Sting recuerda los atentados del 11-S y la guerra de Irak en su concierto de Benidorm
Más de 8.000 personas disfrutaron de los temas clásicos del músico y de su úlitmo trabajo 'Sacred Love'
Sting, cantante, divulgador de los beneficios del sexo tántrico y defensor de la naturaleza y los animales tocó ayer en la plaza de toros de Benidorm ante más de 8.000 personas. Su público bailó y coreó los clásicos del músico británico que aprovechó para presentar algunos de los temas de su último disco Sacred Love, marcado por los atentados del 11-S.
Apareció en el escenario a las 22.30 vestido de una forma muy silimar a como lo hizo el miércoles en el Palau Sant Jordi de Barcelona: camisa negra de puños blancos y pantalón oscuro. De su guitarra salieron los primeros acordes de Send your Love. Después continuó con Inside y, tras presentar a su banda, saludó a los asistentes con un "Hola a todos, mucho gusto", que fue recibido casi con tanto entusiasmo como su mítico Roxanne.
Algo nuevo, algo viejo
El concierto prosiguió con temas como Dead man's rope, Whenever I say your name, Sense y This war, canción en la que las tres pantallas que había en la plaza de toros dejaron ver varios aviones descargando misiles, así como varias plantas petrolíferas, en referencia a la guerra de Iraq. De las dieciocho canciones que Sting interpretó, las más esperadas y celebradas fueron los clásicos Fields, Englishman Roxanne, y Every Breath, tema que provocó que los 8.000 asistentes se levantaran, cantaran y bailaran eufóricamente junto a Sting. El músico abandonó después el escenario, pero el público, claro, quería más y obligó, a fuerza de potencia pulmonar, al cantante a cerrar su concierto con el tema A thousand years.
Nellie Mckay fue su telonera y la encargada de calentar el ambiente durante treinta minutos antes de la salida de Sting y su banda compuesta por Jaseon Robello al piano, Dominic Miller a la guitarra, Keith Carlofc a la batería, Rhani Kriya en la percusión y Donna Gardiner y Joy Rose en los coros.
Sting escogió para el escenario una iluminación donde los colores blanco, gris, negro y plata servían como telón de fondo para las tres pantallas panorámicas, que reflejaban imágenes acordes con los temas que cantaba, entre los que destacaron motivos de la naturaleza, siluetas de mujer o símbolos como el de la paz.
Antes de la actuación, el cantante recibió el premio Fundación Natura, que tiene como objetivo reconocer el trabajo que destacadas personalidades de la vida pública realizan para favorecer la pervivencia del planeta.
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