Así es el nuevo ‘foie-gras’ vegano que ha triunfado en Navidad en España: hiperrealista y con un toque de ‘brandy’
Casi una veintena de países ha prohibido la producción del alimento de origen animal por la crueldad que supone hacia los patos, mientras las alternativas vegetarianas y éticas como Fuah!, lanzada hace un mes, cada vez son más fieles al original
El foie-gras tradicional es uno de los alimentos de origen animal que genera más controversia, incluso entre consumidores que comen carne: las campañas de defensores de los animales que muestran a patos forzados a comer sin parar hasta que enferman y mueren han llevado a que mucha gente deje de comerlo por motivos éticos, y hasta 18 países han prohibido ya su producción. En España, uno de los únicos cinco países de Europa que lo siguen fabricando, se acaba de crear Fuah!, una versión vegana muy difícil de distinguir del producto original. “El 80% de nuestros consumidores son carnívoros y no notan la diferencia”, explica Javier Fernández, que lanzó el producto en Navidad y se ha quedado sin existencias pese a multiplicar la producción por seis (hasta las 30.000 unidades). La gama de alimentos vegetarianos con formas y sabores similares a la carne no deja de crecer.
Fernández, un asturiano de 45 años al frente de la startup Hello Plant Foods, ha estado un año probando hasta 800 recetas para lograr un producto que imita casi a la perfección a su homólogo cárnico. La fórmula incluye una base de anacardo e ingredientes como aceite de coco, cúrcuma, lenteja amarilla y varias especias, además de un toque de Armañac, un brandi francés que marida bien con esos sabores. El resultado es sorprendente: el foie-gras es hiperrealista, con una textura muy parecida a la original, incluso con una capa de grasa por encima (elaborada con coco y cúrcuma), y un sabor intenso que en nada difiere de su homólogo cárnico para el paladar no experto.
Esas características han hecho que su lanzamiento haya sido un éxito en España: lanzaron 5.000 unidades el 15 de diciembre y tuvieron que multiplicar la producción por seis ante la avalancha de pedidos. “Hemos tenido que cortar las ventas porque no estábamos preparados para este éxito”, dice este experto en marketing digital. El producto se ha agotado en muchos establecimientos, aunque en unos días retomarán la fabricación y prevén llegar a más supermercados y empezar a exportarlo. El bote —de estilo tradicional— se vende en tiendas vegetarianas y en Alcampo a 7,9 euros los 150 gramos. También lo están pidiendo en muchos restaurantes.
¿Por qué esa obsesión de los vegetarianos con hacer productos similares a la carne? “Solo se produce un verdadero cambio en la alimentación cuando las personas sienten que no están renunciando a nada. La gente que prueba este producto dice que sabe prácticamente igual, así que merece la pena el cambio. Si tenemos un alimento con las mismas características organolépticas [sabor, textura, olor] que otro, pero que además es más sostenible y no implica maltrato animal, muchos se plantean consumirlo”, dice Fernández. Su público no son solo veganos o vegetarianos, “sino carnívoros que han dejado de consumir foie-gras porque han visto cómo se hace y les genera mucho rechazo”.
También la multinacional Nestlé ha lanzado en Navidad en España un alimento similar, denominado Voie Gras y con ingredientes vegetales: proteína de soja, miso, levadura, sésamo tostado, polvo de champiñones y aceite con aroma de trufa blanca. El bote de 180 gramos se vende en Carrefour y otros establecimientos a un precio orientativo de 7,5 euros. Otras empresas como la catalana Heura Foods se han especializado en crear alimentos veganos que imitan a la carne: tienen desde pollo a carne picada, de “escalope” a “merluza”, pasando por albóndigas y chorizo, casi todos a base de guisante y soja. Y la startup Libre Foods (también de Barcelona) acaba de lanzar un bacon que imita al real, pero que está elaborado con una base de setas.
Un alimento polémico
De vuelta al foie-gras, la Unión Europea regula este alimento tradicional como aquel hígado de pato u oca “que haya sido cebado de tal manera que se produzca una hipertrofia celular adiposa” (un aumento del volumen normal) hasta los 300 gramos en el primer caso y los 400 gramos en el segundo. Las organizaciones animalistas consideran esta práctica maltrato animal. “Con cuatro meses empieza la tortura de la alimentación forzada, son alimentados mediante un tubo metálico durante 15 días. Su hígado alcanza un peso 10 veces superior al natural”, explica una portavoz de Igualdad Animal, ONG que pide prohibir su fabricación.
La producción —aunque no el consumo— de este alimento ya ha sido prohibida en al menos 17 países: Argentina, Austria, Dinamarca, República Checa, Finlandia, Israel, Turquía, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Suecia, Suiza, Países Bajos y Reino Unido, según un recuento del senador Carles Mulet (Compromís), que en 2021 pidió —sin éxito— prohibir la producción de este alimento en España. A estos se suma la India, que ha vetado incluso su importación.
Además, tanto el Estado de California como la ciudad de Nueva York, una de las urbes con más tradición culinaria del mundo, impiden ya la venta de este alimento por motivos éticos. Es el mismo camino que han seguido algunos supermercados, como la cadena estadounidense Whole Foods, que dejó de vender el producto hace dos décadas. Hace unos días, el rey Carlos III de Inglaterra anunció que no ofrecerá foie-gras a los comensales en ninguna de las residencias reales, y el Ayuntamiento de Barcelona hizo lo propio en sus recepciones desde el pasado agosto.
En cambio, Francia considera este producto como “patrimonio gastronómico y cultural” y un auténtico manjar que se degusta sobre todo en Navidad y fiestas tradicionales. Los cinco países europeos que siguen produciendo foie-gras tradicional son España, Francia, Bélgica, Hungría y Bulgaria. Según datos del sector, España es el segundo consumidor de foie-gras per capita del mundo, solo superado por Francia.
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.