Una red de tráfico de animales movió miles de perros y gatos enfermos y sin controles sanitarios durante ocho años
Una operación conjunta permite rescatar a 400 ejemplares, que se vendían en Cataluña, Madrid, Andorra o Dubái. El principal investigado se encuentra en prisión preventiva, una medida cautelar poco común en estos casos
“Ha sido muy duro editar los vídeos”, explican después de una rueda de prensa, varios de los implicados en el desmantelamiento de una red de maltrato animal que introdujo 357 perros y 51 gatos en España. Los vídeos son las imágenes captadas por la policía en los 12 registros que llevaron a cabo (tres tiendas, tres criaderos, dos clínicas veterinarias y varios domicilios) y donde hallaron los 400 animales, muchos de ellos enfermos. Todos eran más pequeños de lo que constaba en su cartilla sanitaria, y algunos habían viajado desde Bulgaria, Eslovaquia y Hungría, con apenas unas semanas de vida. Sin vacunas y sin los tres meses mínimos para ser vendidos, los futuros dueños pagaron entre 500 y 2.000 euros por unos cachorros que en muchas ocasiones acabaron muriendo. El presunto cabecilla de la red, Efrén A., de 36 años, con antecedentes por hechos similares, ha ingresado en prisión preventiva. “Es una medida excepcional”, celebran los agentes implicados en el desmantelamiento de la organización que llevaba al menos ocho años activa. En ese tiempo, han movido “miles de animales”, aseguran fuentes policiales.
La satisfacción es generalizada en los cuatro cuerpos policiales que llevaron a cabo la investigación conjunta: los Mossos d’Esquadra, la Guardia Urbana de Barcelona, la Policía Nacional y la Guardia Civil. Juntos han asestado un severo golpe a una organización formada por 13 personas, entre ellas el supuesto cabecilla, un hombre que empezó muy joven en el mundo de la cría de perros y gatos y que consta vinculado al menos a 18 empresas del sector. Entre los detenidos, consta también una veterinaria en Barcelona, donde además se registraron dos clínicas “bajo el control de los investigados con la intención de engañar a los clientes y a las administraciones” cometiendo de forma “continuada” todo tipo de “infracciones” para “camuflar el verdadero origen de las enfermedades y patologías desarrolladas por los cachorros” cuando ya estaban con sus dueños. Durante la operación, también encontraron ocho cadáveres de animales.
La operación nació en 2020, en una inspección a la tienda Bitxets, ubicada en Barcelona, donde la Guardia Urbana halló 33 animales enfermos, en un local plagado de irregularidades que finalmente fue clausurado. La policía inició entonces una investigación, de la mano de la fiscalía de Medio Ambiente y el juzgado de instrucción 21 de Barcelona, que permitió descubrir un entramado de cría, transporte y venta de animales, sin los controles ni garantías sanitarias preceptivas. “Hubo caso de personas que compraron un perro, enfermó y murió. Como reclamaron, le dieron otro animal que sufrió la misma suerte. Y así hasta en tres ocasiones”, explica uno de los investigadores del caso.
Algunos cachorros se criaban en centros de Bulgaria, Eslovaquia y Hungría, y desde allí, en viajes que duraban más de 20 horas, se transportaban hacinados, sin medidas higiénicas ni sanitarias, ni control médico, en vehículos no homologados. Los animales enfermaban y se contagiaban unos a otros, después de vivir en unas condiciones insalubres que la policía asegura que también se daban en los centros de cría ubicados directamente en España. Especialmente duras fueron las condiciones de uno de estos lugares ubicado en Vilopriu (Girona), explican fuentes policiales, donde a uno de los cachorros rescatados hubo que amputarle una pierna.
La policía rescató a los animales el pasado 20 de septiembre. Desde entonces, están bajo la custodia de las protectoras, sometidos a una cuarentena para garantizar que se recuperan debidamente de las enfermedades contraídas. Posteriormente, se les dará en acogida a familias que quieran adoptarlos. Paralelamente, están llevando a cabo un estudio patrimonial de los implicados en la organización. Los agentes aseguran que durante los años que ha permanecido activa, sus miembros han ganado “mucho dinero”, que han podido constar a través del elevado tren de vida de algunos implicados, con casas de alto standing, coches de primera y vacaciones en resorts de lujo.
La clave de su éxito económico es que traficaban con animales que compraban por 300 euros, sin ninguna garantía sanitaria ni bienestar animal, que luego revendían por 1.500, explican fuentes policiales. A las hembras las sometían a un régimen de explotación, y las obligaban a criar cada vez que estaban en celo, para obtener el máximo rendimiento, sin considerar el bienestar del animal. “Es una organización transnacional de transporte, cría y venta de animales”, ha asegurado el inspector de la Policía Nacional Juanjo Castro, en rueda de prensa. “Los animales estaban en una situación aberrante”, ha indicado el capitán Humberto Quiroga, de la Guardia Civil.
Las tiendas intervenidas, igual que las clínicas veterinarias, siguen abiertas, según han explicado los manos policiales. “Pero sin animales”, ha indicado el intendente de la Guardia Urbana Juan Guzmán, sobre los establecimientos de comercio de perros y gatos. “Si quieren hacerlo, tienen que hacerlo bien”, ha subrayado. Para desarticular el entramado, los agentes también han actuado contra personas que no eran licenciadas en veterinaria, pero que trataban a los animales enfermos cuando alguien se quejaba a los establecimientos donde los habían comprado. “Una especie de hospital fake”, ha detallado el responsable de Medio Ambiente de los Mossos, Víctor Cosialls.
La policía ha constatado también que la organización había trasladado parte del negocio fuera de España, debido a la presión de los investigadores. En Andorra, los agentes han actuado contra una tienda de animales. También han comprobado que uno de los principales implicados había abierto una tienda de venta de animales en Dubái.
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