Fallece Raquel Rodrigo, protagonista de la primera película sonora del cine español
Fue una de las figuras más populares del periodo republicano, con filmes de gran éxito como La verbena de la Paloma
La actriz y cantante Raquel Rodrigo, protagonista de Carceleras (1932), la primera película sonora del cine español, y una de las musas del realizador Benito Perojo, quien le dio el papel principal en La verbena de la Paloma, falleció ayer en Madrid a los 89 años, según han informado hoy fuentes cercanas a la familia. Fue una de las figuras más populares del periodo republicano y, ya en la vejez, fue la abuelita de numerosos anuncios de televisión y formó parte del reparto de la película Familia, de Fernando León de Aranoa.
Raquel Rodríguez López, más conocida como Raquel Rodrigo, nació en La Habana el 11 de marzo de 1918 y ha fallecido en Madrid tras una intervención quirúrgica relacionada con el cáncer de colon que se le detectó hace tres años, según las mismas fuentes. De ascendencia gallega, vivió sus primeros años, además de en Cuba, en Puerto Rico y en Venezuela, hasta que su familia regresó a España y se instaló en Madrid. En esta ciudad estudió en el Instituto Escuela, pero abandonó el Bachillerato para estudiar canto, música, piano, guitarra, etc. En 1932 viajó a París para hacer unas pruebas para el cine. No las pasó, pero a su regreso a Madrid fue contratada por Manuel Rusell para protagonizar una comedia musical. El mismo año el director José Busch la contrató para interpretar la película Carceleras, primer filme sonoro del cine español, y volvió a trabajar en varias películas más con este mismo director. Poco después rodó Odio (1933).
Protagonista de La verbena de la Paloma
Tras sus primeros éxitos, llegó a rodar 35 películas en total. En 1933 participó en Una morena y una rubia y un año después en la película que le dio más popularidad, Doña Francisquita, de Hans Behrendt y con partitura de Amadeo Vives. Entre sus películas figuran Una semana de felicidad (1934), Madre Alegría (1935), El niño de las monjas (1935) y La verbena de la Paloma (1935), dirigida por Benito Perojo que, junto a Morena y clara, protagonizada por Imperio Argentina y dirigida por Florián Rey, fue uno de los filmes más taquilleros del cine español de la época. Otros de los largometrajes en los que participó Raquel Rodrigo fueron La reina mora (1937) y El barbero de Sevilla (1939), dirigida también por Perojo en Berlín durante la guerra civil. En esta ciudad alemana rodó también Mariquilla Terremoto, junto con Estrellita Castro, y Carmen la de Triana (1938), en la que también intervinieron Imperio Argentina y Rafael Rivelles.
En la posguerra trabajó, sobre todo, en el teatro, pero sin abandonar los platós de cine. De esta etapa son sus largometrajes El rey que rabió (1940), Para ti es el mundo (1942), La nao capitana (1946), Extraño amanecer (1947) y La canción de la Malibrán (1951). Al final de la década de los cincuenta, intervino en el popular espectáculo Te espero en el Eslava. Tras contraer matrimonio en 1962, abandona el cine. Diez años después se separó y volvió a trabajar, aunque esporádicamente en televisión, teatro y sobre todo en la radio. Para el teatro protagonizó la taquillera Sé infiel y no mires con quién, que tenía como protagonista a Pedro Osinaga y que estuvo en cartel durante toda la década de los setenta y primeros de los ochenta.
Su vuelta al cine, ya desde entonces con pequeños papeles, se produjo en 1973 para participar en las cintas El mejor regalo o No es bueno que el hombre esté solo. A continuación, tuvo breves intervenciones en: Morir... dormir... tal vez soñar (1976), El hombre que supo amar (1976), Cazar un gato negro (1976), Viva, muera, Don Juan Tenorio (1977), Niñas...¡al salón! (1977). Trabajó en 1986 con Pedro Olea en Bandera negra, y luego en tres películas de Álvaro Sáenz de Heredia: Policía (1987), Aquí huele a muerto (1990) y El robobo de la jojoya (1991).
Con motivo del centenario del cine español, el 10 de octubre de 1996 la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas le hizo entrega en Zaragoza de una de las medallas de la institución, y en la gala que tuvo lugar en la capital aragonesa se encargó, junto con Manuel Zarzo, de la presentación de la última década del cine (1986-96). Raquel Rodrigo, que ha grabado decenas de discos, cantó hasta los últimos días de su vida, según ha relatado su familia.
Babelia
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