George Michael brilla en Madrid
El cantante brítánico repasó veinticinco años de música en la segunda parada de su primera gira internacional desde 1991
No hubo vaqueros ni camiseta ajustada, tampoco cazadora de cuero ni botas. Rotos los arquetipos, veinticinco años dan para mucha reflexión. Un George Michael en plena madurez artística, impecablemente vestido y con alma de crooner ofreció en Madrid un concierto cargado de emoción y de encuentro con su público, que no dejó de corear al británico, uno tras de otro, los más grandes éxitos de su carrera.
La capital se convertía anoche en la segunda parada de la primera gira internacional desde 1991 del ex Wham!, que con el nombre de 25Live comenzaba el pasado sábado en Barcelona y con la que aprovecha para presentar su nuevo álbum Twenty five, que verá la luz el 14 de noviembre. Es la segunda vez que el cantante pisa suelo patrio, aunque hacía diecisiete años de aquella primera gira española llena de polémica por los excesos de un entonces autocomplaciente divo del pop.
Tan sólo un tema nuevo sonó en el Palacio de los Deportes madrileño, An easier affair, pequeño adelanto de lo que tendremos en dos meses escasos: veinticinco temas que resumen veinticinco años de grandes éxitos de los que el británico dio buena cuenta ante una audiencia entregada, que asistía boquiabierta a un espectáculo digno de su estrella.
El concierto comenzó con los 15 minutos de retraso de rigor y George Michael eligió, todavía sin hacer acto de presencia y sólo escuchándose su voz, la canción Waiting para abrir un recital en el que fue alternando canciones bailables con las baladas que le han proporcionado tantos triunfos, bien sea en solitario como el frente de Wham!. Enfundado en un traje negro brillante, con sus sempiternas gafas de sol y convertido en el eje central de una escenografía de lujo sonó Flawless, un tema de 2004 incluido en Patience, su último trabajo hasta la fecha, para dar paso a una de sus canciones más celebradas, Fast love, en un viaje de diez años atrás en su repertorio.
Acompañado de catorce músicos, Georgios Kyriacos Panayiotou dio un exhaustivo repaso a todo su repertorio cargado de clásicos como Father figure, Star People, The first time I ever saw your face, Praying for time, Too funky, You have been loved o Everything she wants y I'm your man, dos de los más coreados y escritos junto a Andrew Ridgeley, el otro componente de Wham!, a mediados de los ochenta.
Shoot the dog, dedicada a Bush y Blair
Para terminar la primera parte, George Michael cargó contra George Bush y Tony Blair interpretando Shoot the dog, recuperando su polémico vídeo de animación en el que no dejaba muy bien parados a ambos presidentes y que le valió la censura en EE UU. La sorpresa llegó cuando en pleno tema apareció en el escenario un enorme Bush hinchable. Ante el jolgorio general, el mismo George Michael bajó la bragueta al pantalón del presidente, que escondía un perro ataviado con la bandera británica emulando las andanzas de Monica Lewinsky.
Tras el intermedio, algo poco habitual en los grandes conciertos y más para el público español, George Michael cambió el negro por el gris plata y sacó del letargo a la audiencia -excesivo descanso de veinte minutos- para atacar con uno de sus mayores éxitos, Faith, quizá el responsable de que a lo largo de estos 25 años haya vendido más de 80 millones de discos. Después sonaron Spinning the wheel, Jesus to a child, el nuevo tema Easier affair, A different corner, Amazing y Outside, dejando para el remate final clásicos como Careless whisper y Freedom 90, con el que se despidió tras dos horas y media de auténtica fiesta.
Tras su paso por España, el cantante británico viajará a Francia, Italia, Alemania, Noruega, Suecia, Holanda, Suiza, Dinamarca, Irlanda y Reino Unido, para ofrecer un total de 35 conciertos. No se molesten, prácticamente está todo vendido.
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