Berna González Harbour cede el testigo del boletín ‘EL PAÍS de la mañana’ a Milagros Pérez Oliva

“Hoy arranca una semana muy especial para mí: es la última que paso aquí con vosotros”. Así anunciaba el pasado lunes la periodista Berna González Harbour que dejaría de escribir en EL PAÍS de la mañana, el boletín informativo del periódico que a primera hora de lunes a viernes llega a los buzones electrónicos de los suscriptores. La periodista Milagros Pérez Oliva será la encargada de recoger su testigo.

La directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, fue quien ofreció a González Harbour escribir la newsletter del periódico, una carta que el lector recibiría cada mañana en su correo electrónico con toda la actualidad de la jornada. Para escribirla, se ha guiado por su instinto periodístico de más de 30 años de experiencia para seleccionar, comentar y analizar las noticias, reportajes, entrevistas y temas más destacados del día. Según González Harbour, la labor la ha realizado “con la misma responsabilidad y sentido de la obligación que tendría en el periódico, pero desde un punto más analítico y con una mirada más personal: recuperando el género epistolar”.

Dos años después, el boletín EL PAÍS de la mañana se ha convertido en uno de los más seguidos por los lectores. “Ha sido de los trabajos más bonitos que he tenido”, cuenta González Harbour. La periodista, que seguirá escribiendo en el periódico y tiene nuevos proyectos, reconoce que ha sido una experiencia “muy positiva” por haber tenido un trato más cercano, directo y coloquial con los lectores sin perder de vista el rigor informativo. También ha valorado las opiniones, reacciones y correcciones de los lectores sobre las informaciones que escribía cada mañana.

Su “único inconveniente” fue el horario, ya que le exigía estar continuamente entregada a la actualidad informativa. El trabajo del boletín comenzaba a las cinco de la tarde y no terminaba hasta las siete de la mañana, cuando la periodista daba los últimos retoques, añadía alguna última hora y lo dejaba a punto para enviar la carta finalmente a las siete y media de la mañana. “Me machacaba las noches y madrugadas con la dificultad de conciliar el sueño y descansar”, confiesa la periodista.

Para González Harbour, los lectores quedan “en muy buenas manos” con la periodista Milagros Pérez Oliva. Y recupera para su sucesora el consejo que le dio Pepa Bueno: “Hablarle al oído al lector y usar un trato personal, coloquial, ligero, cercano y no oficial”. En definitiva, “pensar que al otro lado hay una persona leyendo”.

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