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ESPACIOS NATURALES

La Red Española de Reservas de la Biosfera prepara un mecanismo de salida para los espacios que no cumplan

Las áreas con una peor valoración en el último informe de revisión son las de El Hierro, Picos de Europa y valle de Laciana

La parroquia asturiana de Sotres, parte de la reserva de la biosfera de Picos de Europa.
La parroquia asturiana de Sotres, parte de la reserva de la biosfera de Picos de Europa.Sebastian Wasek/LOOP IMAGES
Clemente Álvarez

España es el país del mundo con más reservas de la biosfera, un total de 52, pero la puerta para que algunas de ellas dejen de serlo empieza a abrirse. El Comité Español del Programa sobre la Persona y la Biosfera (MaB) de la Unesco ultima una “estrategia de fortalecimiento” que incluye diseñar un mecanismo de salida para los espacios que no cumplan los requisitos necesarios. “Esto no pretende ser un castigo, sino simplemente una vía de retirada temporal para que esa reserva pueda volver a relanzarse y ponerse en el buen cauce”, comenta Natalia Beltrán, de la oficina técnica de la Red Española de Reservas de la Biosfera, dependiente del Organismo Parques Nacionales.

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Así aparece en un documento en el que se ha trabajado en los últimos meses de forma telemática y del que solo queda trasladar la versión definitiva a los miembros del Comité Español del Programa MaB para darlo por aprobado. Esta nueva estrategia forma parte de un proceso para relanzar la red de reservas del país, en un momento en el que el programa MaB de la Unesco cumple 50 años. Aunque nunca ha ocurrido en España que se haya retirado una reserva de la biosfera, sí que existen numerosos precedentes de otros países que han revertido de forma voluntaria la inclusión de alguno de sus espacios de esta red internacional. Es el caso, entre otros muchos ejemplos, de las islas del golfo de California (México), el bosque bávaro (Alemania), las islas Vírgenes (EE UU), el noreste de Groenlandia (Dinamarca), Lufira (República Democrática del Congo)…

Según varios miembros del Comité Español del Programa MaB que han seguido la elaboración de esta estrategia de fortalecimiento, lo que se pretende es aumentar el rigor en la aplicación de los requisitos de esta figura internacional para que las reservas de la biosfera no sean solo un catálogo de paisajes bonitos, sino una verdadera red de experiencias donde ensayar formas de compaginar la conservación de la naturaleza y el desarrollo humano.

“Una de las ideas es que sean pequeños laboratorios donde probar políticas sostenibles”, incide Theo Oberhuber, representante de Ecologistas en Acción en este comité, que explica que el propósito fundamental en este caso no es la conservación, para lo que ya existen otras formas legales de protección. “Las reservas de la biosfera son una figura un tanto atípica, no es una red de espacios protegidos al uso, su objetivo está más enfocado en fomentar lo que podríamos llamar… sostenibilidad; más que proteger buscan hacer compatible el mantenimiento de las actividades humanas, actividades tradicionales, sobre todo agrarias, con la conservación de la biodiversidad”.

Sin embargo, como recalca el ecologista, “uno de los problemas es que hay una parte de estas reservas declaradas hace muchos años que realmente no están aplicando esta filosofía y se están declarando otras muchas nuevas sin que se haya sido todo lo exigente que se debería”. “Aquellas reservas que no cumplen y que no quieren adaptarse es mejor que salgan de la red”, subraya Oberhuber.

Cada dos años, la Red Española de Reservas de la Biosfera lleva a cabo una evaluación de los principales indicadores de los espacios (como la zonificación, el órgano de gestión, la participación, las iniciativas para la conservación, las iniciativas para el desarrollo socioeconómico…). Según el último informe disponible, del año 2019 —todavía no se ha elaborado el de 2021—, las reservas que tenían entonces una peor valoración eran las de El Hierro (Canarias), Picos de Europa (Asturias, Cantabria y Castilla y León), valle de Laciana (Castilla y León), Ponga (Asturias), sierra de Béjar y Francia (Castilla y León) y los Argüellos (Castilla y León). Aunque había otras en las no se cumplía algún aspecto, este trabajo de evaluación consideraba que estas seis “no llegan a alcanzar promedios de cumplimiento de indicadores aceptables”.

Dos personas pasean en la isla canaria de El Hierro.
Dos personas pasean en la isla canaria de El Hierro.DESIREE MARTIN (AFP via Getty Images)

Para Beni Rodríguez, presidenta del Consejo de Gestores de la Red Española de Reservas de la Biosfera —el órgano del Comité Español del Programa MaB en el que están representados los gestores de los 52 espacios de la red del país—, “hay reservas que tienen unos estándares de cumplimiento muy elevados, porque están dotadas de medios, y hay otras que no ningún tipo de recurso, por lo que sus estándares de cumplimiento lógicamente no pueden ser los mismos”.

Según destaca, el mecanismo de salida planteado en la nueva la estrategia “es como llevar a la UCI a una reserva de la biosfera que realmente necesite atención urgente y darle un tiempo para que todas las administraciones de ese territorio colaboren en su revitalización”.

“Cuando se oye hablar de reservas de la biosfera, mucha gente piensa en conservación de la naturaleza, pero es mucho más, estas tienen tres funciones: una muy básica que es la conservación del patrimonio cultural y natural, otra que se centra en el desarrollo socioeconómico, y una tercera que está enfocada en la investigación, la innovación, etc”, señala Rodríguez. “La mayoría de las reservas de la biosfera se encuentran en la España vaciada, nuestro principal problema ahora mismo es la despoblación y por eso para nosotros resulta fundamental la función de desarrollo socioeconómico”.

“No podemos ser un título, no podemos ser una medalla, tenemos que contribuir de verdad al desarrollo sostenible de esto territorios, con experiencias piloto también reproducibles en otras partes del estado”, destaca la representante de los gestores de las reservas, que también recalca que no basta con que haya una estrategia de fortalecimiento. “Ahora lo importante es que se lleva a cabo”.

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Sobre la firma

Clemente Álvarez
Es el coordinador de la sección de Clima y Medio Ambiente de EL PAÍS y está especializado en información ambiental, cambio climático y energía. Ha trabajado para distintos medios en España y EE UU, como Univision, Soitu.es, la Huella en La2 de TVE... Fue también uno de los fundadores de la revista Ballena Blanca.

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