La Biblioteca de Alejandría reabre sus puertas 1.360 años después
La ciudad del norte de Egipto recupera un símbolo y puja por volver a ser el centro del saber y de la cultura universal
Más de un milenio después de que la antigua se convirtiera en un mito, la nueva Biblioteca de Alejandría abre hoy sus puertas con la vocación de recuperar esta ciudad del norte de Egipto como capital mundial del saber. A imagen y semejanza de la primera, la segunda nace para ser foro de diálogo entre civilizaciones, aunque también con la esperanza de no acabar como la anterior, incendiada en época de Julio César, reconstruida y vuelta a destruir el año 390 y reducida a escombros definitivamente con la llegada del islam.
Al acto de inauguración, presidido por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha asistido la Reina Sofía, junto a representantes de 30 de los 58 países que, coordinados por la UNESCO han contribuido para hacer realidad este proyecto.
"Este acto supone un mensaje cultural universal, porque la nueva renace de la memoria de la antigua", ha afirmado durante del acto de inauguración el presidente egipcio Hosni Mubarak. Mubarak ha subrayado que la apertura "supone la continuidad de la sabiduría a través de los siglos, desde el pasado al presente".
Con un diseño de enorme disco solar que surge del paseo marítimo de Alejandría, la nueva biblioteca ofrece en sus muros cientos de pictogramas, símbolos y jeroglíficos, signos, letras y trazos de todas las escrituras y alfabetos conocidos.
Igual que la primera, la segunda Biblioteca Alejandrina tiene secciones dedicadas a la astronomía, la medicina, el arte, la historia, la filosofía, la botánica, la geografía y las matemáticas, con volúmenes en muchos casos manuscritos. En esta, no obstante y por razones obvias, tampoco faltan decenas de miles de títulos sobre física cuántica, alta tecnología, electrónica, informática, ciencias económicas y el mundo de los negocios, en soportes que van desde la fibra óptica al microfilm.
El llamado progreso no ha supuesto el abandono del esplendor ahora clásico pero moderno en el que se fundamentó el antiguo centro del saber alejandrino. Estatuas clásicas romanas y griegas dan paso en el interior a una luminosa estancia hipóstila, inspirada en los templos faraónicos, con capacidad para 2.000 personas y que será la mayor sala de lectura del mundo. Allí se podrá husmear el conocimiento acumulado desde que se redactaron los pergaminos que hicieron famosa a la antigua biblioteca, donde estudiaron Arquímedes, Euclides y Eratóstenes y se tradujo al griego toda la sabiduría de la Antigüedad.
Dos millones de ejemplares
Si en su época de mayor esplendor, la antigua biblioteca llegó a almacenar 700.000 libros en rollos de papel, en esta segunda se pretenden alcanzar los dos millones de ejemplares, aunque en una fase preliminar sólo estará disponible un cuarto de millón.
El presidente de Egipto ha sido el anfitrión de los miles de invitados que han acudido hoy a la apertura, personajes cuya diversidad de lenguas, culturas, religiones y orígenes refleja la universalidad de la nueva institución. La reina Sofía de España, la reina Silvia de Suecia, la reina Rania de Jordania, el presidente de Francia, Jacques Chirac, y el de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, han presenciado la inauguración junto a académicos, arqueólogos, estudiosos, historiadores, diplomáticos y funcionarios de diferente rango llegados desde todos los puntos del planeta.
Babelia
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