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64ª MOSTRA DE VENECIA

Humillación y tensión sexual en las nuevas películas de Lee y Branagh

Los directores presentan en Venecia sus últimos trabajos, 'Lust, Caution' y 'La huella'

La relación humana que nace de la humillación, el vínculo morboso que se crea y la intimidad entre el verdugo y la víctima, ha sido el punto en el que han coincidido hoy las dos películas presentadas a concurso en la Mostra: Se, Jie (Lust, Caution), de Ang Lee, y La huella, de Kenneth Branagh.

Y con ambos filmes, Venecia bañada hoy por las tormentas, ha sustituido la belleza de Keira Knightley, protagonista de Expiación, que ayer inauguró el festival, con la de Jude Law, uno de los principales actores de La huella, y de Tang Wei, actriz principal en Se, Jie (Lust, Caution).

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El taiwanés Lee ha vuelto así con su último trabajo a un certamen que hace dos años le entregó el León de Oro a la mejor película con Brokeback Montain, cinta con la que también ganó un Oscar.

Ambientada en el Hong Kong y la Shangai de la II Guerra Mundial, la película sirve a Lee para mantenerse en el terreno del "psicodrama", según él mismo ha comentado, e internarse en los vericuetos más desconocidos del alma humana, como la relación nacida de la humillación, en especial de la sexual. La trama se centra en la relación que establece Wang Chiah-Chih, interpretada por Tang Wei y agente de la resistencia china, con Mr.

Con un comienzo lento y un metraje largo, 156 minutos, la película, en chino en su versión original, va ganando en tensión, tanto por la intriga como por el sexo, cuando los dos protagonistas empiezan una relación morbosa, en la que ella para conseguir su confianza se acuesta con él. La película cuenta con varias escenas de sexo explícito, pero no están de sobra, pues son buena parte de la exploración del alma que Ang Lee emprende en la película.

Nueva versión de 'La huella'

Humillación y tensión sexual tiene también La huella, ya que en ella un viejo millonario británico encarnado por Michael Caine intenta seducir a un joven, amante de su esposa, e interpretado por Jude Law. Y es que, como dice uno de los personajes de esta película, "la humillación es el vínculo más potente entre dos seres humanos".

El filme es una nueva versión de La huella que en 1972 rodó Joseph L. Mankiewicz con el propio Caine en el papel de que ahora encarna Law y Laurence Olivier en el que ahora interpreta Caine. Pero si aquella era una pieza de relojería perfecta, construida sobre el guión de Anthony Shaffer, en ésta el engranaje funciona, porque la humillación queda perfectamente retratada, aunque se da una hora un tanto equivocada.

Y ello, porque la comparación entre las dos películas es inevitable, por más que al actor británico Michael Caine no le guste y diga que no es una "simple versión nueva" porque él, en ese caso, "no la habría hecho". Lo que subyace en las dos obras es la búsqueda de la humillación del rival, la lucha del macho por la hembra, los celos y la necesidad de demostrar que se es mejor que el otro.

Pero la versión moderna necesita adaptarse al gusto actual, es decir, la mansión de La huella ha visto su interior renovado por la alta tecnología, y la excentricidad y el gusto por los juegos de ingenio del millonario aristócrata se sustituyen ahora con un fuerte componente de seducción homosexual.

Michael Caine, Kenneth Branagh y Jude Law, en la presentación de 'La huella' en Venecia.
Michael Caine, Kenneth Branagh y Jude Law, en la presentación de 'La huella' en Venecia.AP

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