Las voces femeninas reinan en el Concurso Viñas
La 'mezzosoprano' rusa Victoria Karkacheva logra un galardón donde las féminas copan cinco de los seis premios
Siempre hay sorpresas en el Concurso Internacional de Canto Tenor Viñas, la tradicional cita anual barcelonesa con las nuevas generaciones de voces que ansían triunfar en el mundo de la ópera. Siguiendo la tónica de los últimos años, Corea del Sur, ha sido una vez más el país con mayor número de concursantes inscritos -nada menos que 198 de un total de 543 cantantes de entre 18 y 35 años, procedentes de 51 países-, pero solo uno ha ganado un premio (Cuarto) en un palmarés dominado por las voces femeninas, con la mezzosoprano rusa Victoria Karkacheva, de 29 años, como gran triunfadora.
Tras la masiva presencia coreana, la lista de países con mayor número de cantantes inscritos incluye, a enorme distancia, a Rusia, con 40 participantes, Estados Unidos (32), España (31), China (23) e Italia (21). Este año, las mujeres reinan en el Viñas. Tres mezzosopranos y dos sopranos se han llevado cinco de los seis premios oficiales en la 57ª edición del concurso fundado en 1963 para honrar la memoria del legendario tenor de Moià Francisco Viñas, gloria del canto wagneriano que en 1913 protagonizó en el Liceo el estreno internacional de Parsifal fuera del Festival de Bayreuth.
En el otro lado de la balanza, la cosecha del Viñas ha sido nefasta para los tenores, los grandes ausentes de una edición rica en voces graves: junto a Karkacheva, otra mezzosoprano, la georgiana Natalia Kutateladze, de 28 años, se llevó el segundo premio. Ambas lucieron voces de atractivo color y buena escuela en el concierto final, celebrado el domingo en el Liceo, con la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro dirigida con brío y flexibilidad por el director catalán Francesc Prat.
Karkacheva, ganadora del primer gran premio, dotado con 25.000 euros y un contrato para actuar en el Liceo, tiene una voz oscura de ricos matices con los que recreó la delicada aria de Pauline de La dama de picas, de Chaikovski, y cerró la velada cantando con aplomo y carácter la gran aria de Romeo de I Capuleti e i Montecchi, de Bellini.
Desató más entusiasmo, con una voz de exuberante color y muchas tablas, Natalia Kutateladze -segundo premio, dotado con 15.000 euros-, que brilló en la seductora Habanera, de Carmen, de Bizet y elevó la temperatura lírica con una fiera interpretación del aria de Leonora, de La favorita, de Donizetti. Y el público del Viñas, amante de las voces con temperamento, la aplaudió a rabiar.
El auge de las voces latinoamericanas quedó patente con la notable actuación de dos sopranos, la chilena Yaritza Véliz Aquea (Tercer premio) y la venezolana María Brea (Sexto), que fueron muy aplaudidas por su encanto lirico; Yaritza Véliz recreó con un cálido fraseo las más conocidas arias de Micaela de Carmen y Mimì de La bohème, de Puccini. Por su parte, María Brea interpretó con buena línea Depuis le jour, de Louise, de Charpentier, y se metió al público en el bolsillo con la popular Me llaman la primorosa, de la zarzuela El barbero de Sevilla, de Giménez y Nieto.
En la actuación de la tercera mezzo galardonada, la estadounidense Melissa Zgouridi (Quinto premio), destacó su instinto dramático en el Aria de las cartas de Werther, de Massenet, mientras que el barítono coreano Insik Choi (Cuarto premio) caldeó el ambiente con una muy temperamental versión del Nemico della patria, de Andrea Chénier, de Giordano.
El concierto se abrió con la actuación de dos bajos, el alicantino Manuel Fuentes, galardonado con el premio Plácido Domingo al mejor cantante español, y el rumano Alexander Köpeczi, premio al mejor intérprete de Verdi; aún muy verdes, ambos intérpretes mostraron voces muy prometedoras cantando, respectivamente, arias de La sonnambula, de Bellini, y Simon Boccanegra, de Verdi.
Han formado parte del jurado internacional, presidido por el director artístico del Liceo, Victor Garcia de Gomar, la soprano Mariella Devia, el director de orquesta Richard Bonynge, Joan Matabosch, director artítico del Teatro Real de Madrid, Tobias Hasan, director de la Staatsoper de Berlin, y representantes artísticos de otros grandes coliseos como la Scala de Milán, el Bolshoi de Moscú, la Royal Opera House, de Londres, la Ópera de París, la Metropolitan Opera House de Nueva York y el Centro Nacional de las Artes Escénicas de China, de Beijing.
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