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Martin Baron: “Ya no doy por sentada la libertad de prensa en Estados Unidos”

El exdirector de ‘The Washington Post’ defiende que tragedias como la dana demuestran que “la sociedad sigue confiando en la prensa”

Una campaña electoral basada en noticias falsas, desinformación y populismo. Una deriva autoritaria para imponer una política económica proteccionista sin precedentes y expulsar a migrantes de Estados Unidos a golpe de orden ejecutiva. Donald Trump es el ojo de un huracán que barre un mundo inmerso en la confusión y la dificultad por distinguir la verosimilitud de los hechos. Martin Baron, reputado periodista y exdirector del The Washington Post y el The Boston Globe, trata de dar respuesta y aportar optimismo a una prensa tradicional obligada a diseccionar las nuevas tecnologías para mantener los principios democráticos sobre los que se sustenta. “Estados Unidos ha sido un modelo de libertades, pero ya no lo somos. El periodismo independiente ha perdido el apoyo vital del país, y este es un indicio de que hemos perdido nuestra alma. Ya no doy por sentada la libertad de prensa en Estados Unidos”, ha apostillado Baron este viernes en Barcelona durante la clausura de las jornadas Metafuturo organizadas por Atresmedia.

La tragedia de la dana que hace un año asoló la provincia de Valencia y provocó más de 200 muertes demostró, según Baron, que en situaciones límite, “la sociedad sigue confiando en la prensa”. Así lo ha dicho en una posterior conversación del evento con la periodista Ana Pastor. Sin embargo, durante aquella catástrofe surgieron figuras en forma de influencers y pseudoperiodistas que trataron de enfangar la opinión pública y cuestionar las certezas. “Los periodistas tenemos que dar al público la información que necesitan para que puedan determinar su futuro. Esa es la llamada de nuestra institución. A menudo las voces de las víctimas son silenciadas y amordazadas”, ha lamentado Baron. Lo mismo se vio cuando España entera se apagó el 28 de abril y la radio se lanzó a las calles para informar con el rigor que los populismos cuestionan.

Ningún país está exento de las amenazas que suponen cuestionar un periodismo capaz de mantener la mentira a raya. Una mentira que, según Baron, es “endémica en el gobierno de Estados Unidos”. El ganador del Premio Pulitzer y que capitaneó desde el The Boston Globe la investigación sobre los abusos sexuales en la Iglesia católica de Massachusetts, considera que en su país se ha extendido el miedo entre los periodistas debido a los intereses de los propietarios de los medios de comunicación. “El punto vulnerable de la prensa en el país es la propiedad de los medios porque deben responder a unos intereses comerciales. Los periodistas de primera línea tienen más miedo de sus propietarios que del presidente Trump. Sienten miedo de que haya un cambio de postura política en la dirección”, sostiene.

Los ataques de Trump a la prensa son una constante. Desde menospreciar públicamente el atroz asesinato del periodista saudí de The Washington Post Jamal Khashoggi hasta llamar “cerdita” a una periodista de Bloomberg en pleno vuelo del Air Force One, el líder republicano no cesa sus hostilidades personales contra la libertad de prensa. Un derecho que, dicho sea de paso, está recogido en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos. “Es una vergüenza. Nunca pensé que iba escuchar hablar a un presidente así”, ha lamentado Baron.

“Lo que quiere Trump es que los periodistas sean taquígrafos o propagandistas, siempre sumisos”. Baron se ha referido así a la expulsión del Pentágono de periodistas críticos con la política de la institución y a quienes se les impidió publicar nada que no fuera publicado de forma oficial por la sede del Departamento de Defensa, rebautizado por el propio Trump como Departamento de Guerra.

El problema se extiende no solo a las administraciones públicas, sino a las grandes tecnológicas que están al servicio de un gobierno, en palabras de Baron, de “corrupción abierta”. En ser preguntado por el papel de los verificadores de datos en la nueva era tecnológica, el periodista se ha mostrado preocupado por la eliminación de esos filtros en Estados Unidos. “Facebook no publica los verificadores en Estados Unidos porque Mark Zuckerberg, fundador de Meta, cedió a las presiones de Trump. Zuckerberg no quiso enemistarse con él porque le amenazó con encarcelarle por su política de verificación y por haber cancelado su cuenta de en Facebook”, ha señalado.

Pese a todo, ve cerca el final de la era Trump. Baron está convencido de que aunque el republicano crea que puede encontrar un resquicio en la legislación estadounidense para postularse una tercera vez como candidato a ocupar la Casa Blanca, no lo hay. “Es cierto que la oposición no es demasiado fuerte. Los demócratas están buscando su camino porque no tienen una buena marca entre el pueblo estadounidense”, ha concluido.

Salman Rushdie advierte de una censura creciente

En una intervención posterior de la jornada ha intervenido el escritor británico de origen indio Salman Rushdie, a quien en 1989 el ayatolá Jomeini puso precio a su cabeza por considerarlo un hereje de la fe islámica tras publicar un año antes Los versos satánicos. Se trata de una narración novelada sobre los versículos del profeta Muhammad y la controversia culminó con el brutal intento de asesinato a Rushdie en 2022 que casi le cuesta la vida. Tres años después, el escritor ha explicado en Barcelona que sus sueños han vuelto a la normalidad. “No soy el único escritor que ha sufrido ataques en los últimos años. No tenemos armas, solo palabras. Y hay gobiernos que ven eso muy alarmante”.

Una muestra de su preocupación por la creciente censura en el mundo moderno es la prohibición de más de 7.000 libros en el último año en las escuelas públicas estadounidenses, según datos del último informe anual de la organización PEN America. “No estamos [los escritores] en muy buena forma. Si vives en Estados Unidos experimentarás esas malas condiciones”, ha explicado Rushdie, quien lleva más de dos décadas residiendo en Nueva York.

El renombrado autor observa que el liderazgo de Trump reviste ciertas características de culto religioso. “Trump ha convertido el partido republicano en una secta que idolatra a su líder”, ha anotado durante una entrevista con la periodista Sonsoles Ónega. A pesar de que Rushdie cree que la Primera Enmienda será capaz de hacer retroceder la censura en Estados Unidos, su inquietud pone el acento en la capacidad de una nueva generación de autores de superar la autocensura. “Lo que me preocupa son los escritores más jóvenes. Por ejemplo, la expresión que hace referencia a la apropiación cultural se ha extendido mucho. Si solo podemos escribir de nuestra propia experiencia, será la muerte de la literatura”, afirma.

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