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Los insuficientes planes climáticos de los países abocan al mundo a un catastrófico calentamiento de 2,5 grados

La concentración de los principales gases de efecto invernadero en la atmósfera vuelve a marcar un récord

Rio Po sin agua
El río Po sin agua a su paso por el municipio italiano de Boretto.Luca Bruno (AP)
Manuel Planelles

Algunos avances, pero todavía muy insuficientes. Puede ser el resumen de la evaluación que el departamento de cambio climático de la ONU ha realizado de los planes climáticos de los casi 200 países que forman parte del Acuerdo de París. El objetivo de este pacto es que el calentamiento, que ya está en 1,1 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales y que no se puede revertir ahora, se quede entre los 1,5 y los 2 grados. Pero las promesas incluidas en esos planes nacionales encaminan al planeta hacia la senda de un incremento de la temperatura media de aproximadamente 2,5 grados para finales de siglo, ha advertido este miércoles Naciones Unidas. Esto implica, según alerta la ciencia, más y peores fenómenos meteorológicos extremos —sequías, olas de calor y lluvias torrenciales— como las que está viviendo ya la Tierra y que están dañando también la salud del ser humano.

El Acuerdo de París establece que, para lograr esa meta de los 1,5 y 2 grados, las emisiones de gases de efecto invernadero que genera el ser humano y que provienen principalmente de los combustibles fósiles deben casi desaparecer a partir de mediados de este siglo. Pero esa reducción hasta la práctica eliminación total debe seguir una senda: para 2030 las emisiones mundiales deben haberse reducido alrededor de un 45% respecto a los niveles de 2010 para quedarse en los 1,5 grados de calentamiento. Si se implementan completamente, los planes actuales de los países conducen, sin embargo, a un incremento del 10,6% de las emisiones para 2030. Por eso la ONU ha insistido este martes en que los esfuerzos siguen siendo “insuficientes”.

El informe lo ha elaborado el secretariado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) y se difunde a 10 días de que arranque la cumbre del clima mundial, la COP27, que este año se celebra en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij. La anterior, celebrada en la ciudad escocesa de Glasgow, se cerró con un llamamiento para que los países actualizaran al alza sus planes climáticos. Pero solo 24 de los 193 miembros del Acuerdo de París han presentado nuevos planes o han actualizado los suyos. “Es decepcionante”, ha dicho Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Cmnucc. “Las decisiones y acciones de los gobiernos deben reflejar el nivel de urgencia, la gravedad de las amenazas que enfrentamos y la brevedad del tiempo que nos queda para evitar las devastadoras consecuencias del cambio climático desbocado”, ha añadido.

Esos 24 planes nuevos o actualizados presentados durante el último año tienen un efecto positivo y supone un avance. El análisis del pasado año mostraba cómo las emisiones aumentarían para 2030 un 13,7%, siempre en comparación con las de 2010. Y seguirían en ascenso durante la siguiente década. Ahora, explica la ONU, se espera que el pico se pueda alcanzar en 2030 o antes. “Esta es la buena noticia”, ha explicado Stiell en una conferencia de prensa este miércoles. Pero ha añadido: “el análisis de este año muestra que, si bien las emisiones ya no aumentan después de 2030, todavía no demuestran la rápida tendencia a la baja que la ciencia dice que es necesaria esta década”.

El problema es de velocidad en los recortes. El último informe del IPCC —el panel de expertos en cambio climático de las Naciones Unidas— advertía de que el pico de emisiones se tenía que alcanzar antes de 2025 para luego caer drásticamente, una trayectoria que no se contempla ahora cuando se suman los esfuerzos de todos los programas nacionales.

Cuando un país se une al Acuerdo de París debe presentar un plan de acción contra el calentamiento en el que debe incluir el recorte de emisiones al que se compromete para contribuir al objetivo global de que el aumento de la temperatura se quede entre los 1,5 y los 2 grados. Desde que se firmó aquel pacto, en 2015, se sabía que los esfuerzos comprometidos eran insuficientes, por lo que se estableció un sistema de revisión al alza de las promesas para ir cerrando la brecha entre lo que se necesita y lo que se hará.

En los 24 países que han actualizado sus planes en el último año no figuran ni Estados Unidos ni la Unión Europea, que presentaron nuevos objetivos de recorte de emisiones unos meses antes de la cumbre de Glasgow. Sí está China, el principal país emisor en estos momentos. Sin embargo, su nuevo compromiso se limita a señalar que alcanzará su pico de emisiones de dióxido carbono “antes de 2030″, algo que los analistas climáticos ya advirtieron que era insuficiente.

Las naciones, además de los planes climáticos para esta década, también pueden presentar ante la ONU estrategias a más largo recorrido, para mediados de este siglo. En ese caso, muchos son los países que se comprometen a llegar a unas emisiones netas cero (que los gases expulsados no superen la capacidad de absorción de los sumideros, como los bosques) a partir de 2050. La suma de todas las promesas a largo plazo llevarían a un aumento de 1,8 grados, calcula la Agencia Internacional de la Energía. Pero el escenario no es muy creíble, porque las promesas a corto plazo no cuadran con esa neutralidad futura. La Cmnucc explica: “Muchos objetivos de cero emisiones netas siguen siendo inciertos y posponen la acción crítica futura que debe tener lugar ahora. Se necesita urgentemente una acción climática ambiciosa antes de 2030 para lograr los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París”.

Stiell ha pedido este miércoles a los países que “revisen sus planes climáticos y los endurezcan para cerrar la brecha” entre la meta del Acuerdo de París y las promesas de los países”. “La COP27 es el momento en que los líderes mundiales pueden recuperar el impulso sobre el cambio climático”, ha añadido.

Nuevo récord de gases de efecto invernadero

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha hecho público también este miércoles su boletín de concentración en la atmósfera de gases de efecto invernadero, que en 2021 volvieron a marcar un récord. En concreto, se analizan los tres principales gases: dióxido de carbono (CO₂), metano y óxido nitroso.

La quema de combustibles fósiles, entre otras actividades humanas, ha desencadenado la liberación masiva de estos gases desde el inicio de la era preindustrial. Una parte considerable acaba acumulándose en la atmósfera y sobrecalentando el planeta. En el caso del dióxido de carbono, el principal de estos gases, cerca del 48% de las emisiones que genera el ser humano se acumularon en 2021 en la atmósfera, el 26% quedó atrapado en los océanos y el 29% en la tierra, principalmente en la vegetación. La concentración de CO₂ en la atmósfera el pasado año llegó a las 415,7 partes por millón (ppm), es un 49% más que en los niveles preindustriales (el punto que se toma como referencia son las 278,3 ppm de 1750).

La concentración de metano, con un gran potencial de calentamiento, pero que dura menos en la atmósfera que el CO₂, alcanzó las 1.908 partes por mil millones (ppmm), lo que supone un incremento del 162% respecto a 1750. En este caso, además, la OMM ha advertido de que el pasado ejercicio se registró la mayor subida interanual (casi un 1%) desde que comenzaron las mediciones exhaustivas hace 40 años. Por último, las concentraciones de óxido nitroso llegaron a los 334,5 ppmm, un 24% más que en los niveles preindustriales.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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