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Biden aumenta las restricciones a la explotación de hidrocarburos en Alaska

American Petroleum critica la decisión de la Administración al afirmar que esta afecta la soberanía energética del país

Una imagen del Parque Nacional del Ártico, en Alaska.
Una imagen del Parque Nacional del Ártico, en Alaska.AP
Luis Pablo Beauregard

La Administración de Joe Biden ha anunciado este viernes que extiende las restricciones para la explotación de petróleo y gas en 5,3 millones de hectáreas en Alaska. “Estoy orgulloso de que mi Gobierno está llevando a cabo acciones de conservación de territorio en el Ártico occidental para honrar la cultura, historia y sabiduría de los nativos de Alaska, quienes han vivido y cuidado de estas tierras desde tiempos inmemorables”, aseguró el presidente de Estados Unidos en un comunicado emitido esta madrugada. La industria petrolera ha criticado la decisión afirmando que afecta la soberanía energética de la potencia de occidente.

El anuncio llega días antes del Día de la Tierra, que se celebra el 22 de abril. Es una muestra de buena voluntad de Biden a los ambientalistas. Estos habían criticado severamente al Gobierno demócrata en marzo del año pasado, cuando se dio luz verde a la polémica perforación en tres puntos del noroeste de Alaska en el proyecto Willow, explotado por la compañía estadounidense ConocoPhillips y con un valor de 8.000 millones de dólares. La decisión de este viernes no afecta ninguna de las tierras dentro del proyecto Willow, que producirá unos 180.000 barriles diarios de crudo por las próximas tres décadas.

El presidente llegó a la Casa Blanca en 2021 con la promesa de no permitir nuevas perforaciones de petróleo y gas en terrenos federales, como una medida para luchar contra el cambio climático. Ahora, en plena campaña electoral rumbo a los comicios de noviembre de 2024, recuerda que su Administración ha protegido 16,5 millones de hectáreas que van desde el Gran Cañón hasta el Estado cercano al Ártico.

El Gobierno federal, a través del Departamento del Interior, también sugirió rechazar la petición de una corporación estatal de trazar un camino de 338 kilómetros que hubiera cruzado 11 ríos cristalinos a las puertas del Parque Nacional Ártico para facilitar la transportación de cobre, cobalto, zinc, plata y oro. Son supuestos depósitos minerales con valor de 7.500 millones de dólares. Las autoridades, sin embargo, afirman que se trata de petición especulativa, pues no hay licencias de explotación minera en la zona, que no ha sido tocada por humanos. Además, evalúan la cancelación de la perforación en toda la reserva natural.

La Agencia de Protección Ambiental determinó que ese camino industrial, llamado Ambler Road, habría dañado irremediablemente el hábitat de unas 30 comunidades nativas de Alaska. También se afectaría las actividades de pesca de salmón y caza.

Brian Ridley, el jefe de la tribu indígena Tanana, recibió con beneplácito la medida de Washington y la calificó de un “gran paso adelante en la lucha por los derechos de los pueblos originarios y por la justicia ambiental”.

American Petroleum, un grupo que representa los intereses de las grandes petroleras estadounidenses, ha calificado de “errónea” la decisión del Gobierno. “En un momento donde el mundo está a la espera del liderazgo de Estados Unidos en materia energética, este se convierte en un nuevo paso en la dirección incorrecta”, aseguró Dustin Meyer, el vicepresidente de la organización, que sirve de grupo de presión de la industria de los hidrocarburos ante el Congreso.

Esta organización asegura que la decisión adoptada por Biden lastra dramáticamente las reservas de hidrocarburos en una región que ya había recibido la aprobación del Legislativo para afianzar la soberanía energética de Estados Unidos y garantizar recursos a los habitantes de Alaska. El 85% de los ingresos de la entidad provienen de esta industria.

Los legisladores republicanos del Estado también se han sumado a las voces en contra del decreto de protección de Biden. “Es más que un golpe a Alaska porque cuando limitas el acceso a nuestros recursos e impides la perforación no puedes producir ni explotar. Estamos hablando de inseguridad energética”, aseguró la senadora Lisa Murkowski.

Dan Sullivan, otro representante del Estado en la Cámara Alta, aseguró que se trataba de un ataque ilegal a la economía local. “A Joe Biden no le importa que nuestros adversarios produzcan energía y amplíen su dominio sobre minerales fundamentales”, aseguró Sullivan en una conferencia de prensa celebrada el jueves, donde estuvo cobijado por una decena de compañeros.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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