“El Liceo quiere ser un centro de las artes con la ópera como sujeto central”
VÍCTOR GARCÍA DE GOMAR, director artístico del teatro de La Rambla
Un Liceo que conecte más con la vida real, con los asuntos que preocupan a la sociedad actual, como el maltrato a la mujer, la sostenibilidad o la revolución tecnológica, y que se vean y sientan en las representaciones de ópera. Un teatro que no se limite a reponer títulos reconocidos de la lírica y que acompañe al abonado tradicional, y al que se quiere captar, a conocer nuevos autores y obras. Y un teatro, con 173 años de vida, que aspira “a convertirse en un centro de las artes con la ópera como eje central”, en palabras de Víctor García de Gomar, director artístico del teatro de La Rambla desde septiembre pasado tras ganar el concurso que convocó el Liceo y que sustituye en el cargo a Christina Scheppelmann.
García de Gomar (Barcelona, 1975) vive y ha vivido la música desde los dos lados del escenario. Músico —con la carrera de piano, y años de violín y chello— y barítono —debutó profesionalmente — decidió pasar al otro lado del escenario al comprobar que la carrera en la lírica le iba a exigir muchos años. “Decidí quedarme lo más cerca posible de los artistas”, explica. Fue uno de los responsables del alumbramiento del Auditori de Girona —”desde la colocación de las sillas hasta la programación”, concreta— y aterrizó en el Palau de la Música en 2012 —tres años después del fiasco del caso Millet— y junto con Joan Oller ha sido responsable del rescate, primero, y renacimiento, después, del Palau. “Lo del Liceo fue una oportunidad, el proyecto que presenté gustó y fui el elegido frente a nombres más ilustres que el mío y más exóticos”, explica respecto a su elección.
Ha tenido meses para ver si las ideas centrales de su proyecto casaban con las posibilidades presupuestarias del Liceo que quiere alcanzar los 50 millones de euros de presupuesto y confía para ello en la complicidad de las admnistraciones y de la sociedad civil catalana. “El teatro está ya en la postcrisis y una vez superado ese periodo hay que reconectar con el público actualizando títulos que interpelen en el debate de hoy. Y con una serie de figuras reveladoras del panorama internacional”, desgrana. Como por ejemplo el carismático director Gustavo Dudamel —al que conoce bien por su estecha relación con él en el Palau de la Música— que se pondrá al frente de la orquesta del Liceo en una versión de La Flauta Mágica de Mozart en una producción del director de escena británico Simon McBurney “con el tenor Javier Camarena y Núria Rial, una de nuestras voces que ya ha triunfado internacionalmente y que debutará en el Liceo”.
Un cambio de rumbo en el que se introduce el artista residente en la figura de Àlex Ollé, fundador de la Fura dels Baus. Ollé, que ya ha dirigido exitosas producciones en el Liceo como Quartett, una ópera contemporánea de Luca Francesconi. El dramaturgo ha firmado por cuatro temporadas con el Liceo y tendrá a su cargo cuatro títulos, dos de ellos reposiciones de montajes y dos nuevos. “Uno de los que se repondrá será la Norma de Bellini en la producción del Coven Garden. Una de las nuevas producciones será Lady Macbeth de Mtsensk, de Dmitri Shostakóvich, con Josep Pons y con la que inauguraremos una de las temporadas de los próximos años”. Ollé, además, será una de las cuatro voces que diseccionará las futuras temporadas, junto a la de García de Gomar, el director/gerente Valentí Oviedo y el maestro Joan Pons. “Creemos que los liderazgos unipersonales es un modelo anacrónico y que se puede trabajar mejor en una mesa de cocreación”, apunta.
Un consejo asesor multidisciplinar
Artistas plásticos, antropólogos y científicos, entre otras disciplinas, estarán presentes en una suerte de consejo asesor del que se dotará el Liceo para definir sus próximas temporadas. “Serán invitados que colaborarán para ampliar la experiencia del público. El Liceo quiere entretener y también despertar el sentido crítico para conectar con los dramas que hay fuera. Título a título se verá si el punto de vista dominante es el del entretenimiento o se programan actividades complementarias, como ciclos de conferencias o exposiciones, que insten a reflexionar”, apunta García de Gomar.
Desde el Liceo confían en que el abonado tradicional del teatro entienda la “transición” hacia un nuevo modelo artístico que, en principio, consideran que debería estar consolidado y ya con velocidad crucero a partir de la temporada 2022/23 que será cuando se celebre el 175 aniversario del teatro.
Un sanedrín que también ha decidido rescatar a nombres de la escena catalanes con reconocimiento universal y que en los últimos años no han tenido presencia en el Liceo como Calixto Bieito o el también furero Carlus Padrissa que llevará al escenario la ópera Karl V, de Ernst Krenek. “Una producción de escena con la artista visual Lita Cabellut. Una exhibición de luz y acrobacia que hace fascinante el montaje de una ópera musicalmente compleja”, destaca el director artístico del Liceo convencido de que el futuro de los teatros de ópera pasa por explorar nuevos límites. “Hay que revisitar el repertorio y las obras fundamentales pero hay que ampliar el canon con nuevos autores y formas. El teatro debe ser prescriptor. Desde luego que estarán Puccini, Verdi y Wagner pero a esos compositores indispensables hay que añadir los nuevos, como George Benjamin”.
El Liceo también quiere que al menos un título de cada temporada tenga a artistas plásticos como protagonistas y con esa idea ha invitado a William Kentridge con su producción de la ópera Wozzeck de Alban Berg que se estrenó hace tres años en el festival de Salzburgo. García de Gomar asegura que Liceo seguirá siendo el teatro que acoge a las grandes voces de la lírica internacionales: “por supuesto que seguiremos teniendo a Anna Netrebko, Piotr Beczala o Javier Camarena pero no podemos dejar de tener a nuestras valores que triunfan fuera como Marta Mateu y Núria Rial”.
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