¿El dióxido de cloro cura enfermedades como la covid, el autismo o la ELA?
No hay una sola investigación que corrobore que este producto sirva ni para estas enfermedades ni para ninguna otra
Esta es una moda que viene desde hace unos pocos años y que vende el dióxido de cloro como cura para el cáncer, el autismo, el sida y ahora la covid-19… pero no tiene ninguna base científica. No hay una sola publicación que corrobore que se trata de un compuesto activo para estas enfermedades ni para ninguna otra. El dióxido de cloro es el producto que se utiliza para la potabilización de agua, es decir, se usa como antimicrobiano también para la desinfección de superficies en la industria alimentaria y en industrias potabilizadoras. Está autorizado en todo el mundo con ese propósito a unos niveles máximos de 0,8 ppm y con esas cantidades no es tóxico.
Es importante saber que este producto no está autorizado por las autoridades sanitarias como medicamento, si fuera un fármaco tendrían un control por parte de las autoridades que no tiene. Eso quiere decir que si lo compras no sabes ni siquiera qué concentración de dióxido de cloro tiene, entonces, tampoco se puede decir si lo que hay en el mercado es incluso tóxico porque no hay un control sobre ello.
En el año 2018, la Agencia de Alimentación y Medicamentos estadounidense (FDA por sus siglas en inglés) prohibió su venta para cualquier uso medicinal. En Europa no hay aún nada en ese sentido porque debe ser una moda que viene de Estados Unidos.
Para que sea tóxico hacen falta concentraciones 200 veces más altas que las que puedes encontrar como máximo en el agua potabilizada
En cuanto a su toxicidad por la que también nos pregunta el lector en su email, es tóxico pero no excesivamente. Para que lo sea hacen falta concentraciones doscientas veces más altas que las que puedes encontrar como máximo en el agua potabilizada. A esas concentraciones altas provoca irritación de las vías respiratorias por inhalación del gas y síntomas que ahora que estamos con el coronavirus nos pueden resultar familiares porque son sibilancias, tos, opresión en el pecho o disnea, es decir, dificultad respiratoria. Esta toxicidad se ha descrito cuando ha habido un vertido o una intoxicación por accidente en una potabilizadora. Si no es casi imposible llegar a concentraciones tóxicas. Los ensayos en animales de experimentación no han demostrado que sea mutagénico pero en esas concentraciones altas sí se ha visto que la madre puede trasmitir al feto problemas de desarrollo neuronal y de tiroides.
Pero lo más importante es que no hay evidencias de que sirva para algo que no sea desinfectar. No es lejía porque la lejía es hipoclorito sódico, aunque los mecanismos de acción a la hora de la desinfección son similares en ambos productos.
La homeopatía está totalmente rechazada en Europa
El mensaje que hay que mandar es que ninguna de las acciones que describen los anuncios que lo publicitan en internet tiene base científica. Esos anuncios se centran en narrar anécdotas. Por ejemplo, dicen que a una persona le diagnosticaron un cáncer incurable y de repente se recuperó. En ese caso, yo como científica lo primero que pensaría es que el diagnóstico primero no estaba bien hecho. Pero es que además no podemos hacer ciencia con las anécdotas. Para darle validez a esos casos que cuentan tendría que haber estudios que demostraran que, incluso en el caso de que hubieran ocurrido, no se ha debido al efecto placebo. Y no hay ni un solo estudio al respecto porque no existe una base científica inicial que haga pensar que va a ser activo a ninguno de esos niveles.
Sobre las referencias a que hay que consumirlo en microdosis, recuerda un poco a la base de la homeopatía, de la que no existen evidencias científicas sólidas sobre su eficacia. No hay ninguna evidencia científica que demuestre que sirve para algo. En el caso del dióxido de cloro en microdosis yo creo que lo que están vendiendo es agua potable.
Sonia de Pascual-Teresa es científica titular del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos del CSIC
Pregunta enviada vía email por José Corsunsky Jaiten
Nosotras respondemos es un consultorio científico semanal, patrocinado por la Fundación Dr. Antoni Esteve y el programa L’Oréal-Unesco ‘For Women in Science’, que contesta a las dudas de los lectores sobre ciencia y tecnología. Son científicas y tecnólogas, socias de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), las que responden a esas dudas. Envía tus preguntas a nosotrasrespondemos@gmail.com o por Twitter #nosotrasrespondemos.
Coordinación y redacción: Victoria Toro
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