IPoM: la inflación en Chile no bajará del 4% este año, sobre todo por los precios de la electricidad
El Banco Central asegura que recién en 2026 se acercaría a la meta del 3%. Sin embargo, el piso del crecimiento sube para 2024
El Banco Central chileno ha dado a conocer este miércoles su Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio en el que ha subido las proyecciones de inflación para el país sudamericano, alcanzando un 4,2% al cierre de 2024, cuatro décimas más que lo previsto en marzo pasado. Los precios más elevados de la electricidad, que se reflejarán en las cuentas a partir del próximo mes, influirán fuertemente en la inflación, detalló la entidad. Recién en 2026 se estima que el costo de la vida llegaría a la meta del 3%. El último informe de la entidad financiera también muestra que Chile ha mejorado sus expectativas de crecimiento: se espera que el PIB crezca entre 2,25 y 3,0% en 2024.
En Chile, desde el año 2019 los precios en las cuentas de luz estaban congelados. La puesta en marcha de la recientemente anunciada Ley de Estabilización de Tarifas Eléctricas, sin embargo, se traducirá en un aumento en las cuentas de hasta un 30% a partir del mes de julio. En 2025 las alzas llegarían hasta el 60%, según información del Gobierno.
El Banco Central anuncia que el reajuste de las tarifas eléctricas tendrá un impacto inflacionario, especialmente el próximo año: “(...) se prevé que el alza de las tarifas eléctricas incrementará en 1,45 puntos porcentuales (pp) la variación del IPC acumulada a junio de 2025″.
El instituto emisor indica que las tarifas eléctricas inciden sobre la inflación por distintos canales. “En primer lugar, el servicio de suministro de electricidad representa un 2,2% de la canasta de consumo de los hogares”, explican en su informe. También detallan que las empresas productoras de servicios utilizan electricidad como insumo en su producción, y provoca un efecto indirecto sobre la inflación en la medida que las empresas traspasan estas alzas de costos a los precios de venta. “Ambos efectos tienen implicancias macroeconómicas adicionales, entre las que se destacan la indexación de precios a inflación pasada, cambios en el poder adquisitivo de los hogares, efecto sustitución y la consecuente respuesta de la política monetaria, entre otros”.
Acorde a lo planteado en el último IPoM y como se había descrito en los Imacec de marzo y abril, la actividad en Chile ha ido aumentando. Se espera que el PIB crezca entre 2,25 y 3,0% en 2024. “El ajuste en relación con el rango previo (2,0-3,0%) se asocia a mejores datos efectivos por el lado del gasto y los alcances iniciales del alza del precio del cobre. A mediano plazo, los efectos de este último elemento se compensan con el impacto negativo que tienen los reajustes de las tarifas de electricidad en el ingreso disponible de los hogares”, señala el documento.
Se resalta el dinamismo de los servicios, sumado al repunte de algunas ramas del comercio. El sector de la construcción sigue como el principal contrapunto de la actividad del país sudamericano, con niveles de actividad que siguen siendo bajos.
El informe del Banco Central también detalla que la demanda interna también ha retomado impulso. Su desempeño en el primer trimestre superó lo previsto, sobre todo en el consumo. La recuperación gradual del gasto de los hogares se ha dado en el marco de un aumento del empleo y de los salarios reales. Desde el Gobierno igual creció el consumo por sobre lo proyectado.
El IPoM de junio también releva la importancia del cobre en la economía chilena y se estima que tendrá un precio más elevado que el estimado por el Banco Central en marzo, promediando US$4,3 la libra entre 2024 y 2026. Estas proyecciones tendrían un impacto positivo en la inversión, las expectativas de los agentes y el saldo de la cuenta corriente, anticipó el Banco Central.
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