Un crimen por resolver en plena BCNegra
Los Mossos analizan una muerte ficticia como una de las actividades del festival
Un cadáver apareció ayer en el auditorio del Conservatorio del Liceo, pero nadie conocía los detalles de lo sucedido. Unas vallas de los Mossos d’Esquadra no dejaban ver un cuerpo que tenía un disparo en la cabeza. Todo era inventado, pero el resto del proceso de simulación de qué sucede desde que se encuentra una escena del crimen, hasta que se recogen todas las evidencias, fue real. Tan auténtico que el mismo jefe de la división de la Policía Científica de los Mossos, Miquel Ángel García, acompañado de dos agentes del cuerpo, analizaron y procesaron los objetos de la habitación donde se había cometido un presunto delito.
La escena parecía sacada de un capítulo de un programa televisivo de crimen, pero se trataba de una de las actividades de la 14 ª edición del festival literario BCNegra.
Los agentes iban vestidos con trajes de protección de los pies a la cabeza y guantes de látex. “Somos como el CSI pero mejor. Somos más guapos”, bromeó García. Tras revelarse el cadáver, un maniquí, los oficiales colocaron unas luces led y fotografiaron hasta el último detalle de la recreación. La pistola, el casquillo incrustado en la pared con la mancha de sangre, un cuchillo. Los Mossos presumieron de las nuevas tecnologías con las que trabajan en la actualidad, como una cámara que inmortaliza toda una escena del crimen en una imagen de 360 grados.
Los agentes recopilaron con un riguroso cuidado una decena de objetos que fueron depositados en cajas de cartón. Su objetivo es compilar toda la información posible para explicar qué ha ocurrido, cómo ha pasado y quién ha intervenido en la escena del crimen. Los espectadores también fueron testigos de cómo se obtienen huellas dactilares con pinceles de fibra de carbón, que se cotejan con las bases de datos de detenidos.
El momento cúspide de la actividad fue cuando García pidió que se apagase la iluminación del auditorio para verter el famoso químico que resalta la sangre en las escenas del crimen. Los organizadores accedieron pero dejaron una pantalla encendida. La reacción no era visible. El jefe del cuerpo insistió y logró que unas 400 personas permaneciesen en total oscuridad por unos segundos. La penumbra duró poco tiempo ya que la luz volvió como una luminosidad azul tenue solo gracias a la sangre.
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