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El reto de moverse durante un mes en bici: “Te cambia la perspectiva de la ciudad”

La iniciativa 30 Días en Bici, que se creó en Gijón y propone sumarse a la movilidad activa, cumple 10 años y llega ya a más de 100 urbes de 13 países

30 Días en Bici
Elisabeth Sánchez montando en bicicleta, en una fotografía cedida por ella.Juan García Alberdi
Jose Sanz Sainz

Hace 10 años, Carlos Rodríguez imaginó una campaña para animar a que la gente probara la bicicleta para sus desplazamientos cotidianos durante un mes. El Ayuntamiento de Gijón buscaba algo parecido, y de la colaboración entre ambos surgió la campaña 30 Días en Bici. Hoy, más de 60.000 personas se han sumado a una iniciativa que se realiza cada mes de abril y llega ya a más de 110 urbes de 13 países de Europa y Latinoamérica. Una de ellas es la cacereña Elisabeth Sánchez, que gracias a pedalear durante un mes conoció un Madrid diferente: “Te cambia la perspectiva de la ciudad, la ves de otra manera, conoces mejor las calles, ves rincones, pequeñas tiendas... La ciudad se vuelve más cercana y más humana”.

A pocos días de que arranque la décima edición —este 1 de abril—, Rodríguez (Gijón, 55 años) celebra el éxito del plan, que consiste en que los participantes compartan las experiencias positivas en las redes y se encuentren arropados por la comunidad. El proyecto acumula premios de Empresas por la Movilidad Sostenible, la patronal de la bicicleta AMBE, la Fundación INCYDE, la asociación Conbici o la Federación Ciclista Europea. El impulsor de la iniciativa señala que el éxito fue llegando de forma progresiva y ha supuesto “más trabajo y más responsabilidad”.

Carlos Rodríguez, recibe un premio por impulsar la iniciativa 30 días en Bici.
Carlos Rodríguez, recibe un premio por impulsar la iniciativa 30 días en Bici.

Rodríguez, que dejó el mundo de la publicidad para dedicarse “en cuerpo y alma” al proyecto de 30 días en bici, defiende que si más gente pedalea “se cambian las ciudades con millones de desplazamientos cotidianos, más limpios, saludables y sostenibles”. Cada año se apuntan al reto entre 5.000 y 9.000 personas, este año se han comprometido ya 6.000 personas y espera que se sumen al menos 2.000 más. Entre todos ellos, se sorteará una bici al final. Para comprometerse con el reto es tan sencillo como rellenar el formulario, después depende de la voluntad de cada uno pedalear y compartirlo en las redes.

¿Quiénes participan? Se suelen apuntar personas que se han planteado alguna vez moverse en bicicleta, pero están en un momento de incertidumbre, quieren informarse, comparar... Aunque también tienen miedo y reciben muchas informaciones negativas sobre ir en bici por la ciudad. “Lo que hacemos con esta campaña es hackear ese proceso, porque esas personas que quieren probar se comprometen a ir 30 días en bici. Solo con 21 días de prueba nuestra plasticidad cerebral lo convierte en un hábito, y cuando pasa el mes ya eres un usuario de la bici y puedes disfrutar de sus ventajas como medio de transporte”, dice su creador.

Elisabeth Sánchez, de 41 años, se apuntó en 2016 cuando apenas sabía pedalear. “Me lo tomé como un reto, porque tenía un poco de miedo a los coches, a perderme... Pero usar la bici durante un mes hizo que se convirtiera para mí en un hábito, y al final me enganché”.

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La cacereña repitió cuando se mudó a Londres, en 2019, y aprovechó para conocer mejor su urbe de acogida: “Me sirvió para romper de nuevo los temores ante una ciudad nueva. En Londres las infraestructuras están mejor adaptadas para los ciclistas que en Madrid, el terreno es más plano, y la gente lleva años de ventaja con el tema de la movilidad en bici”.

Al otro lado del Atlántico, Angie Ángel, una joven de Bogotá, se ha animado a seguir el plan por primera vez este año. “Yo normalmente utilizo la bici como dos o tres días a la semana cuando me desplazo al trabajo y para planes de ocio, el reto es usarla también los días que teletrabajo para salir de casa y hacer algún recorrido”, explica. La mujer se suma por salud y para intentar cambiar sus rutinas. Otro reto que se ha planteado es convencer a su pareja para que se apunte al reto con ella, aunque la lluvia le echa para atrás. “Pero te pones un impermeable y listo”, agrega Ángel.

Todos los usuarios consultados coinciden en que hacen falta buenas infraestructuras ciclistas y carriles bici protegidos para animar a la gente a pedalear. Cathy Pazmiño, de Quito, señala: “En la bici no hay nada negativo, pero es importante que en los municipios el gobierno local se una y apoye con infraestructuras, con sitios para poder aparcarla, ciclovías y bicicleta públicas”.

Cathy Pazmiño y su hermano Gustavo Pazmiño en bicicleta.
Cathy Pazmiño y su hermano Gustavo Pazmiño en bicicleta.

Pazmiño, de 42 años, hizo el reto en 2022: antes pedaleaba, pero dejó de hacerlo por la pandemia. “Me uní al reto para retomar el uso de la bici de manera cotidiana por Quito y conocer otras personas. Nos juntábamos en diferentes puntos de la ciudad para visibilizarnos y había patrocinadores que apoyaban la causa y nos motivaba regalándonos agua y alimento para deportistas, la gente se sentía emocionada y alguno nos quedamos con esta forma de moverse de forma diaria”, apunta la ciclista.

Impulso a través de las redes sociales

Las redes sociales son muy importantes para llevar a cabo este reto, dice Rodríguez: “Nosotros pedimos que quienes se apunten compartan sus experiencias en sus redes, con lo que se genera una corriente de información positiva que acompaña a las personas que prueban por primera vez. Esto aparta a los primerizos del malrollismo y hace luz de gas a los pequeños problemas que puede haber, como en cualquier faceta de la vida”. Pazmiño, por ejemplo, se muestra en sus perfiles como activista del ciclismo, porque esta actividad “te mejora la salud, te vuelve una persona fuerte y vital y acaba con el sedentarismo”.

Una marcha del proyecto 30 días en bici, en Gijón.
Una marcha del proyecto 30 días en bici, en Gijón. Carlos Rodríguez

Sánchez cuenta que también se siente más arropada con la experiencia de otros usuarios: “Si sigues el reto por Twitter, en los 30 días ves a otras personas que hacen lo mismo en tu ciudad y en otras, y eso te da más impulso para seguir haciéndolo”. El promotor gijonés añade: “Los usuarios convierten el reto en un juego compartido por toda una comunidad que tiene un sentido épico y en el que vas consiguiendo beneficios y alcanzando metas. Y una vez dentro es difícil echarse atrás”. Angie Ángel, que está a punto de realizar el reto, tiene claro que su idea es ir documentando su día a día por Twitter; de hecho, fue a través de esta red como conoció la campaña, a la que se suman personas de España y Latinoamérica.

La cuenta de Twitter @30diasenbici es “una comunidad de alegres ciclistas” que tuitea “intensamente” durante todos los días de abril, según el promotor de la iniciativa. “La gente nos escribe, nos mandan mensajes como ‘muchas gracias, cambiaste mi vida’, ‘gracias a vosotros, descubrí la bicicleta’, ‘ahora monto con mi familia’, nos agradecen que han mejorado su salud y han encontrado una nueva forma de ocio activo. Incluso personas que tenían problemas con sustancias”, dice Rodríguez. Señala, además, que cientos de personas continúan pedaleando después del reto.

La iniciativa se centra también en destacar las virtudes de la bici para la salud. El año pasado, organizaron unas jornadas con expertos para analizar el impacto de pedalear en la salud metal y emocional. En ellas participó María Azucena Begega, profesora de Psicobiología en la Universidad de Oviedo, que explica: “El ejercicio físico es bueno no solo a nivel cardiovascular, como todos conocemos, sino que también favorece la irrigación del cerebro y la neuroplasticidad y, dependiendo de la edad y del tipo de ejercicio, esto significa que se generen nuevas neuronas y mantener las que tenemos”.

La experta cuenta cómo el ejercicio físico nos hace más resilientes incluso en situaciones de estrés. “Actividades como 30 días en bici motivan a la gente para que siga haciendo ejercicio y tiene mucha importancia a nivel emocional, porque conoces a más personas y aumenta tu red social, lo cual es muy bueno para la salud mental”, dice.

El apoyo por parte de instituciones es la única forma para lograr mantener el ejercicio físico en la vida de las personas, advierte la científica. “Debería haber más colaboración entre médicos, asociaciones de psicólogos, ayuntamientos para lograr que estas actividades sean una dinámica frecuente, desde pequeños y hasta la vejez. El ejercicio es una intervención sencilla, relativamente barata y no interfiere en ningún tratamiento farmacológico”, agrega.

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