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“Queremos un partido más participativo y no un club de fans”

Diputados y ediles de Ciudadanos rechazan el modelo de partido de Inés Arrimadas y la alianza con el PP

Àngels Piñol
Inés Arrimadas, en un acto este viernes en Barcelona presentando su candidatura.
Inés Arrimadas, en un acto este viernes en Barcelona presentando su candidatura.Albert Garcia (EL PAÍS)

La mayoría está en Ciudadanos desde su fundación, abomina de un pacto con el PP, reivindica un modelo de partido que no sea un “club de fans” y devuelva la voz a la militancia y lamenta que se abuse de la gesticulación. No piden, dicen, nada del otro mundo y recuerdan que el PSC tiene un consell nacional o el PP catalán celebra congresos. No pasa eso en Ciudadanos. Cuatro de los 36 diputados en el Parlament y ediles respaldan la plataforma Ciudadanos eres tú que se opone al proyecto de Inés Arrimadas, que aspira a revalidar su liderazgo en la asamblea de este marzo.

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La votación para elegir a los compromisarios estaba prevista para anteayer pero por un problema informático la aplazó al día 29. A la provincia de Barcelona le corresponden 26 delegados. Arrimadas cuenta con el apoyo de 10 diputados —y otra decena entre ediles y cargos orgánicos— mientras la lista crítica figura una única diputada, María Valle, y ocho ediles. “Cuesta significarse. Lo hacemos porque la militancia lo pide”, cuenta. “Queremos volver al origen, mantener la esencia y ser nosotros. Es la única forma para resurgir de una manera creíble”.

La corriente se presentó hace un mes en Barcelona en torno a Paco Igea, vicepresidente de Castilla-León, que ha impulsado una enmienda a la estrategia y a la reforma de estatutos de Arrimadas. Una decena de agrupaciones de Barcelona la ha respaldado, entre ellas, la de Sarrià-Sant Gervasi, la del Eixample o la de Sant Vicenç dels Horts, donde Cs gobierna con el PSC. Critican que la estructura del partido es vertical y la opinión de las agrupaciones no llega a la ejecutiva. “No hay ningún contrapeso”, expone el diputado Antonio Espinosa.

De izquierda a derecha, Carmen de Riverea, María Valle, Antonio Espinosa y Sergio Sanz.
De izquierda a derecha, Carmen de Riverea, María Valle, Antonio Espinosa y Sergio Sanz.

Ciudadanos pareció tocar fondo el 10-N con el batacazo electoral que generó la renuncia de Albert Rivera. Pero el malestar se disparó en parte de las bases cuando Arrimadas apostó por una alianza con el PP mientras el partido está dirigido por una gestora. “Eso fue el catalizador. El centro es el único espacio en el que somos útiles. Y hemos abandonado esa bandera”, lamenta Espinosa. “Puedes desgañitarte diciendo que eres de centro. Pero no sirve si solo pactas con unos”, alega señalando los cero pactos con el PSC. Cree que Cs puede remontar si mantiene su coherencia y alerta de que en caso contrario puede desaparecer. Esa reflexión nunca pudo compartirla con Rivera o Arrimadas. “Tras el 10-N, no ha habido una reunión en el grupo parlamentario para hacer ese análisis”, revela. “Ni una reflexión colectiva con tiempo y serenidad”.

No ha habido ninguna reunión en el grupo para reflexionar con serenidad sobre el 10-N", dice Antonio Espinosa

Sergio Sanz, diputado, ya impulsó en su día, sin éxito, preservar la socialdemocracia en el partido. Y coincide en que la queja es la falta de debate. “Nos lo dicen los afiliados. No hay sitios para hablar de todas esas cuestiones”, afirma. “Queremos un modelo más participativo y no un club de fans. Para eso te quedas en casa y votas cada cuatro años”, dice y recuerda que en los primeros tiempos al menos Rivera rendía cuentas. Contrario al pacto con el PP, Sanz lamenta que se haya depuesto la idea de “ni rojos ni azules” para reforzar un bando. “La mayoría de diputados son exvotantes del PSC”, dice. Su sensación es que el partido ha perdido calidad discursiva y que abusa de los gestos. No le gustó, por ejemplo, la escenificación de llamar “delincuente” a Quim Torra en el pleno. “Se pueden decir cosas en tono tranquilo”, dice. En julio, remitió un escrito a miembros de la dirección del partido donde lamentó el uso de conceptos como el “sanchismo” o cómo se evitan los debates del grupo parlamentario. “Vuestra opinión nos importa un pito”, dice revelando que esa fue una de las respuestas.

“Hay que democratizar el partido. El afiliado solo vota al coordinador. El resto lo decide la ejecutiva”, lamenta Carmen de Rivera
“Queremos un modelo más participativo y no un club de fans. Para eso te quedas en casa y votas cada cuatro años”, dice el diputado Sergio Sanz

Miguel Ángel Ibáñez, edil de Gavà, candidato a compromisario, sostiene que Ciudadanos eres es la lista de las bases frente a la oficialista. Su tesis es que el debate no se reduce a si debe ser el partido de “Inés o de Igea”. “Una cosa es la estrategia y otra, quién es el mejor para dirigirla. Una cosa es trabajar en la Seat y otra, pensar si el director general lo hace bien o no”, dice. En un acto el viernes en Barcelona, Arrimadas avisó de que se use la participación como una excusa para implantar un modelo de baronías. Fue tajante: no dirigirá Cs si el partido cambia de estructura.

Ante 200 personas, la política habló arropada por los diputados Carlos Carrizosa, Lorena Roldán y Jordi Cañas. El eurodiputado, que rechazó sumarse a los críticos, abominó de los “cenizos” y de los “desleales”. Carmen de Rivera, la diputada más antigua, admite que Arrimadas es la mejor candidata pero lamenta que no quiera escuchar. Tras afirmar que el Ciudadanos del principio no se parece “en nada al de ahora”, abunda: “Hay que democratizarlo. El afiliado solo vota al coordinador. El resto lo decide la ejecutiva”. Y rechaza el pacto con el PP: “Me cuesta verlo. No se ha explicado por qué hemos perdido 800.000 votos y de repente ofrecen Cataluña por Galicia”. Espinosa remacha: “Albert le dijo al menos al PP: ‘España suma pero la corrupción resta’ Inés ha ido mucho más lejos de lo que se atrevió él”.

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