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Rutina y pocas noticias para frenar la ansiedad y el pánico por el coronavirus

Especialistas en psicología de emergencias recomiendan evitar obsesionarse y mantener la normalidad en la medida de lo posible

Un hombre lleva una mascarilla en el aparcamiento de un centro comercial en Rivas Vaciamadrid.
Un hombre lleva una mascarilla en el aparcamiento de un centro comercial en Rivas Vaciamadrid.Manu Fernandez (AP)
Javier Salas

Si usted está sintiendo cierta ansiedad o angustia por culpa de la crisis del coronavirus, deje de leer este artículo y trate de volver a su vida normal. En serio, suelte el móvil y vuelva a su rutina. Es una de las recomendaciones específicas que han realizado todo tipo de organismos especializados en psicología, con la Organización Mundial de la Salud (OMS) al frente. Además de tener un menú informativo sano e intentar normalizar la situación, los especialistas indican que debemos centrarnos en lo positivo, buscar apoyo afectivo en el entorno, evitar la estigmatización de las personas afectadas y, también, recurrir al humor como válvula de escape ante el tsunami de virología.

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“Si nos sentimos mal, debemos establecer unas medidas de autocuidado, no minimizar la situación, pero tampoco hay que pensar constantemente que estamos al borde de una tragedia. Y el humor es una herramienta de autocuidado”, asegura Javier Torres, coordinador del área de Intervención Psicológica en Emergencias del Consejo General de la Psicología. Torres explica que ya están atendiendo a personas con crisis de ansiedad por familiares afectados por el brote y en esos casos no hay que dudar en pedir ayuda: si vemos que nos está superando debemos recurrir a amigos, familiares o profesionales de la psicología. “No hay que guardárselo, conviene compartir nuestros sentimientos. Contar cómo se ve la situación, cómo se ve el futuro, sirve para ver que no es todo tan negro y dramático”, afirma este psicólogo forense.

“Protégete y apoya a los demás. Ayudar a otros en un momento de necesidad puede beneficiar tanto a la persona que recibe apoyo como a quien ayuda”, recomienda la OMS en un documento sobre salud mental y coronavirus

Las seis pautas recomendadas para la población por la OMS lo dejan claro: “Protégete y apoya a los demás. Ayudar a otros en un momento de necesidad puede beneficiar tanto a la persona que recibe apoyo como a quien ayuda” (PDF en inglés). “Debemos buscar hábitos saludables y una rutina que nos ayude a mantener nuestra salud mental”, recomienda Lidia Rupérez, vocal del Área de Catástrofes del Colegio Oficial de Psicología de Navarra. En caso de síntomas de ansiedad, Rupérez cree que se deben aceptar esos sentimientos tratando de normalizarlos: “Puedo estar confusa o alarmada, es algo propio de la situación, es normal. No podemos rechazar estos pensamientos, pero podemos tratar de desconectar siguiendo con las pautas de nuestro día a día”. En resumen, mantener la perspectiva y buscar ayuda en caso de necesitarla, como recomienda en sus cinco puntos la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, aquí en español).

El Colegio de Psicología de Madrid ha publicado también unas recomendaciones, mucho más extensas, que incluyen mantener una actitud optimista. “No ponernos en lo peor, pensar en las situaciones positivas que se están dando, como la gente que ha logrado curarse. Esos mensajes son muy recomendables”, explica Rupérez. La OMS sugiere “amplificar las voces, historias e imágenes positivas de personas locales que ha experimentado el nuevo coronavirus y se han recuperado o han apoyado un ser querido a través de la recuperación y están dispuestos a compartir su experiencia”. Además, la psicóloga indica que seguir las pautas de higiene y comportamiento que establecen las autoridades, como lavarse las manos, ayudan a recuperar la sensación de control sobre nuestra vida. “Podemos llevar a cabo acciones para cuidarnos, somos responsables de lo que hacemos y podemos ayudar, no nos dejamos arrasar por la situación”, añade la psicóloga.

En la OMS advierten frente a la sobreexposición mediática y recomiendan limitar el acceso a la información necesaria: “Evite mirar, leer o escuchar noticias que le causen ansiedad o angustia; busque información principalmente para tomar medidas prácticas para preparar sus planes y protegerse y proteger a sus seres queridos. Busque actualizaciones de información en momentos específicos durante el día una o dos veces". Y advierte: "El flujo repentino y casi constante de noticias sobre un brote puede hacer que cualquiera se sienta preocupado”.

“Debemos buscar hábitos saludables y una rutina que nos ayude a mantener nuestra salud mental”, recomienda una experta
Lidia Rupérez

En este sentido, Torres asegura que las redes sociales pueden agravar las cosas con un “efecto perjudicial porque contagian esa sensación de miedo y de pánico”. “Hay que ser muy cuidadosos con el WhatsApp”, asegura, “porque se propagan temores, bulos y comportamientos que nos alejan de tomar nuestras propias decisiones”. En ese sentido, pone el acento en los rumores que pueden circular en cascada empeorando la situación y reclama que no se compartan porque ayudamos a propagar confusión.

El psicólogo forense recomienda dar información a los menores: “Adaptada a su edad para que lo entiendan, porque no sirve de nada mantenerles al margen u ocultarles lo que ocurre; recibirán información por otros medios y la tendrán sesgada”. Por ejemplo, Torres propone explicarles porqué hay que lavarse tanto las manos en lugar de zanjarlo con un simple “porque las tienes sucias”. “Es fundamental recordar que los y las menores observan los comportamientos y emociones de los adultos en busca de señales sobre cómo manejar sus propios sentimientos”, advierte la APA.

Por último, todas estas guías piden que no se estigmatice a las personas afectadas, tampoco ligando la enfermedad a determinados países, regiones, etnias o colectivos. Por ejemplo, con un uso adecuado del lenguaje, evitando expresiones como “familias con virus” y usando otras como “personas que están siendo tratadas” o “que se están recuperando”, como pide la OMS. “Tenga cuidado con las conductas de rechazo, estigma y/o discriminación. El miedo puede hacer que nos comportemos de forma impulsiva, rechazando o discriminando a ciertas personas”, explica el Colegio de Psicología de Madrid. Es algo que ya se ha visto en otras epidemias, en las que la estigmatización generó situaciones trágicas y solo sirvió para empeorar las cosas.

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Sobre la firma

Javier Salas
Jefe de sección de Ciencia, Tecnología y Salud y Bienestar. Cofundador de MATERIA, sección de ciencia de EL PAÍS, ejerce como periodista desde 2006. Antes, trabajó en Informativos Telecinco y el diario Público. En 2021 recibió el Premio Ortega y Gasset.

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