El Brujo disecciona el alma del hombre contemporáneo en 'El Contrabajo'

El actor Rafael Álvarez, El Brujo, disecciona el alma del hombre contemporáneo con El Contrabajo, un monólogo lleno de "sabiduría y profundidad que desentraña los valores, principios y mitos de la sociedad actual" y que se estrena mañana en el teatro Infanta Isabel, que precisamente cumple hoy su centenario. El montaje, original de Patrick Süskind -autor de la novela El Perfume-, vuelve al teatro madrileño, que este año cumple su centenario, dos años después de que se estrenara sobre este mismo escenario y durante una única semana.

"Tenía una deuda con esta obra, pensé que no tendría tirón porque habla de la problemática relación entre un músico y su instrumento, pero la acogida que tuvo entonces superó todas las expectativas", ha explicado hoy el actor, que representará durante cuatro semanas un montaje que ha llevado a escena en diferentes ocasiones desde hace más de siete años.

El Brujo, galardonado con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en 2003, ha dicho que el análisis social de El Contrabajo, hecho con un humor "corrosivo y original", pone de manifiesto la "tensión a la que se ve sometido el individuo de a pie, y la violencia de todo tipo a todos los niveles que esto provoca".

"He tardado en captar toda la hermosura y profundidad del texto de Süskind, porque parece que habla de un hombre insignificante, gris y burócrata, pero en el fondo habla del ser humano contemporáneo", ha dicho El Brujo quien considera esta obra uno de los "grandísimos textos" de la literatura porque "no perderá vigencia con el paso del tiempo".

Aunque en apariencia El Contrabajo es un texto complejo, El Brujo considera que no es necesario que "el público sea catedrático de literatura para entenderlo, sólo hace falta que la obra tenga una gran verdad dentro, ese es el auténtico efecto de transmisión, y esta obra la tiene".

El actor, que presentó en septiembre la obra El Ingenioso Caballero de la Palabra, dirigida y creada por el mismo, asegura que a pesar de que El Contrabajo no lleva su firma, al músico al que da vida "no le falta" su particular "impronta".

El Brujo, que con el paso del tiempo se ha dado cuenta de que siempre estará "atrapado por el teatro", ha asegurado que entre sus royectos no se encuentra volver al cine. "Tal y como se hacen las películas en este país, prefiero quedarme sobre el escenario", ha concluido.