La sonda china ‘Chang’e 5’ trae a la Tierra las primeras rocas lunares en 44 años
Tras el aterrizaje sin incidentes de la cápsula los expertos esperan que su cargamento aporte pistas sobre la evolución de la historia de la Luna
China ha completado con éxito este jueves su misión espacial más compleja hasta la fecha y ha dado un paso de gigante en el desarrollo de su programa espacial. La sonda Chang’e 5 ha aterrizado de regreso y sin incidentes en las heladas estepas de Mongolia Interior, transportando cerca de dos kilos de rocas lunares tras una misión de tres semanas. Esas muestras son las primeras traídas a la Tierra en 44 años y los expertos esperan que arrojen luz sobre la historia de la Luna y el sistema solar. Se encuentran entre las más “jóvenes” arrancadas a nuestro satélite, con una antigüedad que los expertos calculan entre los mil y dos mil millones de años.
Unas imágenes difundidas por la televisión estatal china CCTV han mostrado cómo la sonda descendía en paracaídas desde unos cielos nocturnos al suelo nevado. Un grupo de científicos en camiones se apresuró a rescatarla, clavando en el terreno la bandera china, roja con cinco estrellas amarillas.
Las rocas, sometidas durante millones de años a impactos de meteoritos, viento solar y radiaciones de rayos cósmicos, quedarán custodiadas en un laboratorio construido especialmente para ellas en Pekín, donde los expertos las examinarán para obtener datos sobre la evolución de la Luna a lo largo de millones de años.
“¡Estas muestras serán todo un tesoro!”, ha declarado el profesor de Ciencias Planetarias de la Universidad de Washington en St. Louis Bradley Jolliff, en un comunicado. “Las rocas que Chang’e 5 ha recogido y traído a la tierra se encuentran entre algunas de las superficies volcánicas más jóvenes de la Luna”, ha agregado.
“Determinar su edad exacta aportará una información esencial para una parte de la cronología lunar que ahora mismo desconocemos”, ha añadido el experto. Las misiones estadounidenses Apolo recolectaron rocas de edad superior a los 3.000 millones de años. “Y todos los cráteres de impacto recientes cuyas edades se han determinado a partir del análisis de muestras tienen menos de mil millones de años. Así que las muestras de Chang’e 5 cubren un hueco importantísimo”.
También, apunta Joliff, pueden ayudar a resolver otro gran interrogante: por qué la actividad volcánica de la Luna se prolongó durante tanto tiempo. Hasta ahora se creía que esa actividad había finalizado hace unos 3.500 millones de años, aunque algunas observaciones más recientes de la superficie lunar hacen pensar que quizá el núcleo del satélite se mantuvo activo hasta hace solo mil o dos mil millones de años.
La misión Chang’e 5 partió el 24 de noviembre y se posó el 1 de diciembre en las cercanías del monte Rüker, un área volcánica a 1.300 metros de altitud y hasta ahora inexplorada en el noroeste de la inmensa llanura de lava conocida como Oceanus Procellarum (océano de las tormentas). Los expertos consideran que esa zona cuenta con 1.200 millones de años de antigüedad. Allí excavó a dos metros de profundidad con un brazo robótico para extraer las muestras y dejó desplegada por primera vez una bandera china en la superficie lunar.
Con el éxito de esta misión, China se ha convertido en el tercer país del mundo, por detrás de Estados Unidos y la extinta Unión Soviética, en completar un viaje de ida y vuelta a la Luna para traer muestras de su superficie. Es un importante logro para un programa espacial al que atribuye una importancia estratégica, especialmente a la luz de su rivalidad geopolítica con Estados Unidos y cuando su Gobierno aspira a convertir la innovación en el gran motor de su economía en las próximas décadas.
El programa espacial chino se ha desarrollado de manera exponencial en los últimos veinte años, motivado en parte por el veto de la NASA a colaborar en programas conjuntos. Si en 2003 Pekín enviaba a su primer astronauta al espacio, este año envió una sonda a Marte y tiene previsto montar una estación espacial para 2022.
Las predecesoras de esta misión Chang’e 1 y 2, se limitaron a orbitar la luna. Chang’e 3 consiguió depositar sobre el suelo del satélite un primer robot explorador, Yutu (liebre de jade), que dejó de funcionar a los pocos días. Chang’e 4 aterrizó en la cara oculta de la Luna, algo que no se había conseguido hasta entonces, con otro robot, Yutu2, que permanece operativo hasta ahora.
El presidente chino, Xi Jinping, ha dado la enhorabuena a la misión, denominada Chang’e en honor a una diosa que, según la tradición del país, habita en la Luna. Como el proyecto espacial más complicado que sus científicos han acometido hasta ahora, Chang’e 5 “marca un gran paso adelante en la industria espacial china y contribuirá a profundizar el conocimiento sobre el origen de la Luna y la historia de la evolución del sistema solar”, ha sostenido.
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