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Stefan Rahmstorf, climatólogo: “El colapso de la corriente oceánica atlántica provocaría un clima extremo sin precedentes en Europa”

El investigador alemán asegura que la única forma de estabilizar la situación del planeta es abandonar los combustibles fósiles lo más rápido posible

Stefan Rahmstorf
El investigador alemán Stefan Rahmstorf.Felix Amsel
Clemente Álvarez

Análisis científicos preliminares consideran que los eventos meteorológicos como el que ha dejado dos centenares de muertos en España son un 12% más intensos y el doble de probables por el cambio climático. Con el calentamiento del planeta, nadie podrá decir que el aviso rojo no fue lo suficiente claro, y el peligro irá en aumento si el mundo sigue quemando combustibles fósiles. Un grupo de científicos ha presentado recientemente una carta abierta en la que alerta de los serios riesgos que implica la ralentización de una de las corrientes oceánicas fundamentales en la regulación del clima, la llamada Circulación de Retorno Meridional del Atlántico (o AMOC, por sus siglas en inglés). Entre ellos está el investigador alemán Stefan Rahmstorf (Karlsruhe, 64 años), jefe de Análisis del Sistema Terrestre en el Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam y profesor de Física de los Océanos en la Universidad de Potsdam (Alemania), a quien le preocupa que la capacidad de las sociedades humanas para afrontar una desestabilización tan importante del clima. Mientras tanto, el lunes comienza una nueva cumbre sobre el cambio climático en Azerbaiyán, tocada de principio por la vuelta a la Casa Blanca de Donald Trump.

Pregunta. ¿Qué está pasando con la Circulación de Retorno Meridional del Atlántico (AMOC)?

Respuesta. La AMOC es el principal mecanismo de transporte de calor en el Atlántico. Desde la punta de Sudáfrica hasta la costa de Noruega, transporta una cantidad de calor que corresponde a aproximadamente 50 veces la energía total utilizada por los humanos. Esto es mucho y es responsable del clima templado en el noroeste de Europa. Sin embargo, hay pruebas contundentes de que la AMOC se ha ido debilitando y trayendo menos calor al Atlántico norte. Es la razón por la que la región entre el oeste de Gran Bretaña y el sur de Islandia es la única parte del planeta que se ha estado enfriando en los últimos 100 años, mientras que el resto de la Tierra se calienta.

P. ¿Qué está debilitando este mecanismo climático?

R. La causa del debilitamiento es principalmente un aumento de las precipitaciones en aquellas partes del Atlántico norte donde la AMOC se impulsa a través del agua que se hunde a grandes profundidades debido a su alta densidad. Si se diluye el agua de mar con agua dulce de lluvia, entonces la densidad se vuelve menor [al reducirse su salinidad] y ya no puede hundirse porque no es suficientemente pesada. A esto también contribuye el agua dulce proveniente del deshielo en Groenlandia y el derretimiento del hielo marino en el Ártico. Los datos muestran que lo predicho por los modelos climáticos está sucediendo, estimamos ya en torno a un 15% de debilitamiento de la AMOC.

P. ¿Por qué esto es tan relevante para el clima?

R. Si esta corriente oceánica se desacelera aún más y colapsa, porque hay un punto de inflexión a partir del cual se extinguirá, entonces esa mancha fría que ahora solo está sobre el océano se expandirá a través de áreas terrestres y conducirá a un enfriamiento en Escocia, Escandinavia, Islandia y en el noroeste de Europa. Eso tendría consecuencias bastante graves, en primer lugar, en las zonas afectadas por el enfriamiento, pero en general, también para el clima en todo el continente. El colapso de la AMOC provocaría un clima extremo sin precedentes en Europa y tendría repercusiones a escala mundial. Por ejemplo, el cinturón de lluvias tropicales cambiarían hacia el sur, por lo que algunas partes de los trópicos sufrirían graves problemas de sequía.

P. ¿A qué se refiere cuando habla de pasar el punto de inflexión?

R. Me refiero a un punto de no retorno en el que, aunque no aumenten más los gases de efecto invernadero, la AMOC morirá por completo por su retroalimentación. Hasta que colapse del todo puede llevar un tiempo, entre 15 y 100 años, pero es un proceso que comienza después de que se haya cruzado ese punto de inflexión.

P. Fuertes lluvias acaban de provocar más de dos centenares de muertos en España. ¿Qué puede pasar con los eventos extremos si sigue ralentizándose esta corriente oceánica?

R. Habrá eventos meteorológicos extremos sin precedentes en los tiempos históricos, pero en este momento no creo que podamos saber todavía cómo serían. No hay prácticamente estudios que analicen en detalle cómo se desarrollaría realmente la combinación de un colapso de AMOC y el calentamiento global. Sabemos que habrá consecuencias muy graves y este es el tipo de desastre que debemos evitar, pero es muy difícil detallar cómo se desarrollaría porque incluso lo aprendido en la historia de la Tierra, cuando la AMOC ha colapsado de forma anterior, la última hace como 11.000 años en el Younger Dryas, ha sido diferente de lo que ocurriría en el futuro.

P. Pero esto no implica una súbita Edad del Hielo como en la película El día de mañana (2004). ¿Verdad?

R. Esa es una película de desastres de Hollywood y los realizadores sabían bien que no estaban mostrando un escenario realista, comprimieron en unas pocas semanas lo que normalmente se desarrollaría durante muchas décadas. Algunas de las cosas que muestra esa película violan las leyes de la física. Además, lo que sucedería no es lo que un científico llamaría una Edad de Hielo, pues estamos hablando de un enfriamiento regional en un mundo más cálido.

P. El IPCC, el principal panel de expertos sobre cambio climático de Naciones Unidas, estimaba en menos del 10% las posibilidades de que la AMOC colapse en este siglo. ¿Por qué aseguran que esta predicción ya no vale?

R. La carta abierta que hemos presentado ha sido también firmada por algunos científicos que se encargaron de esa parte de los informes del IPCC y ellos mismo dicen que los riesgos han sido subestimados. Ese menos del 10% se basó en modelos climáticos previos, pero la nueva generación de modelos muestran que la AMOC es más sensible. Las señales de que esta corriente atlántica se está debilitando son ahora mucho más claras y hay diferentes estudios que llegan a la misma conclusión de que el punto de inflexión probablemente ya se superaría en este siglo, incluso en las próximas décadas. En mi opinión, las posibilidades de cruzar el punto de no retorno con la AMOC en ese siglo son ahora de cerca del 50-50.

P. 50-50 es cómo lanzar una moneda en el aire. ¿No?

R. Sí. Salvo que aquí no se trata de lanzar una moneda, pues está en nuestras manos en gran medida reducir el riesgo cumpliendo el Acuerdo de París contra el cambio climático.

P. El próximo lunes comienza en Azerbaiyán una nueva cumbre del clima, ¿dónde cree que debe poner la atención la comunidad internacional?

R. La única forma de estabilizar el clima del planeta es abandonar los combustibles fósiles lo más rápido posible y alcanzar cero emisiones de CO₂.

P. ¿Qué cuenta a sus hijos del riesgo de que ocurra esto en un futuro no tan lejano?

R. Tienen 16 y 18 años, y no les hablo mucho de estos riesgos. Saben del cambio climático y han estado en protestas de Fridays for Future, pero simplemente estoy tratando de prepararlos dándoles la mejor educación y todo lo necesario para aumentar sus posibilidades de supervivencia también en tiempos de crisis.

P. ¿Qué le preocupa más de todo esto?

R. Lo que más me preocupa es el tipo de climas extremos, ya sea con colapso o no de la AMOC, que puede desestabilizar nuestras sociedades. Están aumentando tanto las sequías como las precipitaciones extremas como las ocurridas en Valencia. Esto puede conducir a un declive económico o un aumento de populistas que prometen soluciones fáciles, que por supuesto no funcionan. Sí, me preocupa mucho si nosotros, como sociedad humana, realmente podemos afrontar bien una desestabilización tan importante del clima.

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Sobre la firma

Clemente Álvarez
Es el coordinador de la sección de Clima y Medio Ambiente de EL PAÍS y está especializado en información ambiental, cambio climático y energía. Ha trabajado para distintos medios en España y EE UU, como Univision, Soitu.es, la Huella en La2 de TVE... Fue también uno de los fundadores de la revista Ballena Blanca.
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