Bruselas quiere estándares mínimos para la cría y venta de perros y gatos y endurece las normas sobre el transporte animal
Es la primera vez que la Comisión Europea esboza un plan para unificar las normas sobre la cría, compra, cuidado y trato de mascotas en territorio europeo. A la par, propone la mayor reforma sobre el transporte animal en 20 años
Bruselas pone su mira en el bienestar animal, al menos en parte. La Comisión Europea ha lanzado este jueves dos propuestas que buscan mejorar, por un lado, las condiciones de cría y venta de los perros y gatos que forman parte de la familia de casi la mitad de los ciudadanos europeos; también quiere garantizar un transporte menos traumático de aquellos otros animales ―unos 1.600 millones cada año― que acaban mayoritariamente en el plato de esos mismos hogares.
Las propuestas, a las que se une un “compromiso” de continuar el proceso para cumplir con la iniciativa ciudadana de prohibir la cría de animales para el uso de sus pieles y la venta de estos productos en el mercado único europeo, se quedan cortas respecto a las promesas iniciales de Bruselas: hace menos de dos años, la Comisión se había comprometido a presentar, antes de finalizar este 2023 ahora a punto de expirar, una propuesta legislativa para ir más allá y prohibir progresivamente las jaulas para varios animales de granja. Una cuestión que, según el Ejecutivo europeo, necesita trabajar más aún la propuesta para garantizar que la transición se realice de forma “regulada, con consenso y de forma viable para la agricultura”, ha explicado la comisaria de Sanidad y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides.
Pese a ello, la Comisión ha defendido como una muestra de su compromiso con el bienestar animal las propuestas presentadas. “El bienestar animal no es esencial solo para la salud de los animales, sino también para lograr una sociedad humana, sana y sostenible”, ha afirmado Kyriakides. Porque “la forma en que tratamos la naturaleza, incluidos los animales, dice mucho sobre el tipo de humanos que somos”, ha acotado el vicepresidente ejecutivo de la Comisión para el Pacto Verde, Maros Sefcovic, que se ha dicho “orgulloso dueño de dos perros y un gato”, mientras su colega griega ha revelado que tiene un perro.
Estándares europeos mínimos para la cría y venta de perros y gatos
Que Bruselas se fije ahora en el mundo de los animales de compañía no es una cuestión baladí. Los europeos conviven cada vez más con un animal en casa y su crianza y venta son un negocio en boga y, a la par, cada vez más fraudulento. El 44% de los hogares europeos tiene una mascota, que en su absoluta mayoría (más del 90%) son perros o gatos. En total, en la UE hay 83,6 millones de gatos y 72,7 millones de perros. No es sorprendente, por tanto, que el 74% de los europeos esté a favor de mejores condiciones de vida de estos animales, según datos del Eurobarómetro de este mismo año.
La mirada de la Comisión, no obstante, no se fija —al menos por ahora— en los dueños de los animales, sino en “establecer normas europeas uniformes para el bienestar de perros o gatos criados o mantenidos en establecimientos de crianza, en tiendas y hasta en refugios de animales”. Para ello propone, por primera vez en la historia de la UE, unas normas unificadas para criadores y vendedores de mascotas sobre el “bienestar y trazabilidad” de perros y gatos comerciados.
Lo que busca es que se apliquen “estándares mínimos” en toda la UE —aunque cada Estado puede imponer medidas más estrictas— para la crianza, albergue, cuidado y trato de estos animales, entre otros, estableciendo la prohibición del uso de jaulas e imponiendo unos espacios mínimos para su mantenimiento, así como estándares de temperatura y alimentación básica, acceso a luz natural y ejercicio de los animales.
Los criaderos solo recibirán una autorización para operar una vez se haya realizado una inspección del recinto por parte de las autoridades competentes. Además, se regulará la cría, con límites sobre la frecuencia de las reproducciones y una edad mínima para ello, además de prohibirse la reproducción endogámica. Del mismo modo, quedarán prohibidas prácticas como el recorte de orejas o de la cola, “salvo por motivos veterinarios y bajo anestesia”.
Los proveedores de perros y gatos deberán además garantizar que los futuros amos “son conscientes de la importancia de ser dueños responsables” en materia de cuidados, nutrición y atención médica adecuada para sus mascotas.
Según la propuesta, será obligatorio colocar un microchip y registrarlo en una base de datos nacional a todo perro o gato antes de ser vendido en la UE, mientas que las bases de datos de todos los Estados miembros serán “interoperativos”. También deberán hacer públicas las listas de los criaderos legales.
Cuando la venta del animal se realice online, el potencial comprador dispondrá de un sistema automatizado gratuito para “verificar la identificación y registro” del perro o gato, una trazabilidad reforzada que, también, le permitirá a las autoridades vigilar y controlar mejor la cría, comercio y movimientos de los animales, además de dar una información más fiable a los que adquieren una mascota. Los animales importados estarán sometidos a estándares iguales o equivalentes y los perros y gatos procedentes de fuera de la UE deberán estar registrados en una base de datos europea en las 48 horas siguientes a su entrada en territorio UE. Además de imponer “penas efectivas” para los que violen estas normas, Bruselas quiere garantizar el cumplimiento de las mismas, imponiendo a los países miembros que le envíen, cada tres años, datos sobre el bienestar de gatos y perros en su territorio. Este refuerzo de las precauciones obedece a un negocio de mascotas floreciente y, a menudo, lleno de sombras y abusos.
El comercio de mascotas genera un volumen de negocios de 1.300 millones de euros anuales en la UE. Un negocio creciente que alienta prácticas fraudulentas, debido a las lagunas legales que lo facilitan y a una tendencia de mercado que también juega a su favor: el 60% de los gatos y perros son adquiridos por Internet en la UE.
Las nuevas normas, según la comisaria de Sanidad Kyriakides, no solo “protegerán mejor a los millones de perros y gatos criados en la UE”, sino que también “proporcionarán una muy necesitada certeza a los futuros dueños de mascotas”.
Nuevas normas para el transporte animal
En el marco de la estrategia europea “desde la granja al tenedor” para lograr una agricultura y producción alimentaria más sostenible en la UE, Bruselas también propone la mayor revisión de las normas de transporte animal —que es sobre todo terrestre— en dos décadas, la mayor parte de animales de granja: cerdos, vacas, cabras, ovejas, gallinas, conejos y caballos, aunque también se beneficiarán de ella los gatos y perros transportados con motivos comerciales. Además, por primera vez, se establecen condiciones específicas para el transporte de animales acuáticos en el contexto de una actividad económica.
La Comisión quiere imponer horarios de viajes limitados y pausas frecuentes en el transporte animal. Para los animales destinados al sacrificio, el transporte no podrá superar las nueve horas diarias, cuando actualmente no hay límites y solo el requerimiento de realizar una pausa de 24 horas en puestos de control tras viajes de 24 o 29 horas, dependiendo de las especies.
Para el resto de animales, el transporte máximo será de 21 horas, que incluirán al menos una hora de descanso tras 10 horas. Tras ese desplazamiento, se deberá permitir un descanso por 24 horas de los animales fuera del vehículo antes de continuar su viaje. Durante esa pausa, se les deberá alimentar y dar agua. Solo entonces podrán emprender otro viaje más,, de un máximo nuevamente de 21 horas, con la misma imposición de una hora de descanso tras las 10 horas primeras. Para entonces, deberán haber alcanzado su destino.
La propuesta también busca un mayor confort de los animales dentro de los transportes, aumentando “significativamente” el espacio mínimo del que debe disponer cada animal de acuerdo con su peso y especie, así como estableciendo límites de acuerdo con temperaturas máximas y mínimas. Si se esperan temperaturas entre 25°C y 30°C, el viaje no podrá superar las 9 horas. Cuando superen los 30°C, solo se permitirán los viajes nocturnos y se les proporcionará a los animales más espacio. Cuando las temperaturas se sitúen por debajo de los cero grados, los vehículos deberán estar cubiertos y, cuando caigan de los menos cinco grados, el límite máximo del viaje será también de nueve horas. Hay además provisiones especiales para animales “vulnerables” como las hembras embarazadas, las gallinas al final del ciclo de producción y terneros no destetados.
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