hizo en 1932 al Museo Spitzner, una barraca de feria itinerante por Bélgica que tenía como principal atracción una maqueta en cera de una Venus dormida de gran realismo, dejó huella en el pintor, que plasmaría frecuentemente este personaje femenino a partir de ese momento y durante el resto de su carrera.
En la exposición se puede contemplar asimismo la influencia que recibió a partir de los años 30 de la pintura metafísica del italiano Giorgio de Chirico, en cuadros con espacios vacíos y desasosegantes, edificios con aires renacentistas, ruinas arquitectonicas y figuras recostadas en primer plano.
La muestra, organizada por la Fundación Picasso y la Fundación Carlos de Amberes, permanecerá en Málaga hasta el 27 de abril y después viajará a Valencia.
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